Los cinco errores frecuentes
1
No definir concretamente el problema que se intenta resolver: hacer una definición difusa provoca que las personas involucradas en el proyecto pierdan el foco y la visión respecto de los pasos a seguir. Tener claro cuál es el problema a resolver ayuda a lograr una mejor empatía entre actores involucrados, facilita la etapa de investigación y evita que el equipo de trabajo se estanque en el proceso proyectual.
2
Enamorarse de una idea: anteponer el ego, el capricho o el gusto personal por una única idea impide que se exploren más alternativas. Es muy probable que la primera idea no fuese la más adecuada, por lo cual es clave atravesar un proceso de ideación que permita ordenar, evaluar y priorizar las ideas.
3
Apurarse y anticipar la solución: producto de la ansiedad por encontrar resultados rápidamente, es común intentar quemar etapas y anticiparse a la solución sin atravesar un proceso de exploración y definición. Por esto es muy importante respetar los tiempos y los procesos establecidos por el plan de trabajo, dar lugar a los procesos de divergencia y convergencia, y asegurarse que el proyecto avanza a paso firme, sobre bases sólidas.
4
Pretender soluciones 100% efectivas o frustrarse ante el fracaso: parte de la filosofía que propone design thinking es la idea de abrazar los errores como parte del proceso. Pretender soluciones mágicas que funcionen a la perfección atenta contra el espíritu “fail fast”. La metodología de trabajo ágil, en ciclos iterativos, garantiza y contempla la idea de que vamos a equivocarnos. La clave será entender el fracaso como una posibilidad de aprendizaje y evolución continua.
5
Concebir los prototipos como soluciones definitivas: en muchos casos los miembros de los equipos pretenden ceder a la ansiedad de los clientes y muestran prototipos que suponen ser definitivos. Sin embargo, el objetivo de los prototipos es aprender, poner a prueba los atributos de la solución y, en última instancia, validar las hipótesis formuladas durante el proceso de trabajo. Presentarlos como soluciones definitivas puede suponer problemas a la hora de querer hacer modificaciones que mejoren la experiencia en iteraciones posteriores.<ap>
Por Gabriel Lopatin. coordinador del programa ejecutivo de Design Thinking en Digital House