Equilibrio para el éxito
En una Argentina en la que reina el cortoplacismo, en la que las soluciones de hoy parecen ya no servir mañana y en la que, en materia económica y financiera, las crisis se suceden con secuencias casi perfectas, hablar de planificación financiera a 20 o 30 años, de ahorrar poco, pero sin interrupciones para alcanzar un objetivo que está varios años más adelante en el calendario, puede parecer una broma del día de los inocentes. Pero no. Más allá del contexto, y más aún en situaciones tan volátiles y cambiantes como las que se esperan para este segundo semestre del año, impera imponerse metas de ahorro personales. Constancia y metas preestablecidas. Esa es la recomendación más escuchada por los expertos tanto en inversiones como en planificación de la etapa del retiro laboral. Es que, muy por el contrario de lo que pasaba en la época de padres y abuelos, hoy la cantidad de años que un hombre o una mujer sobrevive a la edad de jubilación de 65 años puede ser de 20 o hasta 30 años. El objetivo: tener las cuentas lo mejor ordenadas posible para que, mientras la salud acompañe, puedan disfrutarse intensamente y sin preocupaciones financieras. “Es cierto que, en medio de la volatilidad, es más desafiante tomar una decisión, pero el impulso de un plan de retiro tiene un horizonte que va más allá de las circunstancias de corto plazo”, plantea Alejandra Naughton, CFO de Grupo Supervielle. Y avanza: “A la hora de decidir en qué ahorrar es muy importante tener en cuenta el tiempo por delante para sostener la inversión y siempre reinvertir las ganancias”. Martín Leal, profesor de UADE Bussines School, habla de la necesidad de que se creen las condiciones de largo plazo que garanticen los incentivos para que las sociedades ahorren en su retiro. “Lo fun-
damental para el ahorro es que exista una tasa de interés real positiva, que premie la postergación del consumo. Si las alternativas de ahorro conservadoras que estén disponibles pierden contra la inflación, no existirá una tasa de ahorro relevante para el corto ni el largo plazo”, advierte. “Desde el punto de vista regulatorio la Argentina dio un paso adelante al permitir la deducción impositiva de planes privados de fondos de retiro y de seguros de vida con capitalización. Si bien aún no se explicitaron los montos máximos de desgravación, son instrumentos que pueden incentivar una mayor planificación de futuro en los individuos”, conf ía Leal en referencia a los cambios introducidos por la nueva Ley de Mercado de Capitales. “La situación económica actual no solo no debe cambiar los planes, sino que refuerza el concepto de que es necesario dedicarse a la planificación del retiro y hacerlo de una manera diversificada. Esto es no invertir solo en activos argentinos en pesos, sino también en dólares y pensar en activos del exterior para diversificar”, aconseja por su parte Diego Martínez Burzaco, director de MB Inversiones. Esteban Pereiro González, portfolio manager de HSBC Argentina, hace también un llamado de atención sobre la necesidad de privilegiar el largo plazo por sobre los vaivenes actuales. “Si estamos hablando de un plan de retiro, el análisis debe estar asentado en variables de largo plazo, y no si en un determinado mes la tasa de interés en pesos está en 40 o en 30 por ciento. Por supuesto que existen momentos en los que la coyuntura del mercado puede permitir tomar ventaja de estas situaciones y mejorar el rendimiento de la cartera de inversiones. Pero no hay que perder de vista que esta cartera tiene que estar armada pensando en el largo plazo e ir acomodándose progresivamente al acortamiento de los tiempos para el retiro y luego a las nuevas necesidades posretiro”, define.