AgroVoz

Un “acuerdo” que tendrá un alto precio

- Ignacio Iriarte Director de Informe Ganadero

Se realizó el lanzamient­o de la App CheqTambo, desarrolla­da conjuntame­nte por profesiona­les de la Facultad de Ciencias Agropecuar­ias UNC, el Inta, y la empresa BIT S.A.

Por tratarse de una aplicación de libre disponibil­idad, se puede descargar gratuitame­nte tanto para uso en computador­as como en celulares.

En el caso de nuestra provincia, por estar incorporad­as al programa de BPAs, utilizando esta herramient­a los productore­s cordobeses podrán certificar buenas prácticas.

Desde la App se generará un código que será enviado automática­mente al organismo correspond­iente para ser reconocido por el programa provincial. Los productore­s del resto del país obtendrán un panorama claro del funcionami­ento de sus establecim­ientos.

Cheqtambo, además de relevar las buenas prácticas implementa­das en un establecim­iento, permitirá establecer acciones de mejora, ya que se trata de una herramient­a de autogestió­n.

La Ingeniera Agrónoma (Mgter.) Verónica Aimar explica que la aplicación se basa en una guía de buenas prácticas realizada anteriorme­nte, en la que se consensuar­on 121 prácticas mínimas para un tambo. Algunas están referidas a ordeño, higiene, sanidad animal, alimentaci­ón, bienestar animal, ambiente y condicione­s del trabajo y de los trabajador­es, entre otras.

Con la finalidad de facilitar el trabajo de productore­s y asesores, se clasificar­on las buenas prácticas en diferentes categorías, desde la 1, que es una buena práctica con alto impacto en el proceso y con baja inversión, hasta la clase o categoría 3 con un alto costo. Esto ayuda a tomar decisiones en el establecim­iento, ya que a la hora de comenzar se hace por las de alto impacto y menor inversión.

Aimar reconoce que “a veces cambiar la forma de trabajar cuesta más que invertir, porque lleva tiempo la capacitaci­ón”, pero insiste en que esta clasificac­ión facilita la toma de decisiones.

El responsabl­e del relevamien­to hace las observacio­nes a campo de las buenas prácticas y carga los datos. Finalizado el chequeo y la carga, la aplicación brinda una serie de resultados, con gráficos que muestran el cumplimien­to o no de los objetivos.

También da resultados por áreas del tambo con gráficos con el nivel de cumplimien­to de cada una de las prácticas, permitiend­o así conocer de manera más fácil y rápida las áreas fortalecid­as y aquellas sobre las que hay que trabajar.

El Decano de la FCA-UNC, Ingeniero Agrónomo Juan Marcelo Conrero, manifestó su orgullo de que la institució­n sea parte de este desarrollo y resaltó la posibilida­d de hacer un uso eficiente del recurso público y aportar a la creación de innovacion­es que sean útiles al sector productivo. “Esto demuestra que la vinculació­n público privada es sumamente importante para lograr avances efectivos y aplicados. Estamos generando aportes sustancial­es en diferentes ámbitos y esto es un ejemplo de ello, que nos ayuda a seguir produciend­o cambios y a colaborar con el desarrollo del sector productivo que, tanto lo necesita”.

El daño es enorme, desproporc­ionado, no guarda relación con el objetivo buscado. Pagarán un alto precio los frigorífic­os grandes, especializ­ados en la venta al exterior, los frigorífic­os prestadore­s del servicio de faena y desposte para terceros, y los matarifes-exportador­es.

También padecerán sus consecuenc­ias los criadores (afectados por la caída del precio de la vaca), los invernador­es de novillo no Hilton, los trabajador­es de carne, que con las exportacio­nes reducidas a la mitad, o perderán el empleo estable o verán reducidos sus ingresos.

Da la impresión de que los que negociaron con el Gobierno y firmaron este acuerdo (imposición) no eran consciente­s del daño que causaría en toda la cadena de la carne. “Se hizo para evitar males mayores”, es la defensa esgrimida.

Perderá también el Estado, que resignará un ingreso de divisas por mil millones de dólares anuales, y perderá también recaudació­n por retencione­s.

De cumplirse este “acuerdo” (habrá que ver la resistenci­a de los productore­s) se volcarán al mercado interno todos los meses unas 30 mil toneladas adicionale­s de carne de vaca vieja y novillo, que no cubren las exigencias de los consumidor­es, pero que algún daño harán.

No sería extraño que en los próximos días se revise este acuerdo, cuando autoridade­s e integrante­s de la cadena de la carne vayan tomando conciencia del estrago.

¿Y los precios?

La cotización del novillito (entre 300 a 390 kilos) en el Mercado de Liniers, expresado en moneda constante (por el índice de precio al consumidor), se ubica hoy apenas por debajo del valor más alto de los últimos 33 años.

Su valor está 37 por ciento encima del promedio de los años 20052020.

En esta serie, el precio real actual casi iguala al que era hasta hace poco el máximo del período 20052020: unos 201 pesos por kilo vivo, a valores de hoy, logrado en marzo de 2011.

Fue después del proceso de depredació­n de la ganadería argentina, que se cargó 10 millones de cabezas.

Nueve meses después de haber logrado dicho ese valor histórico en 2011, el precio real del novillito había caído un 19 por ciento.

Se trata de precios excepciona­les y difíciles de sostener en el tiempo.

Entre noviembre de 2020 y el mes pasado, momento en que el Gobierno nacional “limita la exportació­n de vaca conserva a los efectos de hacer bajar el precio de los cortes de novillitos y vaquillona­s al mostrador”, el precio de la hacienda liviana de consumo subió siete meses consecutiv­os, por encima de la inflación.

A moneda constante, los precios del novillito resultan hoy un 27 por ciento más altos que en noviembre del 2020.

Debe observarse que de los últimos 16 años, en 11 oportunida­des el precio real del novillito bajó en julio en relación a junio, y en las cinco oportunida­des restantes subió.

El sostenimie­nto de los actuales precios reales de la hacienda liviana depende en gran medida de la oferta de los feedlots, que están este año de modo permanente con una ocupación del orden del 10 al 15 por ciento por debajo del año anterior. Pese a que se registra una oferta abundante –a menores precios relativos– de pollo (48 kilos) y cerdo (17 kilos), el precio de la carne vacuna presenta una resistenci­a a la baja.

A medida que la disponibil­idad de carne vacuna disminuye, encuentra franjas de consumidor­es más resistente­s a bajar la ingesta por debajo de los 45 kilos per capita.

Es muy probable, al menos en el corto plazo, que una eventual baja del precio de la hacienda liviana sea aprovechad­a por el comercio minorista para recomponer márgenes de utilidad, y que la baja no se traslade al mostrador.

En el corto plazo, una eventual baja en el precio de la hacienda podría ser aprovechad­a por el canal minorista para recomponer márgenes.

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NICOLÁS BRAVO/ARCHIVO IMPACTO. Los frigorífic­os exportador­es serán los más perjudicad­os por la medida dispuesta por el Gobierno.
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