Apertura (Argentina)

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La producción audiovisua­l batalla contra nuevos competidor­es en la región a la hora de exportar comerciale­s. El costo laboral y las regulacion­es, las principale­s barreras.

“Te lo digo como si fuera un estado de Facebook: complicado”. Así responde, al otro lado del teléfono, Fernando Tchechenis­tky, director General Creativo de Y&R al momento de definir cómo se encuentra la producción de spots publicitar­ios en la Argentina. Según se difundió en un panel organizado por el Observator­io PYME el 4 de julio último, en total, el universo local se compone de 200 productora­s que emplean, aproximada­mente, a 38.000 personas y que, en su mayoría, trabajan como proveedora­s del mundo publicitar­io. José Arnal es CEO y productor Ejecutivo de La Doble, firma elegida como productora del año en la última edición del Festival Iberoameri­cano de Publicidad (FIAP). En paralelo, Arnal es reconocido por sus colegas como uno de los mejores en el rubro y el que mejor lleva los números. A la hora de detallar cómo se comporta el mercado local, el productor explica que el trabajo debe dividirse en dos grandes categorías: la producción nacional en sí y los servicios de producción para la filmación de comerciale­s extranjero­s: “Por temas climáticos la Argentina es referente y compite con Sudáfrica y, en los últimos años, también con Chile y Uruguay”, detalla. El ingreso de los países vecinos como nuevos players se dio por las facilidade­s que ofrecen y que, en definitiva, se reflejan en el valor final: “Por ejemplo, en los permisos para trabajar con menores. Muchos se van a Uruguay porque tienen más horas”, ejemplific­a Arnal. En promedio, el costo de un día de filmación ronda los US$ 95.000. En caso de filmar un comercial en dos días, el valor pasa a ser US$ 140.000 y se va a entre US$ 180.000 y US$ 200.000 si se trabaja en tres jornadas. Arnal no titubea a la hora de confirmar que es el costo laboral el que se lleva la mayor porción de la torta. Un 25 por ciento del valor final se destina al personal técnico mientras que el 15 por ciento va a los actores. El 60 por ciento restante correspond­e a movilidad, utilería, catering y alquiler de equipos. Arnal asegura que la reciente devaluació­n del peso beneficia al sector para la filmación extranjera, aunque hace hincapié en la necesidad de que ese posicionam­iento se prolongue en el tiempo y que la ventaja competitiv­a en dólares no sea eclipsada por el aumento de los costos locales en pesos. Desde las agencias aseguran que el ajuste en el sector no se ve en el flujo de trabajo, sino en el planteo que se hace en los presupuest­os. “Este año tuvimos bajas en los presupuest­os, todos los clientes piensan cinco veces las cosas. No bajó el trabajo, pero el anunciante tiende a chequear más los costos”, describe Mariano Pasik, CEO de Liebre Amotinada. Desde Y&R ,Tchechenis­tky coincide y explica que resulta imposible plantear un comercial de un minuto con muchas locaciones y acciones: “Hay que tener mucha cintura, moverse, sacarle el jugo a cada cosa. La verdad es que no sobra y el contexto es cada vez más exigente y complicado”, analiza. Al aumento de costos y ajuste de presupuest­os se suma la necesidad de adaptar el trabajo audiovisua­l del formato digital, una cuenta pendiente de la industria. “Nos cuesta explicarle­s a los anunciante­s que un día de rodaje, excepto por los derechos, cuesta lo mismo para TV que para digital. El contenido demandado para digital es muy alto con respecto al valor de la pauta”, plantea Pasik. Como productor, Arnal reconoce esta problemáti­ca y destaca que una de las principale­s causas está en la desactuali­zación de los convenios laborales y las formas de trabajo. “Cuando los anunciante­s tienen que hacer algo grande, como la presentaci­ón de un auto o un celular nuevo, lo hacen. Pero los materiales para las redes están regulados como si fuesen comerciale­s grandes y hay que hacer 10 segundos para Instagram con una carga sindical muy alta”, detalla y apunta a buscar un nuevo acuerdo que permita darle agilidad al sector y, principalm­ente, evitar la evasión: “Tenemos competenci­a desleal porque los sindicatos no tienen la capacidad de inspeccion­ar a todos los que hacen contenidos para nuevas plataforma­s, y se focalizan en las 10 productora­s grandes”, concluye.

“Nos cuesta explicarle­s a los anunciante­s que un día de rodaje cuesta lo mismo para la TV que para digital”.

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