Invertir en el boom
Las empresas de cannabis son las últimas estrellas del mercado bursátil.
En medio de una caída del mercado bursátil el 10 de octubre, las acciones de Aphria, productora de cannabis, saltaron hasta 17 por ciento luego de un informe que decía que el gigante tabacalero Altria Group estaba interesado en comprar una participación en la compañía. Otras acciones de marihuana también saltaron en las noticias.
Los inversores están locos por el cannabis, apostando por las acciones de empresas relacionadas con la marihuana. El Índice Bloomberg Intelligence Pares Competitivos de Cannabis Global creció 103 por ciento en los 12 meses que terminaron el 28 de septiembre, sobrepasando al oro, el bitcoin y el S&P 500. El entusiasmo de los inversores no se vio frenado por el hecho de que la mayoría de las acciones de marihuana no tienen ganancias.
Fuera de los mercados de equity, sin embargo, el cannabis está tardando más en ponerse al día. Como sigue siendo ilegal a nivel federal en los Estados Unidos, hay muchas barreras para superar por parte de las empresas antes de que la marihuana se convierta en un bien financiero de pleno derecho.
Aleafia Health, un empresa basada en Ontario que opera clínicas de marihuana medicinal en Canadá y cultiva la planta, presentó sus papeles para cotizar en Nasdaq. “Dada la excitación en la industria, se están recaudando miles de millones de dólares a través de acciones”, explica Benjamin Ferdinand, CFO de Aleafia. El papel de su compañía ya cotiza en Toronto Stock Exchange. Pero si quiere cotizar en los Estados Unidos, Aleafia no puede tener tenencias de cannabis en ese país.
Así que las compañías con operaciones en los Estados Unidos —como Medmen, con headquarters en California, y Green Thumb Industries, en Chicago— cotizan en la relativamente oscura y menos regulada Canadian Securities Exchange. La CSE completó 1400 millones de dólares canadienses (US$ 1100 millones) en recaudación de acciones en la primera mitad de 2018, con casi 1000 millones provenientes de empresas de cannabis.
Los bancos —la fuente tradicional de capital para las compañías emergentes— están “cautelosos pero cada vez más interesados”, explica Christopher Barry, abogado en Dorsey & Whitney, quien asesora a empresas de cannabis sobre financiamiento y M&A. Los principales prestamistas de Canadá luchan con el riesgo de reputación y los conflictos con los reguladores en los Estados Unidos. De las tres empresas públicas de cannabis más grandes, solo Aurora Cannabis de Edmonton se aseguró el acceso a un préstamo a plazos y línea de crédito de un gran banco, el Bank of Montreal. Ferdinand dice que la industria necesitará “un acceso más tradicional al capital” para crecer.
Obtener préstamos tradicionales es un problema mayor en los Estados Unidos, donde “un banco no está en la posición de recolectar sobre esos bienes si el acreedor defaultea un préstamo”, advierte Daniel Shortt, abogado corporativo de Harris Bricken Mcvay Sliwoski, quien asesora a empresas de cannabis en todo.
Aunque las compañías de marihuana también podrían juntar fondos emitiendo bonos, no está claro que los inversores estén dispuestos a saltar a una industria sin antecedentes. Pero el financiamiento de la deuda ha estado disponible a través de fuentes no tradicionales como los prestamistas privados especializados u otros vehículos de deuda estructurada, según Jesse Pytlak, analista de Cormark Securities. “Las compañías están corriendo para acceder al capital lo más rápido posible para construir infraestructura en cualquier lugar del mundo al que puedan entrar”, explica.
Las commodities, incluyendo el petróleo y el cobre, tienen contratos a futuro, lo que les permite a los compradores y vendedores fijar precios para asegurarse la sustentabilidad y rentabilidad de sus negocios. Pero los contratos futuros para la flor de cannabis —la parte femenina de la planta consumida por los fumadores— puede ser un sueño de pipa. La principal razón: el consenso general es que la escala del producto requiere la legalización en los Estados Unidos. Y, segundo, los precios varían mucho en el fragmentado mercado estadounidense —una condición que no alienta al desarrollo del estándar.
Y con diferentes métodos de cultivo, el cannabis no es tan consistente como, por ejemplo, el crudo. “Las flores tienen cannabinoides y perfiles de terpeno diferentes”, explica Jonathan Rubin, CEO de New Leaf Data Services, que sigue los precios de la marihuana. Él cree que las semillas, aceites, aislamientos, destilados y concentrados extraídos de la planta tienen más probabilidades. “Para cotizar a futuro hay que tener un contrato estandarizado, un amplio acuerdo de la industria y aceptación de los estándares de calidad” —— Luke Kawa
THE BOTTOM LINE. El cannabis podría, algún día, madurar hacia una industria commoditizada con enormes ganancias, si es legalizado por EE.UU. y se estandariza la producción.