Apertura (Argentina)

Entrevista a Miguel Gutiérrez, de YPF

- Miguel Ángel Gutiérrez

El ejecutivo explica la estrategia detrás de la energética para fomentar la inclusión. Cómo es la iniciativa que comenzó con foco en el género y trascendió esa problemáti­ca. “Sabemos que la diversidad y la inclusión ayudan a que seamos una empresa más exitosa y rentable, porque permiten crear una fuerza de trabajo más representa­tiva”. Con esta misión, YPF, la compañía más grande de la Argentina –y la empresa que más factura en el país– muestra que la diversidad no es algo que las empresas hagan solo por “imagen”, sino que, bien entendida, es un aspecto que se traduce en resultados concretos para el negocio. En exclusiva, Miguel Ángel Gutiérrez, presidente de la compañía, explica a APERTURA los pasos que se dieron para ello. El camino se encauzó cuando el nuevo equipo directivo que inició la gestión en 2016 se propuso “dar más dinamismo” a la agenda de diversidad e inclusión. Así, por ejemplo, se incorporó el eje de equidad de género en el Código de Ética y Conducta. También se lleva adelante desde ese año el Programa de Formación para la Empleabili­dad de Personas con Discapacid­ad, en conjunto con el Ministerio de la Nación (según datos del organismo, el 60 por ciento de los participan­tes de la primera edición cuenta con un trabajo registrado). A nivel interno, se creó un Comité de Diversidad, se designó un líder de Diversidad para coordinar la implementa­ción de las acciones y se realizó una convocator­ia a Diversity Officers (DOERS), es decir, personas dentro de la organizaci­ón con vocación para empujar la agenda de diversidad como parte de sus tareas. “Inicialmen­te, pensamos en la diversidad como género, pero nos dimos cuenta muy rápido de que el concepto es mucho más amplio”, explica Gutiérrez. “Así, nos impusimos para este año y el que viene incorporar estos conceptos; la oportunida­d que se le tiene que dar a todos los empleados no importa su religión, sexo o género, e incluyendo también a quienes tienen alguna dificultad o minusvalía”, añade el ejecutivo. Con el foco de la equidad de género, durante 2017 la compañía invitó a más de 1900 mujeres empleadas a participar de una encuesta para conocer su opinión acerca de la diversidad y su impacto en el entorno de trabajo. También se convocó a charlas abiertas en las que hombres y mujeres, de todas las regiones y negocios, contaron qué piensan sobre la temática. Contestaro­n más de 900 y, a partir de los resultados, se detectaron 10 ejes en los que las mujeres encuentran obstáculos para desarrolla­r plenamente su carrera: Indumentar­ia, Infraestru­ctura, Participac­ión, Formación técnica, Modalidad de trabajo, Maternidad, Desarrollo profesiona­l, Conductas inapropiad­as, Protección a las personas y Cultura. “Una empresa como YPF tiene que ser faro en esto”, dispara Gutiérrez. “No es un proceso de la noche a la mañana. Van a ser años. Pero tenemos que empezar y dar respuesta rápido”, añade. ¿Por qué empezar por equidad de género? Esta es una industria en la que conviven muchas y distintas áreas de trabajo. Por ejemplo, en las estaciones de servicio, el plantel está dividido casi 50/50 entre mujeres y hombres. Pero en los lugares de exploració­n y explotació­n hidrocarbu­rífera, la relación es distinta. En parte tiene que ver con que son trabajos más duros, remotos y demandante­s a nivel f ísico. La realidad es que hay sectores de la compañía en los cuales creemos que hay un gran valor que la mujer participe en porcentaje­s distintos a los de hoy. ¿Cuáles fueron las principale­s conclusion­es de la encuesta? De la encuesta surgieron 10 ejes, que son bastante claros y abarcan diferentes aspectos. Algunas cosas son muy concretas y prácticas, como repensar la indumentar­ia para la mujer. Otras, más abarcativa­s, como la licencia por paternidad, que la ampliamos a 15 días para los padres. En maternidad, además de extender la licencia, hay políticas de teletrabaj­o. Estamos haciendo una transforma­ción digital de la compañía para que las personas puedan trabajar desde sus casas. En esto, igual, siempre queremos dejar en claro la opcionalid­ad, que no sea una imposición. Tratamos de ser flexibles en este sentido. Estas facilidade­s son una oportunida­d para que el sistema de trabajo sea más inclusivo. ¿Cuáles fueron las principale­s barreras que surgieron? Hay desde indumentar­ia hasta infraestru­ctura. También, por ejemplo, la participac­ión de la mujer en las posiciones más altas de la compañía. Hasta la mitad de la pirámide estamos bien. Un poco más arriba, la participac­ión es del 25 por ciento. Pero no tenemos a ninguna ejecutiva en la primera línea de vicepresid­entes. En el directorio, compuesto por 12 personas, hay una mujer, aunque me gustaría que hubiera por lo menos dos o tres. No tenemos cupos y no sé si estoy a favor de esa política, porque me parece que tiene que haber meritocrac­ia. Lo que sí, tienen que estar los mecanismos y los procesos para que eso suceda. ¿En qué otros aspectos se puso el foco?

El desarrollo profesiona­l es muy importante. Esto es, dar todas las herramient­as internas para que las mujeres que estén ahí puedan empujar, subir y llegar. Tenemos que preocuparn­os por generar un camino de desarrollo profesiona­l que haga que esas personas se sientan empoderada­s para llegar a posiciones clave. ¿Cuál es el mayor desaf ío en ese camino? Uno es cultural: romper las barreras, generar el ambiente inclusivo donde no haya ningún tipo de diferencia. Y el otro es la propia mujer que, a veces, se inhibe. Trabajando en los Estados Unidos, alguien me dijo que si una mujer quiere hacer carrera profesiona­l, la define y va con fuerza. Acá hay un tema cultural por el cual a veces se autoexcluy­en. Está en nosotros generar un mecanismo que funcione para que la mujer pueda animarse, se arriesgue, vaya adelante y tenga las condicione­s para hacerlo. ¿Hay algo en lo que quisieran avanzar más rápido en la lista? Que haya más mujeres en los puestos directivos de la compañía. Tiene que ver con que se animen, pero más con que nosotros facilitemo­s que lleguen. Por ejemplo, cuando salimos a completar una posición, hacer el esfuerzo de buscar mujeres que puedan cubrirla. También impulsar a través de las carreras en las universida­des. No hay un solo elemento, pero si los atacamos en conjunto y al mismo tiempo van a acelerar la llegada. ¿Qué les aporta que haya más mujeres? Hablando de forma egoísta para una empresa, la diversidad trae una mejor forma de encarar los negocios. La mirada de una mujer sobre los negocios puede cambiar la forma de hacerlos. Y no tener esa representa­tividad es un hándicap. Estaríamos dejando algo fuera de la mesa. La mujer tiene otra sensibilid­ad y otra forma de entender los movimiento­s de la sociedad. Trae una apreciació­n cultural distinta a una mesa de decisiones empresaria­les o una discusión de negocios. Estaríamos dejando fuera una parte importante de lo que somos como sociedad. ¿En qué áreas faltan más? En las técnicas más duras, particular­mente en el upstream. Parcialmen­te en el downstream, aunque hay más. El mensaje es que esta es una industria en la cual la mujer puede desempeñar­se y llegar a posiciones muy relevantes. Cuando las jóvenes estén mirando qué carrera hacer, tienen que pensar en esta industria como posible. De nuestro lado tenemos que hacer nuestro trabajo para que ese camino quede liberado y sea normal. Egoístamen­te, ese valor agrega resultados. Entonces, nuestros accionista­s, nuestros clientes y nosotros, como empleados, estaríamos en mejores condicione­s si le agregamos diversidad a lo que hacemos. Como empresa tenemos que abrazar la diversidad y no tenerle miedo al que piensa distinto o tiene otra una mirada. ¿Qué trae de su experienci­a personal a este tema? Algo que aprendí de mi carrera con Jpmorgan, al tener muchos países a cargo, es el respeto a la cultura y la personas de cada lugar. Y encarar ese respeto desde el aprendizaj­e. Hay que sentarse con la gente y escucharla. Las directrice­s globales y centrales están perfectas y tienen que ser implementa­das. Pero tienen que tener la latitud para absorber la idiosincra­sia de los empleados. Con eso construís equipos fuertes. Ojalá todos los que trabajamos en YPF podamos tener esa mentalidad sabiendo que siempre hay algo para aprender. Yo empecé de abajo y tuve la suerte –digo suerte porque muchos otros no la tuvieron– de poder hacer una carrera internacio­nal, vivir en otros países y volver a desarrolla­rme acá con lo que aprendí afuera. Viví en carne propia el valor de la diversidad.

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Para el ejecutivo, hay que generar condicione­s para que las mujeres puedan llegar a las posiciones clave.

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