5 razones para prolongar una guerra comercial
Los analistas aseguran que Trump tiene mucho que perder, pero sigue atacando a China con aranceles (y viceversa). ¿Qué variables hay detrás de la ofensiva?
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LA LUCHA INVISIBLE. “Estados Unidos no quiere perder la carrera por la agenda del futuro, y la pelea por la propiedad intelectual y la tecnología”, dijo Dante Sica a APERTURA antes de asumir como ministro de Producción. Para el economista, el motivo que incentiva a Trump es adueñarse nuevamente de los procesos de innovación ligados a la producción industrial. Según datos oficiales, China pagó US$ 28.600 millones en 2017 por derechos a la propiedad intelectual, una cifra 15 veces superior a la de 2001, cuando se sumaron a la OMC.
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ORGULLO INDUSTRIAL. Según un estudio de Moody’s, en los últimos 30 años hubo una destrucción de más de un tercio de los trabajos manufactureros de los Estados Unidos, de 18,9 millones a 12,2 millones, en parte causado por el crecimiento industrial chino y el aumento de las importaciones chinas de los Estados Unidos. Trump llegó al poder con la promesa de recuperar el orgullo industrial. El ejemplo del acero y aluminio es claro: la consultora Trade Partnership pronosticó que las tarifas que impuso Trump causarían 13 pérdidas de puestos de trabajo por cada uno que gane esa industria.
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APOYO POPULAR. Una de las consecuencias del impacto de las importaciones chinas en regiones industriales fue un aumento de la polarización política en los distritos congresuales afectados que, según un estudio del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), fomentó un apoyo popular hacia Trump. “Está más preocupado por lo trabajos industriales que por el empleo en general. Utilizó el argumento del empleo industrial como recurso electoral porque, si bien el trabajo de servicios se genera cada vez más en las viejas zonas donde había empleo industrial, dejaron gente afuera”, aclara Marcelo Elizondo, director de la consultora DNI.
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APLACAR EL DÉFICIT. Entre las medidas que exige Washington a China para “nivelar” las reglas del juego, la reducción del déficit comercial de US$ 200.000 millones (hasta 2020) es una de ellas. Esa cifra supone más de la mitad de todo el desequilibrio entre ambos países, es decir, la diferencia entre lo que los Estados Unidos compra a China y lo que le vende, que fue de US$ 375.000 millones en 2017. La brecha deficitaria con China es el grueso de todo el déficit comercial estadounidense, de US$ 556.000 millones.
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AUTOS, REPUESTOS Y LA SEGURIDAD NACIONAL Trump aseguró que su plan de aplicar tarifas a la importación de autos y repuestos para “resguardar la seguridad nacional” es una de las medidas más importantes. Según datos oficiales, Estados Unidos importó en 2017 autos y camionetas por US$ 191.700 millones y repuestos por otros US$ 143.000 millones. Es decir, un total de US$ 334.000 millones. Los analistas opinan que, con esta medida, el mandatario busca ganar poder de negociación frente a la UE y Japón.