Realidad patente
El empuje que suele asociarse a la actividad emprendedora local no se condice al final del día con el número de patentamientos, que viene en declive. Entre las razones de esa situación, los especialistas mencionan factores como la falta de financiamiento, la ausencia de estímulo que implica para muchos emprendedores que la Argentina permanezca fuera del Tratado de Cooperación en materia de Patentes (PCT, por sus siglas en inglés, paraguas protector al que adhirieron casi todos los países) y cuestiones culturales, entre otros. Pero, más allá de la foto, lo primero que debe tener en cuenta un emprendedor que desarrolló de cero un producto y quiere lanzarse a patentar es mantener bien guardado el secreto. Luego, tiene que hacer una exhaustiva búsqueda en todo el mundo para asegurarse de que su creación no haya sido ya registrada en algún lugar y determinar su aplicación comercial. La protección exclusiva para su explotación que otorga el patentamiento dura 20 años desde el momento de la solicitud, pero el proceso demanda un mínimo de cuatro años que puede llegar hasta los 10, en algunos casos. Desde el instante de la solicitud, el desarrollador tiene 12 meses para buscar inversores interesados en financiar el proyecto, si la presentación se hace en la Argentina ante el Instituto Nacional de Propiedad Industrial (INPI). Si el país formara parte del PCT, la ventana de tiempo para conseguir financiamiento se estiraría a 36 meses, explican los expertos en propiedad intelectual. Por ese motivo hay emprendedores que prefieren patentar directamente en algún país que esté amparado por ese paraguas. Guillermo Vidaurreta, del Centro de Estudios Interdisciplinarios de Derecho Industrial y Económico (Ceide), señala que, a pesar de la extensión del proceso para obtener la protección, el INPI dio importantes pasos para que el trámite sea digital. “Esto es muy importante para los emprendedores del interior, ya que el trámite todavía tiene que terminar en Buenos Aires”, opina. De esta manera, en consonancia con la idea del Gobierno de digitalizar la administración pública, el objetivo es que el INPI se convierta en una oficina sin papel. Así se puede simplificar el trámite, ya que en las áreas técnicas destinadas al análisis del producto o proceso hay 60 examinadores, número que Vidaurreta considera insuficiente. Más allá de lo burocrático del proceso, la falta de patentamientos también se debe a una caída en las solicitudes. Según datos del INPI, en 2018 hubo unas 3200 solicitudes; en 2017, 3400; en 2016, 3800; en 2015, 4000; y en 2014, 4600. Una de las explicaciones que Vidaurreta encuentra es la crisis, ya que el 90 por ciento de las solicitudes son extranjeras, lo que refleja también una retracción de la inversión. “Además, influyó la presión de las patentes farmacéuticas: en 2014 se dictó una resolución que limitó los patentamientos para ese segmento con directrices más severas”, agrega sobre esta problemática. El lobby de la industria farmacéutica local, deslizan en el mercado, es una de las razones por las que la Argentina permanece al margen del PCT desde hace décadas. “La legislación local es vetusta y populista”, cuestiona Martín Bensadon, socio del área de Propiedad Intelectual de Marval, O’farrell & Mairal, el estudio jurídico más grande del país. “Para el Conicet y las universidades es esencial el PCT, pero no se aprueba”, agrega. El tiempo promedio para acceder a una patente en todo el mundo es de cinco años, indica Bensadon, aunque en los Estados Unidos hay casos en los que se consiguen en nueve meses. “En América del Norte, Europa y Japón están muy pendientes de la estadística sobre lo que tarda el trámite, porque les pagan a los examinadores por productividad. Entonces, se busca bajar año a año lo que se tarda”, comenta. Bensadon rescata el esfuerzo del INPI para acelerar sus trámites y otorgar asesoramiento a inventores particulares y menciona, por ejemplo, que el organismo implementó un fast track para conceder patentes en 60 días en los casos de productos que ya tienen protección en otro país. “Para un emprendedor, el primer obstáculo a la hora del patentamiento representa la inversión del trámite en sí, que es enorme para una empresa o producto que no probó su funcionamiento aún”, opina Manuel Tanoira, socio de Tanoira Cassagne Abogados. Y coincide en que el estar fuera del PCT representa el principal problema. “El emprendedor local juega con desventaja frente al resto del mundo”, resume el abogado muy ligado al ecosistema emprendedor.