Soja: en la cosecha se pierden U$S 1.300 millones
JORNADA. El próximo jueves, el Inta realizará una charla “online” con consejos para reducir las ineficiencias.
Un informe elaborado por el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (Inta) estima que, por cada hectárea que se cosecha de soja en Argentina, se pierden 142 kilos de granos de la oleaginosa.
Eso, multiplicado por 16,7 millones de hectáreas, significa unas 2,3 millones de toneladas que quedan en medio de los rastrojos y no pasan a formar parte del saldo exportable.
A un valor de la tonelada en el mercado internacional que supera los 550 dólares la tonelada, significa una pérdida aproximada de 1.300 millones de dólares.
Si se suman las pérdidas estimadas para maíz, trigo, cebada, sorgo y girasol, la ineficiencia al momento de la cosecha cuesta 2.400 millones de dólares.
De todos modos, desde el Inta reconocen que no es posible reducir a cero ese saldo negativo. Pero con algunos ajustes al momento de la recolección, sería posible achicarlo un 20 por ciento, lo que en el caso de la soja significaría recuperar 258 millones de dólares, con un límite de pérdidas que no debería superar los 75 kilos por hectárea.
Contabilizando todos los cultivos, el potencial a recuperar sería de 471,8 millones de dólares.
Jornada
Estos datos se analizarán el próximo martes, a las 18, en la Jornada Virtual de Cosecha de Soja organizada por el Inta.
En la misma participarán todas las empresas que fabrican cosechadoras en Argentina y se mostrarán pruebas a campo realizadas con los modelos Case IH 7150, Massey Ferguson 9895, Metalfor 2635, New Holland CR 7.90, John Deere S780, Claas Lexion 7600 MTS y Vassalli V770, que trabajarán con la regulación necesaria para lograr niveles de pérdidas inferiores a 40 kilos por hectárea.
Según los técnicos del Inta, incrementar la eficiencia de cosecha tiene un costo “cero” y es más fácil de lograr en la actualidad, debido a que el parque de cosechadoras mejoró en cantidad y calidad.
A lo largo de la jornada, se mostrará cómo hay que regular adecuadamente los cabezales, los sistemas de trilla, separación y limpieza; los sistemas de automatismo y equipamiento de agricultura de precisión; y los sistemas de distribución de rastrojos y flotabilidad que poseen cada uno de los equipos.