Vuelos más accesibles
Nacida en Hungría, Wizz Air es la aerolínea low cost más grande de Europa del Este. Con una flota de 86 Airbus y 26 millones de pasajeros transportados en 2017, aspira a convertirse en el líder del continente. József Váradi pensó que su carrera en la industria de la aviación se desmoronaba el día que debió retirarse de Malév Hungarian Airlines, la aerolínea de bandera húngara. En ella, se desempeñó como director Comercial hasta convertirse en su máximo líder, rejuveneciendo la flota de aviones
“Cada un minuto vuela el 50 por ciento de la población de Europa occidental, mientras que en el mismo período de tiempo solo lo hace el 16 por ciento de la zona oriental”. József Váradi, fundador de Wizz Air.
rusos y Boeing clásicos y encabezando su reestructuración durante el tiempo que duró su gestión. Cuando una coalición de centroizquierda asumió el gobierno en 2002, llegó para él el momento de irse. Sin embargo, el panorama cambió con el ingreso de Hungría y otros nueve países –ocho de ellos, de Europa del Este– a la Unión Europea (UE) en 2004. “La ampliación de la comunidad creó las condiciones para fundar una línea aérea de bajo costo. Existía un potencial por explotar sitios desatendidos con economías en crecimiento”, señala el empresario. Hoy, Wizz Air es la mayor low cost de la región, con 14 años de trayectoria, 28 bases en 16 países y vuelos que conectan 144 destinos cercanos con aeropuertos de Europa occidental. Para Váradi, el timing fue el adecuado: “No creo que hubiésemos podido hacerlo antes, el entorno regulatorio no estaba dado para desarrollar la iniciativa; tampoco podríamos haberlo hecho más tarde, porque la competencia se habría apoderado del nicho”. De todos modos, los inicios fueron sinuosos. Es que al cumplirse un año de su creación, Wizz Air cayó en ruina financiera y estuvo a punto de quebrar. Sin embargo, gracias a que se sobrepuso rápidamente y sus colaboradores postergaron el cobro de sus sueldos y se negaron a renunciar pese a la insistencia de Váradi para que abandonaran la compañía, pudo salir adelante. La puesta en marcha del esquema Desde el comienzo, el entrepreneur tuvo la idea de dar a luz un servicio que fuera accesible para numerosos viajeros. “A principios del milenio, volar todavía era un beneficio restringido a unos pocos. Solo el 1 por ciento de la población local había viajado en avión alguna vez”, detalla el CEO de la compañía que transportó en 2017 a más de 26 millones de pasajeros en 86 Airbus A320 y A321 y emplea a 3000 personas. La estrategia enfocada en mantener los costos bajos explica, de acuerdo a su ideólogo, gran parte del éxito de la firma, que ofrece aéreos a precios comparables a los de otros medios de transporte, para que los usuarios se inclinen a elegirlos como una alternativa de movilidad más. “Las necesidades de la gente son bastante universales. No quiere pagar precios elevados para trasladarse, por lo que el avión debe convertirse en una comodidad. Lo mismo sucede en otras partes del mundo, como América del Sur”, responde cuando se lo consulta sobre el incremento de actividades de aerolíneas low cost en la Argentina, al tiempo que descarta la posibilidad de desembarcar en el país: “Se trata de un mercado que desconocemos”. En palabras del entrevistado, el negocio sigue “el modelo de servicio simple”:
se abona y gestiona la transacción de manera online, lo que ahorra costos operativos, permitiendo abaratar los valores de los vuelos. “El 63 por ciento de nuestras interacciones con el público son digitales. Además, 28 años es la edad promedio de nuestros consumidores. Queremos generar un approach con ellos y comprender cómo cambian sus comportamientos”, afirma. La elección del mercado oriental En los primeros años de vida de Wizz Air, sus clientes fueron, principalmente, europeos orientales que se movían hacia el oeste. Con el paso del tiempo, la ecuación empezó a revertirse, aunque la mayoría de sus viajeros frecuentes sigue siendo oriental. Según su fundador, la diferencia más grande que existe entre un mercado y otro es que occidente posee un nivel de ingresos superior, por lo que sus habitantes están dispuestos a gastar más dinero. “Por poner un ejemplo, cada un minuto vuela el 50 por ciento de la población de
“Nuestra ambición es convertirnos en el referente de aerolínea bajo costo en el continente y hacia ello vamos”.
Europa occidental, mientras que en el mismo período de tiempo solo lo hace el 16 por ciento de la zona oriental”, grafica quien se graduó de la Universidad de Ciencias Económicas de Budapest (Hungría) en 1989, el mismo año en que se desmanteló al comunismo en su país, dando paso a la democracia liberal. Así, Váradi supo encontrar una oportunidad que estaba siendo desaprovechada. Las economías locales de más rápido crecimiento, pero con los salarios más bajos, están poco penetradas por el modelo de bajo costo y los viajes aéreos en general en comparación con Europa occidental, explica. Además, son pocas las líneas aéreas de gran tamaño en la región que gozan de una buena salud financiera. Aunque Wizz Air no tardó en consolidarse y dar batalla por el liderazgo en costos, Ryanair, su competidor más directo y de raíces irlandesas, lo acecha con cautela. No obstante, el directivo conf ía en su oferta y su equipo. “Estoy convencido de que podemos brindar un producto superador. Tenemos un mayor entendimiento del sector, ya que procedemos de la misma región en la que operamos”, comenta, y destaca que el capital humano es uno de los puntos fuertes de su empresa: “Siempre estaré agradecido a mi staff. Trabajo arduamente para mantener la satisfacción laboral”. Descuentos en viajes y desarrollo de carrera son algunos de los incentivos que otorga. Los planes futuros abarcan la sumatoria de nuevas rutas, al igual que el crecimiento de la flota. Recientemente, Váradi garantizó la incorporación de 130 aeronaves, lo que demuestra su determinación a mantenerse en la pole position. “Nuestra ambición es convertirnos en el referente de bajo costo en el continente, y hacia ella vamos”, cierra.