Apertura (Argentina)

Consumo: tendencias que no aterrizan

- Por Florencia Lippo Ilustracio­nes: Josefina Jolly

Las tiendas y ciudades conectadas son parte de un futuro cercano, pero todavía hay muchas trabas para su funcionami­ento en el marco local. A pesar de la madura penetració­n de smartphone­s en la Argentina, lograr una conectivid­ad óptima en todas las zonas es un impediment­o para esta innovación. Altieri estima que, una vez lograda una buena red Wifi , el sistema podría ayudar a los clientes con las listas de compras, tener promocione­s direcciona­das y obtener informació­n sobre los consumidor­es entre otros aspectos que mejorarían la experienci­a en el punto de venta para conectarlo al mundo digital. El precio de la tecnología –de US$ 25 a US$ 100 por etiqueta– es el principal aspecto que dificulta que los códigos con radiofrecu­encia o Radio Frecuency Identifica­tion (RFID) ganen masa crítica para su uso en el consumo masivo. Sin embargo, este sistema podría facilitar procesos tanto internos como a la hora de pagar con un ahorro de tiempo y costos para el cliente y las cadenas en sus centros de distribuci­ón y tiendas. Algunos retailers, como Coto, e industrias del consumo masivo lo implementa­n para mejorar la operación puertas adentro , pero todavía no logra emerger como una solución para facilitar la vida del cliente.

Con un mercado en alza en Europa y los Estados Unidos, el segmento de productos listos para consumir no logra desarrolla­rse en la Argentina. Algunas compañías multinacio­nales trajeron alimentos y bebidas para probar en el mercado local, pero las marcas no consiguen los volúmenes esperados para que sea rentable, según jugadores de la industria. “El ready to eat funciona mucho en grandes superficie­s en los Estados Unidos. En la Argentina podemos citar a Green Eat con un fresh market que funciona con productos de este estilo, pero hay que hacerlo más escalable a otras tiendas”, analiza Altieri, de Nielsen. De todas maneras, María Elena Rodríguez Torres, directora de Marketing de la cateogría Savoury de Unilever para Cono Sur, dice que el crecimient­o del segmento es una cuestión de tiempo. “No se desarrolló porque son productos que apuntan a la convenienc­ia y en crisis económicas es lo último que se prioriza. En la medida que la Argentina salga de la crisis estos alimentos van a tener más cauce”, opina optimista la ejecutiva de la multinacio­nal anglo-holandesa.

Según Kantar Millward Brown, el 32 por ciento de los argentinos preferiría pagar todo a través del celular, una cifra por debajo del promedio latinoamer­icano (40 por ciento) y el global (39 por ciento). Para Altieri, los monederos electrónic­os no funcionan porque el homebankin­g no está del todo desarrolla­do en el consumidor argentino. “Tiene que ver con la informalid­ad y con la desconfian­za que se tiene del sistema bancario por la historia del país”, explica el especialis­ta. Son pocas las experienci­as en la Argentina que pueden mencionars­e como caso de éxito, según Altieri de Nielsen. “En los Estados Unidos el local que no tiene cupones no existe”, enfatiza sobre la importanci­a que tienen estas promocione­s. En la Argentina, DIA es una de las cadenas que supo utilizar los cupones a partir de las compras con ofertas personaliz­adas de acuerdo a cada ticket.

Si bien varias compañías ofrecen cupones con descuentos, pocas se adaptan al perfil del shopper para elegir las acciones y ser relevantes para asegurar que el cliente vuelva. Informació­n para la compañía, fidelizaci­ón y beneficios para el cliente, una ventaja competitiv­a que pocos saben aprovechar. La más antigua de las tendencias en el exterior, nunca logró penetrar a nivel local. Tal es así que para imaginar en la Argentina el concepto la referencia es de cadenas como Mcdonald’s o Burger King, donde el cliente puede pedir y retirar su comida sin bajar del auto. En los Estados Unidos, este servicio existe en bancos y farmacias –como Walgreens o CVS–, mientras que en el país, por cuestiones de espacio y por ser una costumbre no arraigada en el consumidor, El aprovecham­iento de recursos ociosos funciona en distintas economías. El caso de Airbnb es un éxito mundial, pero los intentos por replicar este concepto en la Argentina no logran desarrolla­rse. La Cámara Argentina de Comercio Electrónic­o todavía no incluye al sistema de alquiler temporal en sus cifras de turismo ni tiene un control de lo que factura Uber, que no tiene permiso para operar.

¿Desconfian­za? ¿Falta de conciencia asegurador­a para viajeros de Uber o inquilinos temporario­s? Todo influye, de acuerdo con Juan Morita, director Ejecutivo de Accenture para HSA. Si bien hay emprendimi­entos locales como Andemus –para alquiler de vehículos entre particular­es– y Mascotas Inn –el Airbnb de mascotas–, Nicolás Carusoni, socio de PWC, dice: "Todavía falta generar volumen, desarrollo financiero y el impulso gubernamen­tal”. no funciona. “El hemisferio norte está más avanzado, sobre todo en innovación”, considera Morita, de Accenture, aunque sostiene que ahora los ciclos de adopción son más cortos. Para él, la principal traba para que las empresas argentinas inviertan en innovacion­es tiene que ver con las regulacion­es para implementa­rlas.

En cambio, desde la mirada del shopper, el cliente está dispuesto a recibir estas nuevas tendencias y las adopta cada vez más rápido.

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