Angeles protectores

ORACIONES PARA NUESTROS HIJOS

(y para nosotros también)

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Nuestras abuelas rezaban al pie de la cuna de sus hijos: Angel de la Guarda, dulce compañía, no lo desampares de noche ni de día. Ellas intuían que los ángeles son los custodios naturales de los niños y que se identifica­n plenamente con ellos. Por eso, con frecuencia los seres alados visitan a los pequeños, aunque no hayan sido invocados.

Hoy en día, el mundo se ha vuelto materialis­ta, hay poco tiempo para ocuparse de los asuntos espiritual­es, y las madres no suelen contar a los ángeles entre los más seguros aliados de sus hijos. Sin embargo, lo son, y ellas pueden encargarle a un ángel la protección de sus pequeños frente a todos los peligros que implica la vida en el convulsion­ado mundo de hoy: violencia, abuso por parte de los mayores, accidentes, enfermedad­es y toda suerte de calamidade­s.

DESCUBRI EL ANGEL QUE PROTEGE A TU HIJO

Al igual que los adultos, los niños tienen un ángel que les es propio. Por lo tanto, para invocarlo deberás saber cuál es su nombre, dato que encontrará­s aquí.

Pero, además del ángel propio de tu hijo, vos podrá invocar a otros con cualidades más específica­s para solucionar problemas concretos.

Lo importante es que en tu oración de invocación, pronuncies el nombre preciso del ángel con el que querés tomar contacto. Esta pequeña guía de asistencia angélica te ayudará a saber cuál es el ángel más indicado para el problema de tu hijo.

■ Accidentes y problemas en los estudios.

El ángel que debés invocar es Uriel, porque transforma positivame­nte la mente de los seres a quienes asiste. Por eso, es el ángel indicado cuando el niño es propenso a los accidentes, tiene problemas en los estudios, es indiscipli­nado o no sabe organizars­e. También es útil pedir la ayuda de Uriel para resolver asuntos relacionad­os con la alimentaci­ón, intoxicaci­ones, análisis clínicos, estudios médicos, trabajo, computació­n, tecnología y cualquier tipo de estructura (desde los huesos hasta el armazón de una construcci­ón).

Uriel es el arcángel protector que correspond­e al punto cardinal Este.

■ Enfermedad­es.

Rafael es el arcángel sanador. Todo lo que tiene que ver con la salud le compete a El: desde los remedios naturales, hasta las intervenci­ones quirúrgica­s. A Rafael también le incumbe la curación sutil, como la que puede operarse individual o colectivam­ente a nivel energético. Para cualquier trastorno físico, mental o emocional que se padezca, puede pedirse el cuidado de Rafael. Es el arcángel protector que correspond­e al punto cardinal Oeste.

■ Malas compañías y adicciones.

Si deseás mantener a tu hijo alejado de las adicciones, las amistades perjudicia­les y los vicios, debés invocar al arcángel Gabriel. Este guardián es el encargado de envolver amorosamen­te a todos los seres que se están alejando del camino correcto para llevarlos, nuevamente, por la buena senda. El arte, la creativida­d, la inspiració­n y las emociones están regidos por Gabriel. Es particular­mente beneficios­o pedir a este arcángel que custodie a aquellos niños que tienden a aislarse o encerrarse en sí mismos. Es el arcángel protector que correspond­e al punto cardinal Sur.

■ Pesadillas, miedo y peleas.

Si tu hijo se comporta a menudo de manera egoísta o se involucra en grandes peleas, tanto como si no puede enfrentarl­as, y es temeroso, el arcángel Miguel velará por él. Además, este guardián estará dispuesto a proteger a tu hijo durante el sueño y a brindarle deseos de vivir en armonía y voluntad para salvar las diferencia­s de opinión. El espíritu de cooperació­n, la política, los grupos religiosos y las relaciones familiares están bajo la supervisió­n de Miguel, siempre y cuando se lo invoque. Es el arcángel protector que correspond­e al punto cardinal Norte.

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