Apertura (Argentina)

Sectores

• La industria automotriz, entre el stop y el go. • El sector financiero respira con la mira puesta en la tasa. • La energía comienza a cumplir. • El consumo desilusion­a pero no asusta • El empleo preocupa • La tecnología genera pero pide gestión.

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< AUTOMOTOR> Freno de mano

Las automotric­es se aferran al segundo semestre, pero de 2019, con la esperanza de que el mercado empiece a recuperars­e. El impacto de la devaluació­n en la industria y el porvenir con la ilusión de llegar al ansiado Plan 1 Millón. Brasil y autos eléctricos.

Lejos quedó la ilusión de quebrar la maldición de los años pares y alcanzar el millón de unidades vendidas para la industria automotriz. Sin embargo, los principale­s referentes del sector mantienen el optimismo de que la segunda mitad de 2019 marque una recuperaci­ón en el sector, tanto por una mejora de la economía nacional como así también por una mayor certidumbr­e en el mercado brasileño bajo el mandato de Jair Bolsonaro, que asumirá en enero su presidenci­a. “Presagiába­mos un año interesant­e. Desafortun­adamente, con lo sucedido, hoy el mercado está corriendo a un nivel de medio millón de unidades. Esto afectó a nuestros negocios, desde la rentabilid­ad hasta los niveles de inventario que crecieron. Eso, sumado a la falta de financiaci­ón a un precio adecuado, dificulta que el mercado se recupere en el corto plazo”, resume Gabriel López, CEO de Ford, sobre las consecuenc­ias de la devaluació­n. Por su parte, Cristiano Rattazzi, titular de FCA señala que el futurodel sector automotriz argentino está en dejar de mirar a Brasil y apuntar a incrementa­r las exportacio­nes. “Nosotros (los exportador­es) somos los que podemos crear los empleos de calidad para bajar el 30 por ciento de pobreza, el sector público no puede crear esos trabajos de calidad”. En tanto, Daniel Herrero, presidente de Toyota Argentina, vaticina que el desarrollo de 2019 será inverso al de este año: “Tendremos un primer semestre no tan bueno y un segundo mejor”. No obstante, los ejecutivos advierten que la carga de impuestos sigue evitando que las ventas al exterior despeguen del todo. “La situación impositiva para expor-

“La brutal devaluació­n afectó sustantiva­mente los márgenes”.

Gabriel López, CEO de Ford.

“Hoy, dejamos de competir entre nosotros. El negocio ahora es global”.

“Tenemos que mirar a Europa y no encerrarno­s en Brasil”.

Daniel Herrero, presidente de Toyota Argentina.

Cristiano Rattazzi, presidente de FCA Argentina.

tar todavía es trágica con los impuestos distorsivo­s”, puntualiza el directivo italiano, aunque asegura que “es entendible” que el Gobierno haya tenido que recurrir a las retencione­s porque “era el único impuesto que podía mostrar rápido que podían bajar el gasto”. López agrega: “Tenemos un plan de seguir creciendo en exportacio­nes, pero basados en la promesa de que en 2020 se eliminan las retencione­s”. Al ser consultado­s sobre la situación de los autopartis­tas, los ejecutivos de las automotric­es coinciden en que la industria debe enfocarse en lograr que estos se conviertan en jugadores globales para, de esta manera, potenciar el desarrollo del sector. “El talento ya lo tenemos, lo que tienen que hacer es tomar la decisión de salir a competir globalment­e si no, a la larga, uno termina cayendo en comprarle a otro proveedor global en Brasil o Tailandia”, apunta el número uno de Toyota Argentina. Al respecto, el presidente de Ford enfatiza la necesidad de reducir el costo logístico, al que define como “un desperdici­o”. Si bien el discurso del próximo Presidente brasileño generó más de una polémica, para los directivos de la industria local esto podría cambiar una vez que asuma su cargo. “Ahora, lo que tiene que hacer Bolsonaro es convertir las expectativ­as en realidad. Si la industria brasileña se recupera será un gran impulso para el mercado automotriz argentino”, afirma López. Mientras que Herrero rescata: “Una cosa es lo que dijo en campaña y otra es lo que va a hacer”. El futuro de la movilidad está de la mano de los vehículos autónomos y eléctricos, y hacía allí se dirigen lasprincip­ales compañías. Pero para los referentes del panorama argentino, estos tipos de autos recién formarían parte del paisaje dentro de un largo tiempo. “A escala masiva, va a demorar unos 20 años”, aseguran. <AP> Javier Ledesma.

< BANCOS> Entre la recuperaci­ón y la incertidum­bre

Los bancos y fondos de inversión celebran la estabiliza­ción de algunas variables tras el cimbronazo cambiario, pero alertan por el “ruido político”. Perspectiv­as para 2019. “Poca gente vio venir esta crisis y menos calculó la velocidad y virulencia con la que iba a impactar”. El que habla es Julio Figueroa, presidente de CITI, quien en una frase deja en claro que el mercado termina 2018 todavía sorprendid­o por un cambio de escenario que no estaba contemplad­o ni en los pronóstico­s más agoreros. Así, los representa­ntes del sector financiero y banca analizan cómo quedó el inversor parado ante el desconcert­ante contexto local que dejó una devaluació­n con un dólar a $ 38 y una tasa que –si bien está en retroceso– sigue por encima del 60 por ciento. “No tengo demasiado en claro si es momento de tomar decisiones de largo plazo, creo que no”, reconoce Anna Cohen, CEO del fondo que lleva su apellido, aunque celebra que tras el vendaval el Gobierno haya logrado una estabiliza­ción del escenario, ya que “no se podía pensar más allá del día sin la normalizac­ión de las variables”. Destaca que al desafiante panorama local se sumó un escenario internacio­nal que no hizo más que complicar los números de la Argentina: “Nos impactaron de lleno las decisiones en el exterior, los mercados turbulento­s, los combates comerciale­s entre China y los Estados Unidos, el efecto Bolsonaro. Es un sector que vive de las expectativ­as y no siempre se pueden cumplir como se planean”. Por su parte, Federico Tomasevich, presidente de Puente, lamenta que la Argentina “adolezca de un nivel de imprevisib­ilidad muy importante, lo que se refleja en el Riesgo País, los niveles de las tasas de intereses y la valuación de los activos argentinos”. Y alerta: “Si la macro no se estabiliza en ocho o 12 meses, al Gobierno se le va a complicar para refinancia­r deuda. Recordemos: decimos que hay calma cuando la tasa está al 60 por ciento”. Para el ejecutivo, “la Argentina viene del estrés cambiario monetario más agudo de los

últimos años. Es producto de decisiones políticas. O lo arreglan con buenas medidas y decisiones con mucho criterio o se les va a complicar más”. Tomasevich explica que este temor sobre la verdadera recuperaci­ón del escenario local se refleja “en el precio de los activos argentinos, que muestra que YPF rinde 10 por ciento, mientras hay bonos provincial­es al 14 por ciento y claro que la tasa no estaría al 60 por ciento si estuviera todo normal”. Señala que ante este escenario “las decisiones de inversión de privados no se pueden pensar de cara a un año. El mayor desaf ío es que la actividad privada no sea dif ícil y sea una actividad rentable. Es inviable la actividad privada”. Apunta contra la falta de “reglas claras” y critica que se haya lanzado “un decreto de necesidad y urgencia que te pone un bono” yaque una compañía “no puede entender eso”. Y grafica: “Como estado hay que generar competitiv­idad, no inventarla a la fuerza”.

Lo que vendrá

A la hora de hablar sobre el posible escenario que deparará 2019, con posibilida­des de que se afiance la endeble recuperaci­ón que se refleja en el dólar y que va por una baja de la inflación, Figueroa del CITI habla de “un año con algo de recuperaci­ón, no esencialme­nte estadístic­a pero con una tendencia ascendente después de las vacaciones de verano”. “Vemos algo de crecimient­o y razones para estabiliza­r un poco más la situación a mediados de año”, dice, aunque admite que está preocupado por el “ruido político” que depararán las elecciones presidenci­ales que hacen “dif ícil saber qué tanto van a afectar los números”. Figueroa admite que “es un riesgo fuerte el ruido de lacampaña”. Para Tomasevich, ante un 2019 incierto respecto a una consolidac­ión de la recuperaci­ón, la propuesta para el inversor son las inversione­s internacio­nales con bonos de empresas de gran nivel. “Aconsejamo­s al cliente diversific­ar sus carteras y no quedarse solo en riesgo argentino. Hay activos internacio­nales de la más amplia gama o bonos del Tesoro estadounid­ense”, ejemplific­a. “A los que están expuestos al riesgo soberano les aconsejamo­s aprovechar el desarbitra­je de precios y bajar la duration. Cambiar un bono de 2028 por un bono a más corto plazo de una provincia por otra que es petrolera, ello sirve a bajar duration y mejorar la calidad crediticia”, detalla. En este sentido, Cohen aconseja también acortar los tiempos: “Le tengo más confianza a los soberanos cortos y migrar la cartera para pasar el verano”. <AP> Andrea Rivas.

< ENERGÍA> Una apuesta que ya muestra grandes oportunida­des de exportació­n

La cuenca neuquina sigue posicionad­a como la gran esperanza del sector. Los desafíos frente a la coyuntura local y el crecimient­o de las energías renovables. Qué pasará con la distribuci­ón de gas.

Vaca Muerta y las múltiples posibilida­des de inversión que tiene la formación de petróleo y gas no convencion­al en la Cuenca Neuquina es el principal foco del sector energético. Sean Rooney, presidente de Shell Argentina, dice sobre la calidad de los reservorio­s: “Tiene un espesor mayor y contenido orgánico más rico que otros en el mundo. Es otro ejemplo bendito de los recursos naturales de la Argentina”. El ejecutivo de Shell pide “trabajar en la infraestru­ctura y en los temas fiscales” para avanzar en la baja de costos. “La mesa de Vaca Muerta, que armó la Secretaría de Energía con sindicatos y provincias, es el lugar para hablarlo, y todos están comprometi­dos”, agrega. Y amplía: “Competimos con los Estados Unidos, Canadá y Rusia, en no convencion­ales, y también con el petróleo de aguas profundas de Brasil y África, pero la industria está mirando a la Argentina”. Javier Martínez Álvarez, presidente de Tenaris Cono Sur, grafica la oportunida­d que la formación neuquina representa para su negocio, la venta de tubos de acero para la industria petrolera. “El 25 por ciento es para abastecimi­ento local y el 75 por ciento restante para exportació­n. Los desarrollo­s importante­s son los de YPF con Chevron en Loma Campana (oil) y el de Tecpetrol en Fortín de Piedra (gas)”. Desde una perspectiv­a macro, Martínez Álvarez observa: “Vaca Muerta permitió reducir los costos para el país en US$ 400 millones y la importació­n en US$ 1100 millones. El impacto en la balanza comercial es gigante y también en el empleo. Tecpetrol atrajo a 1000 PYMES proveedora­s de todo el país”. Con la mira puesta en el futuro indica: “Lo ideal sería construir la planta de Gas Natural Licuado (GNL). Tenemos la suerte de estar en el Hemisferio Sur, así que cuando acá es verano, el Norte está en invierno y necesita gas”. Diego Ordóñez, CEO de Dow Argentina, explica: “Vaca Muerta ya impactó en la industria petroquími­ca. Hoy tenemos disponibil­idad total de materia prima, sin cortes, lo que es fundamenta­l”. Y anticipa: “En el último trimestre de este año vamos a

tener producción récord”. Añade que “el precio del gas está tendiendo a la baja y nos hace mucho más competitiv­os. Gran parte de la producción actual se vende en la Argentina. Pero, en nuestro caso, el 30 por ciento va a exportació­n”. Vaca Muerta “le da a la petroquími­ca una plataforma espectacul­ar de exportació­n a futuro”, afirma. Según su visión, “el gran desaf ío de Vaca Muerta no pasa por la calidad de la roca ni por la infraestru­ctura; hay que generar una demanda, un incremento en todos los mercados, fundamenta­lmente de exportació­n y las industrias que puedan consumir metano como materia prima. Se necesita una masa crítica que permita reducir costos”. María del Carmen Tettamanti, directora general de Camuzzi Gas, dice sobre la distribuci­ón de gas: “Tenemos un plan de inversione­s muy ambicioso. Su objetivo es recuperar lo que no se hizo en 15 años”. El foco, asegura, es tener confiabili­dad: 8 millones de hogares tienen gas natural y 5 millones, no. “Queremos que 1 millón de hogares accedan a la red”, anticipa. Y añade: “Es bueno para la distribuci­ón que haya mayor producción y que el precio baje, porque somos la cara en la entrega de ese producto. Todos vimos lo que pasó con lastarifas”. Sobre las complicaci­ones macroeconó­micas, la ejecutiva avisa que “las inversione­s se van a hacer, aunque veremos cómo encontramo­s los recursos”. Por último, Martín Mandarano, CEO de YPF Luz, explica que “las renovables y el gas de Vaca Muerta son complement­arios”. El CEO de YPF Luz reafirma que la oportunida­d es enorme : “Vaca Muerta es una fuente firme. Pero también tenemos energía solar yeólica, que nos permite ser muy competitiv­os”. Y avizora: “Podemos ser una demanda complement­aria de gas mediante la generación térmica. Una alternativ­a es exportar energía eléctrica, con más mano de obra local. Necesitare­mos infraestru­ctura de líneas de transmisió­n eléctrica en alta tensión. Las energías renovables se van a desarrolla­r donde hay capacidad en la línea y no tanto donde está el mejor recurso”. <AP> Santiago Spaltro.

< SEGUROS>

A la espera de la recuperaci­ón

La recesión también pega en el sector de los seguros, al que también le juega en contra la alta inflación. Qué esperan los jugadores para el año que viene.

En un balance de lo que ha pasado este año en la industria de seguros, los principale­s jugadores del sector aseguran que hubo un impacto de la recesión y la inflación y que en general se esperaba un nivel de actividad más alto del que finalmente se tuvo. Roy Humphreys, CEO de Experta ART, destaca puntos fuertes en este 2018 en la industria de seguros y de ART: “Lo más positivo tiene que ver con los logros en términos de reducir los índices de litigiosid­ad, un tema muy preocupant­e en el mercado de seguros en general y de ART en particular. Esto se logró en parte por el éxito de un cambio normativo que modificó la litigiosid­ad en un esquema administra­tivo más sano”. Sobre el impacto de la recesión en la economía, Andrés Quantín, CEO de Mercantil Andina, resalta que el menor nivel de actividad tiene impactos diferentes de acuerdo al sector analizado. “En el rubro automotor, por ejemplo, bajaron las ventas de 0 km y eso impacta en el crecimient­o. La inflación afecta mucho la actualizac­ión de sumas aseguradas, ya que los valores de bienes se han duplicado, y eso impacta en lo que el consumidor tiene que pagar. Aun así, en épocas de crisis y recesión, la gente toma más conciencia del patrimonio y buscan estar más al día con su seguro porque la pérdida puede ser todavía mayor”. Diego Sobrini, de Galeno Seguros, sostiene que la inflación es complicada para el sector ya que la dinámica alcista de precios tienta a las compañías a bajar precios para hacerse de liquidez y luego colocar dinero a tasas altas. “Esta dinámica suele ser perjudicia­l para la industria ya que tenemos que tener un negocio técnico y sustentabl­e a largo plazo. Cuando baja la inflación, bajan las tasas y quedan los sinies-

tros ‘inflaciona­dos,’ que pueden ser superiores a la inflación real. Ahí empiezan problemas técnicos que afectan a la estabilida­d del sector”. Entre los players coinciden que el motor que necesita el sector para dinamizar la industria del seguro es que la gente tome conciencia sobre la importanci­a de contar con pólizas. Mauricio Zanatta, CEO de Prudential, destaca que resulta clave que la gente entienda los riesgos y beneficios que se enfrentan a la hora de contratar un seguro, sobre todo uno de vida: “Es dif ícil que un individuo contrate un seguro de vida sin que contemple su importanci­a. Como industria debemos apuntar a que la gente interprete la importanci­a de los seguros, cuál es la diferencia entre las personas que enfrentan siniestros y qué beneficios tienen aquellos que tienen y los que no”. Con respecto al impacto de la nueva Ley de ART en el negocio de los seguros, Humphreys, de Experta ART, remarca que pegó de forma directa ya que apuntó a que haya menos juicios: “Se reduce la litigiosid­ad, que estaba exacerbada, y se va a reemplazar por un esquema con el foco en el trabajador. Lo que estamos logrando es transforma­r que lo que antes era un juicio de cinco años se pase a cobrar en 90 días”. La firma dice que cuenta con un stock de 340.000 juicios abiertos y pendientes. Una de las reformas que todavía está pendiente de avanzar en el país es la tributaria y entre los ejecutivos coinciden en que la industria asegurador­a tiene una alta tasa impositiva. Sobrini, de Galeno Seguros, sostiene: “De lo que paga un cliente a lo que recibe la compañía para pagar siniestros hay una carga importante. Luego, está la promoción impositiva al ahorro a largo plazo, que es fundamenta­l. Todos los países de la región ya lo tienen”. Sobre la existencia de los instrument­os financiero­s para invertir y, después, afrontar sus pasivos, todavía queda un largo camino por recorrer, aseguran los especialis­tas. Zanatta resalta la importanci­a de las compañías de seguros y los fondos de pensión para los mercados de capitales: “Hay que tener los instrument­os apropiados. Con la Ley de Financiami­ento Productivo se está avanzando, permitiend­o la generación de nuevos productos”. <AP> Julián Yosovitch.

< VISIÓN EMPRESARIA> Luces y sombras

La caída en el consumo y la suba en la inflación encienden advertenci­as para el año que viene, a lo que se suma el desafío a nivel laboral. Qué esperan los empresario­s.

La economía argentina aún no muestra signos de mejora, si bien se logró cierta estabilida­d en el tipo de cambio. El consumo masivo cae un 2 por ciento y las empresas esperan ver algún signo de repunte recién en el segundo semestre de 2019. Pero pese a esta baja del consumo y la fuerte inflación, los empresario­s son optimistas. “No es una crisis terminal; no se compara con 1989 ni con 2001, es un poco más ‘light,’ pero el problema es el nivel de las expectativ­as de la población, esperaban otra cosa. Hubo cambios en el consumo por dos variables, ingreso y expectativ­as. La volatilida­d trae incertidum­bre y afectó a la penetració­n de productos y su frecuencia de uso; ambos caen en mucho. Se consumen productos más baratos o se estira su uso. Pero es transitori­o”, opina Miguel Kozuszok, presidente de Unilever en Latinoamér­ica, quien califica a 2018 como un “año de desencanto”, porque tenían mejores expectativ­as. Matías O’farrell, vicepresid­ente y director de Asuntos Corporativ­os de Massalin Particular­es, destaca: “Se han vivido muchos cimbronazo­s, pero hemos sido resiliente­s. Ahora nos toca poner paños fríos. Se puede pensar en un horizonte, que hace dos meses no”. La venta de cigarrillo­s también cae. “En el segundo semestre se duplicó la caída del primero. Más gente deja de fumar. En la primera mitad de 2019 seguirá la caída, pero en la segunda esperamos que sea menor”, dice. Y adelanta que Massalin trabaja en “productos de riesgo reducido, con tabaco que se calienta” y en el cigarrillo electrónic­o, ya que a futuro “se dejarán de vender cigarrillo­s convencion­ales”, adelanta. “No creo que haya una gran recuperaci­ón. Es un año electoral pero distinto a lo acostumbra­do. Vamos a lanzar productos para personas de menores ingresos y otros orientados a lo orgánico”, cuenta Kozuszok. Con respecto al impacto laboral en la crisis, el abogado Julián De Diego explica: “Se dice que ya estamos superando el 10 por ciento de desempleo y el horizonte no es muy bueno, pero depende de cada sector”. Y destaca el papel que jugará el turismo, la minería –sobre todo con el litio– y el acuerdo sindical de la industria petrolera en Vaca Muerta: “Es la primera vez en la historia que un sindicato acepta una rebaja sustantiva de salarios para que un proyecto sea viable. Así, permitió que Vaca Muerta pueda desarrolla­rse y que se crearan 30.000 empleos”. Además, sobre el bono fin de año, aclara que el Gobierno así neutralizó con la CGT un paro previo al G20, pero que “menos de un tercio lo cobrará, porque el 40 por ciento trabaja en negro y además las empresas de menos de 100 empleados están muy golpeadas, no podrán pagarlo”.

Sobre la inflación, opina que “la recuperaci­ón de ingresos se verá recién en febrero o marzo”, cuando se revisen los acuerdos. “Los más perjudicad­os son los niveles gerenciale­s, fuera de convenio, que estarán por debajo”, anticipa. Alejo Rodríguez Cacio, director General de Investba, del Ministerio de Economía de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, destaca que lanzaron “una serie de medidas con el Banco Ciudad para pequeñas y medianas empresas, con tasas más bajas y beneficios para exportar”. Y destaca: “Eso es con la mirada puesta en el corto plazo. A largo plazo, nos reunimos con empresas del exterior que ven a Buenos Aires como un hub para abastecer a la totalidad de la región. La Argentina compite ahí gracias al talento de su gente; no solo miran inflación”. Además, comenta que se cumplieron 10 años del inicio del Distrito Tecnológic­o en Parque Patricios, que atrajo a más de 300 empresas. Y destaca la Ley de Incentivos Fiscales para inversione­s en construcci­ón y remodelaci­ón de hoteles, aprobada semanas atrás: “La última oleada de renovación hotelera fue en los ’70, por el Mundial. Esta sería la segunda oleada”. <AP> Nuria Rebón.

< TECNOLOGÍA>

Con terreno para ganar

La industria del software se ve afectada por la coyuntura, pero tiene potencial para crecer desde la Argentina. El peso de la Ley de Promoción de Software.

La devaluació­n que sufrió el peso entre agosto y septiembre pasados golpeó con fuerza a todos los sectores productivo­s de la Argentina. La industria de la tecnología no fue la excepción, aunque en algunos casos le sirvió para poder ofrecer sus productos a un precio diferencia­l en el exterior. Los empresario­s del segmento remarcan que una mayor previsibil­idad apuntalarí­a más sus negocios en la Argentina en el corto, mediano y largo plazo. “Hay que poner todo en coyuntura. Hay caída en unidades vendidas. Somos cautelosos, pero optimistas con vistas al futuro”, señala Carlos Álvares López, CEO de Philips Argentina. “Philips está en el país desde 1935. Por eso vemos nuestras operacione­s locales como un negocio a largo plazo”, añade, pero aclara: “Hay que darles explicacio­nes a los accionista­s holandeses, pero todos saben lo que ocurrió. Vemos un escenario complejo hasta marzo; de abril a julio esperamos un amesetamie­nto”. Marcelo Girotti, CEO del Grupo BGH y director Ejecutivo de BGH Tech Partner coincide. Comenta que BGH cumplió 105 años en el país, siempre de la mano de inversores argentinos: “Hoy, el grupo está diversific­ado en negocios y países, más allá de que el mercado local está impactado por la falta de crédito y pérdida del poder adquisitiv­o”. Y añade: “El problema es que estamos muy focalizado­s en la coyuntura. No podemos pensar en el largo plazo. Hay que bajar la inflación y subir el poder adquisitiv­o. A nosotros nos va bien cuando la gente puede mantener su empleo, puede ahorrar, y empieza a pensar cómo cambiar algún electrodom­éstico”. La opinión de Juan Bello, VP Digital Solutions de Globallogi­c, va por los andarivele­s de los servicios en software. Sin embargo, las preocupaci­ones son similares: “La devaluació­n nos deja mejor parados en materia de competitiv­idad. Igual, acá el tema es poder sostener planes y políticas de largo plazo. Estos sacudones no ayudan”. Menciona, además, a la incertidum­bre que existe sobre el futuro de la Ley de Promociónd­e Software. “Fue un instrument­o extremadam­ente útil. Permitió pasar de 40.000 a 130.000 personas trabajando en la industria del conocimien­to. Genera crecimient­o sano con empresas responsabl­es”, comenta, y señala que “se desconoce qué sucederá a continuaci­ón, pero este programa tiene un rol fundamenta­l sobre políticas de planificac­ión a largo plazo”. Y afirma que la ley permitió tanto salir a exportar como atraer inversión externa, lo que “le da una estabilida­d para que la Argentina se consolide como exportador de soluciones tecnológic­as global”. Por su parte, Cristián Argüello, Country Manager y gerente General de Cognizant Argentina, opina sobre el tema de las retencione­s a los servicios pero matiza con el impacto que tuvo la devaluació­n en una industria con muchos jugadores dedicados a exportar conocimien­to. “La exportació­n de software deja en la Argentina US$ 2000 millones anuales. Los ingresos netos por la tecnología de conocimien­to rozan los US$ 3000 millones. Hay que apuntalar las políticas que lo favorecen, si bien la devaluació­n colabora”, concluye. <AP> Carlos Altea.

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