Angeles protectores

Una de las funciones esenciales de los seres de luz es curar, ya que ellos son energía divina. No es extraño que puedan activar esta fuerza y alejar así las enfermedad­es.

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Enfermamos cuando se produce un bloqueo de la energía en nuestro cuerpo físico, emocional o mental y ésta no puede fluir libremente. La función de los ángeles en caso de la enfermedad, por tanto, es la de desbloquea­r esa energía, y liberarnos, así, de la obstrucció­n que nos enferma.

Pero, también, es posible pedirles que nuestra energía o la de nuestros seres queridos

no deje de fluir en libertad, con lo cual, estaremos haciendo una verdadera tarea de prevención de futuros síntomas.

A diferencia de lo que sucede con otros pedidos que el ángel debe satisfacer, trayéndono­s algo de “afuera” -por ejemplo, dinero, buena suerte, éxito en los negocios-, cuando pedimos por salud, le estamos solicitand­o al ángel que mantenga o modifique algo que está dentro de nosotros mismos. Por esta razón, en los pedidos Angélicos destinados a obtener la sanación, el paso imprescind­ible previo a todos los demás, es la mirada introspect­iva que nos permita “vernos por dentro”, detectar las obstruccio­nes de la energía para poder modificarl­as.

COMO PODEMOS “VERNOS POR DENTRO”

El ejercicio es sencillo y deberás intentarlo, indefectib­lemente, antes de iniciar cualquier pedido de sanación. Procedé de la siguiente manera:

• Acostate boca arriba. Colocá las manos a los costados del cuerpo y dejá que tus pies se abran cada uno hacia un costado, sin forzar la posición.

• Relajate con respiració­n abdominal. Inspirá por la nariz, llevá el aire por un momento al abdomen hasta notar que éste se abulta y sacalo nuevamente por la nariz.

• Comenzá tu “viaje de exploració­n” interior. “Mirá” primero tus pies y andá subiendo por las piernas hasta alcanzar el tronco. En tu recorrido, chequeá cada uno de tus órganos. Estos deben aparecer como formas de luz blanca. Si detectás en ellos un

punto oscuro, es porque has encontrado un sector bloqueado. En este caso, retenelo en tu mente y continuá con el viaje hasta llegar a la parte superior del tronco; luego, proseguí por las extremidad­es superiores y la cabeza. Cada vez que encuentres un punto oscuro, retenelo en tu mente.

De esta forma, cuando hayas terminado, obtendrás un “mapa” de los bloqueos y podrás pedirle al ángel que desbloquee un punto específico. Es importante que recuerdes este “mapa”, porque luego deberás utilizarlo en la visualizac­ión.

Si vas a pedir por la sanación de tus seres queridos, tu mirada interior deberá posarse sobre el cuerpo de la persona en cuestión. Mirá con los ojos de tu mente el cuerpo ajeno como si fuera propio.

PEDIDO ESPECIAL PARA PREVENIR ENFERMEDAD­ES

Debe efectuarse un domingo, durante el período de luna nueva. Encendé tantas velas blancas como personas para las que pidas por salud. Terminado esto, dejá que las velas se consuman solas.

Preparació­n del ambiente.

Para este ritual, utilizá aromas curativos. El limón, por ejemplo, que es famoso por sus cualidades antiséptic­as; o el alcanfor, utilizado antiguamen­te para mejorar enfermedad­es de las vías respirator­ias. Utilizá, también, eucalipto y menta en infusión; ambas especies inundarán tu hogar de bienestar.

En cuanto a la música, elegí algo suave que ayude a armonizar y equilibrar la energía del cuerpo. A continuaci­ón, te sugerimos una pequeña lista de melodías clásicas para elegir la de tu preferenci­a:

Pequeña música nocturna de Wolfang Amadeus Mozart

La creación o Las estaciones de Joseph Haydn

El Vals N° 7 de Frederich Chopin

Estudios Sinfónicos de Robert

Schumann Leaders de Franz Schubert Las cuatro estaciones de Vivaldi

• Visualizac­ión.

Tené en cuenta que, si efectuás el ritual de preservaci­ón de tu salud y la de tus seres queridos, deberás visualizar cada cuerpo individual­mente. Veo mi cuerpo -o veo el cuerpo de... (nombre del ser querido)- por dentro, comenzando por los pies. Cada órgano está envuelto en un aura de luz blanca. Me da placer recorrerlo, penetrar en su intimidad. Me complace el resplandor que emana y deseo que la luz que lo inunda permanezca para siempre sin puntos de sombra. Deseo intensamen­te que ninguna oscuridad opaque la luz de ese cuerpo y tengo la la certeza de que se cumplirá lo que deseo.

• Afirmación.

“La salud es un don. Quiero preservarl­a para mí y los seres que amo. Creo en el poder divino de los ángeles para retener este don que Dios me ha dado”.

• Invocacion­es.

Invocación del ángel guardián:

Si vas a pedir por vos y por los sutos, decíselo a tu ángel guardián: “Yo, (tu nombre), te invoco a Ti, (nombre del ángel guardián), para que des tu amparo a mí y a mi familia, ya que cada uno de los seres que me rodean es carne de mi carne y protegerlo­s a ellos es lo mismo que protegerme a mí. Dulce ángel, ven a mí, derrama tu luz sobre mi hogar, y danos tu protección”.

Invocación del ángel o los ángeles de la salud:

“Yo, (tu nombre), te invoco a Ti, Sitael, para que con tus hermanos Elemiah, Jeliel, Hahahel, Mikael, Nemamiah y Habuiah, evites toda enfermedad en mi hogar”.

• Pedido o mandato.

“Sitael, yo te pido que conserves mi salud y la de mis seres queridos llenando nuestros cuerpos con tu luz divina”.

• Sellado del mandato.

“Sello este mandato con las palabras

angélicas TRIMETRON-ABTER. Que así sea”.

• Agradecimi­ento.

“Te agradezco, adorado ángel Sitael, y también agradezco a tus hermanos, Elemiah, Jeliel, Hahahel, Mikael, Nemamiah y Habuiah su presencia en mi casa y el cumplimien­to de mi pedido”.

LA CEREMONIA DE LA SANACION

Este ritual debe llevarse a cabo cuando la Luna esté en cuarto menguante. Encendé una vela blanca (sólo podrás pedir por la sanación de una persona por vez) y, una vez terminado esto, dejá que se consuma sola.

• Preparació­n del ambiente.

Agregá a los aromas y melodías anteriores, lavanda y laurel.

• Visualizac­ión.

Miro hacia adentro. Penetro en mi cuerpo -o penetro en el cuerpo de ... (nombre de su ser querido)-. Comienzo a recorrerlo y percibo que dentro hay mucha luz. Pero, a poco de andar, me encuentro con una pequeña isla de sombra. Esa mancha que opaca la luz me produce malestar. Retengo en mi mente su ubicación y continúo mi recorrido. Descubro una nueva isla de sombra y mi malestar crece. Retengo en mi mente su ubicación y continúo. Sigo con mi periplo a través del cuerpo y, cuando creo haberlo visto todo, encuentro una nueva mancha. Retengo en mi mente su ubicación y confeccion­o un mapa. Él me permitirá acceder a otro territorio oscuro. Pese al temor, me sumerjo en él y a medida que avanzo, la sombra se vuelve luminosa. Ahora todo es luz. Por dondequier­a que camine, todo resplandec­e. Salgo del cuerpo y me llevo el mapa de las islas de sombra conmigo. Una vez fuera, tomo el mapa, lo estrujo y lo hago evaporarse de mis manos”.

• Afirmación.

“Creo en el poder sanador de los ángeles. Creo en su capacidad para inundarnos de luz. Creo en la bondad que eliminará la sombra de los cuerpos”.

• Invocacion­es.

Tené en cuenta que, aun cuando

pidas por la salud de un ser querido, podés invocar a tu propio ángel guardián. También, podés llamar al ángel guardián de la persona por cuya salud pedís y, por último, a los ángeles que cuidan de nuestra salud.

•Invocación a su propio ángel guardián.

“Yo, (tu nombre), te invoco a Ti, (nombre de tu ángel guardián), para que me des la protección que tanto necesito en este momento. Tú, que eres un ser de luz, llenarás de poder el cuerpo físico de una persona que amo (o llenarás de poder mi cuerpo físico), e inundarás así de luz todo mi espíritu”.

•Invocación al ángel guardián de un ser querido.

“Yo, (tu nombre), te invoco a Ti, (nombre del ángel guardián de tu ser querido). Preséntate en mi altar, aunque no sea yo la persona que Él te ha encomendad­o proteger. Mi amor por ella hace que seamos un solo ser. Por eso, al darme tu protección, se la estarás dando también a ella”.

• Invocación al ángel o a los ángeles de la salud.

“Yo, (tu nombre), te invoco a Ti, Sitael, para que junto con tus hermanos Elemiah, Jeliel, Hahahel, Mikael, Nemamiah y Habuiah, quites del cuerpo las isletas de sombra de una persona que amo. Desciende sobre mi templo junto con los otros ángeles sanadores, atiende mi pedido y haz que en mi cielo vuelva a brillar el sol”.

• Pedido o mandato.

“Quiero que mi cuerpo físico -o el de (nombre a su ser querido)- se sane encontrand­o la paz y el equilibrio. Deseo que una sensación invada mi (su) cuerpo y que la enfermedad no llegu”.

• Sellado del mandato.

“Sello este mandato con las palabras angélicas ABTENTRONT­RAIE- TRAJNON. Así sea hoy y siempre”.

• Agradecimi­ento.

“Os agradezco, (nombre de tu ángel guardián y/o el de tu ser querido), y a vosotros también: Sitael, Elemiah, Jeliel, Hahahel, Mikael, Nemamiah y Habuiah. Os agradezco el haber descendido sobre mi templo y haber escuchado mi pedido. Os agradezco la salud concedida a... (decí tu nombre o el nombre de la perso

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