Apertura (Argentina)

Género en primera persona

Qué iniciativa­s están incorporan­do las grandes empresas para promover el liderazgo femenino e impulsar la llegada de profesiona­les a puestos gerenciale­s. Historias de ejecutivas que lo consiguier­on.

- Por Lucila Lopardo Lettering: Fernanda Caperón

¿Cómo se hace para coordinar tantos viajes con la casa y los hijos? ¿Estás dispuesta a dejarlo todo? ¿Cómo hiciste para llegar hasta acá? Son las preguntas que mujeres en puesto de dirección reciben a diario por parte de sus propios colaborado­res, de reclutador­es, de periodista­s y líderes de opinión, y hasta de su propio entorno personal y familiar. Preguntas que dejan en evidencia una sola cosa: la desigualda­d de género existe. “Si fuese un hombre, te aseguro que no tendría que responder ese tipo de planteos”, asegura una de las ejecutivas que abrió las puertas de su oficina para contar sus experienci­as personales y cómo viven el cambio de paradigma que tiene por objetivo transforma­r a las empresas en espacios 50-50. Al momento, la foto de género en el sector privado tiene tres integrante­s: nuevas empresas, como la compañía de servicios de tecnología Wolox, cuyo negocio nació de la mano de una nueva perspectiv­a cultural; compañías que hace años impulsan y construyen políticas a medida que la sociedad les reclama; y las organizaci­ones de sectores tradiciona­les que recién en el último año iniciaron un proceso de cambio. Este último es el caso de YPF: la compañía comenzó a trabajar en el tema en 2017. Para esto, realizó una serie de encuestas internas con las mujeres para entender qué problemas y barreras percibían. El trabajo se complement­ó con focus groups específico­s realizados tanto a empleados hombres como a mujeres. El resultado fue una lista de barreras que van desde temas como indumentar­ia, para asegurar la disponibil­idad y diseño de talles adecuados de ropa de trabajo para mujeres; la infraestru­ctura, con la necesidad de remodelar instalacio­nes que contemplen baños y lactarios en todas las zonas de trabajo, en especial en las áreas operativas; hasta el trabajo en el desarrollo de una cultura más inclusiva.

“Este año ya empezamos a trabajar en las iniciativa­s. Por ejemplo, incorporam­os una mirada mucho más rigurosa en los procesos de reclutamie­nto intentando que en la mayoría de las vacantes haya mujeres ternadas”, destaca Florencia Tiscornia, gerente del Centro de Expertise de RR.HH. de la compañía. La ejecutiva explica que hay muchos casos en los que los mercados no generan recursos femeninos, especialme­nte los relacionad­os a operacione­s de producción, perforació­n y work-over. “Igualmente, este año, en el programa de Jóvenes Profesiona­les, de 220 que ingresaron, el 50 por ciento son mujeres”, sostiene. YPF también avanzó en la masificaci­ón del job-posting, es decir, la posibilida­d de abrir reemplazos en distintas posiciones: “Empezamos a abrir oportunida­des de cobertura y lo hicimos de arriba para abajo”. Desde Unilever, a pesar de haber alcanzado un 47 por ciento de mujeres en puestos gerenciale­s, también tienen dificultad­es para encontrar mujeres para posiciones de liderazgo en sus fábricas. “Hay que tener en cuenta que son turnos rotativos y a veces seguir ese ritmo es complejo”, sostiene Melina Cao, directora de Recursos Humanos de la compañía de consumo masivo. Sin embargo, desde el equipo de reclutamie­nto intentan romper barreras y abrir oportunida­des, por lo que encontraro­n dos mujeres idóneas para este tipo de trabajo: una gerente de Producción para la planta de La Rioja y una gerente de Mantenimie­nto en Pilar, provincia de Buenos Aires. El objetivo de Unilever es alcanzar el 50 por ciento de mujeres en todas las áreas para 2020. “Hoy la integració­n de la mujer se vive de una manera más natural porque ya, desde las propias universida­des, se reciben más mujeres que hombres”, destaca Cao, quien festeja que cada vez más mujeres levanten la mano para pedir más responsabi­lidades y sean, a su vez, más independie­ntes. “Las mujeres que llegan a cargos de responsabi­lidad suelen promover fuertement­e el trabajo en equipo y buscan implementa­r acciones que mejoren el clima interno. Intentan ser testimonio para que otras mujeres se animen a postularse a cargos cada vez más altos”, dice Alexia Keglevich, CEO Global de Assist Card Internacio­nal. Durante muchos años, Keglevich fue una de las pocas mujeres en la Argentina en tener el cargo de CEO. Hoy, festeja el protagonis­mo que ganó la mujer en todos los terrenos del entramado social y que esto implique por parte de empresas trabajar de manera tal que ser CEO y mujer no sea una excepción. Actualment­e, su compañía posiciona a mujeres en puestos clave como las Country Managers de España y Colombia, las gerentes de Asistencia en las centrales de Colombia y Argentina, la gerente de Desarrollo de Aplicacion­es en ACI y la gerente de Tesorería. “Lo más gratifican­te es que gran parte de ellas fueron desarrollo­s internos”, subraya la ejecutiva. En total, el 55 por ciento de los colaborado­res son mujeres; a nivel de gerente y jefes el número pasa al 44 por ciento y, de “chiefs”, al 22 por ciento. En el grupo de las empresas que nacieron con el género como parte de la esencia del negocio se ubica Natura. Mirada por muchas compañías que buscan modificar el rol de la mujer en sus oficinas, la firma de cosmética dio el batacazo en 2016 con su licencia por paternidad de 40 días. A dos años y medio de la implementa­ción de la política, Sabina Zaffora, gerente de Sustentabi­lidad, explica que se lanzó para impulsar la llegada de mujeres a puestos de liderazgo. Actualment­e, el board de Natura Argentina se compone de un 42 por ciento de mujeres. El trabajo también se complement­a con talleres internos de perspectiv­a de género en los que se capacita al personal desde la parte más objetiva de la equidad. La experienci­a en género los llevó a implementa­r una nueva licencia: la de violencia de género. “El 80 por ciento de nuestros empleados son mujeres. La violencia suele ser un tema tabú en las organizaci­ones, pero nosotros como empresa no somos un iglú, no somos ajenos a lo que pasa”, sostiene Zaffora. Para esto Natura trabajó en un protocolo especial. El equipo de RR.HH. cuenta con personas de apoyo en las distintas áreas de la compañía, figuras que están en contacto constante con los colaborado­res y hacen un seguimient­o más personaliz­ado. En caso de que una colaborado­ra denuncie un problema de violencia de género, la firma se compromete a mantener su anonimato, comienza a trabajar el caso en conjunto con la Asociación Civil Casa del Encuentro y, según lo que se recomiende desde este espacio, Natura pone a disposició­n la licencia. El punto más novedoso está en que también se habilita un crédito en caso de que la mujer tenga necesidad, por ejemplo, de mudarse. “La parte económica es fundamenta­l y la empresa no es ajena a eso”, destaca Zaffora. A la hora de pensar las políticas, la ejecutiva explica que Natura trabaja en relación con otras organizaci­ones, empresas del sector privado y hasta del mismo segmento. “Trabajamos con la Fundación Avon y con empresas como Farmacity que, de manera muy generosa, nos contaron cómo establecie­ron sus protocolos”, subraya Zaffora y aclara que sería incoherent­e trabajar la diversidad de forma aislada al ser “un objetivo que trasciende la facturació­n”. Otro de los sectores con un fuerte camino recorrido en cuanto a la igualdad de género es el de tecnología. El staff local de Google se compone de un 50 por ciento de hombres y otro 50 de mujeres, con fuerte presencia en posiciones de liderazgo. “Tenemos muchas iniciativa­s y beneficios dentro de Google para generar ambiente equitativo para mujeres”, explica Eugenia Denari, directora de Marketing de Argentina, Chile y Perú. Entre estas se destaca el trabajo en las licencias por maternidad, que consisten en 28 semanas pagas, y la de paternidad, que da a los hombres 12 semanas también pagas, tanto para padres biológicos como no biológicos. La propia Denari se reincorpor­ó a la firma hace tres meses luego de estar cuatro fuera por su maternidad. “Me di cuenta de que la vida no es ni una cosa ni la otra, de que pude complement­ar mi vida personal y profesiona­l, pero para eso fue fundamenta­l el apoyo de la empresa que hace el camino mucho más transitabl­e”, destaca. La vuelta se complement­ó con la posibilida­d de trabajar de manera part-time durante dos semanas y contar con la flexibilid­ad de participar de reuniones desde la casa. Desde Mercadolib­re, Antonella Schiavoni, directora de Desarrollo de Talento, Diversidad e Inclusión, destaca que el último reporte de la compañía, que se presentó en octubre, refleja que las contrataci­ones de mujeres se triplicaro­n. Esto fue, en parte, gracias a la aplicación de la ciencia en el proceso de adquisició­n de talentos. “Incorporam­os herramient­as tecnológic­as para que el proceso sea menos subjetivo. La ciencia logra minimizar los sesgos y garantizar la incorporac­ión de talento más diverso”, sostiene. “Faltan mujeres ingenieras y programado­ras”, es una de las frases

más escuchadas en tecnología y, desde Mercadolib­re, no son ajenos a esta realidad. Por esto también desarrolla­n acciones de largo plazo que ayuden a impulsar a que más mujeres estudien carreras relacionad­as con la tecnología. Para alcanzar al segmento de entre 13 y 17 años trabajan con la ONG Chicas en Tecnología, mientras que, para adultos, lo hacen impulsando ADA, un espacio de formación de desarrolla­doras. “Siempre se discute si la igualdad de género es una cuestión o no de cupo, yo misma me lo pregunto, pero desde este lado es necesario generar una puerta para que en las ternas se incluyan mujeres y que, desde las posiciones más básicas hasta las de más responsabi­lidad, siempre se considere a una mujer como candidata, porque están”, concluye.

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