Un equipo para innovar
“Todos los días me levanto para dar vuelta un ‘no’”, dice Rodrigo Córdoba. Su emprendimiento, Tigoût, está por entrar en el tercer año de desarrollo de una idea que busca revolucionar la forma en que la alta patisserie llega a las casas. Durante 15 años, Córdoba manejó una empresa PYME de venta de accesorios para motos. Hasta que decidió venderle su participación a su hermano para tomar un año sabático. Hizo un curso de cocina y allí descubrió una nueva pasión. “La idea surgió cocinando con mis hijos como plan familiar. Hacíamos pastelería y los desayunos en mi casa parecían de un hotel cinco estrellas. Vi la Nespresso y cómo me dio la posibilidad de tomar café en cualquier lugar. Ahí tuve la idea”, recuerda el líder del equipo que hoy trabaja en los últimos detalles del desarrollo de una máquina hogareña que permite cocinar productos de pastelería con cápsulas, tal como la famosa cafetera. El proceso, explica, comenzó por contar la idea a la mayor cantidad de personas posible. Así, con recomendaciones de conocidos y amigos, inició el camino de armar el equipo. Se rodeó de ingenieros en alimentos, pasteleros de hoteles de lujo, una agencia especializada en branding y diseñadores industriales. Hoy el grupo de trabajo cuenta a 20 personas, a los que se sumaron tres socios: Andrea Buttafuoco (CMO y Project Manager), Maximiliano Raimondi (CFO) y Silvio Colombo (CTO). “Al principio hubo muchas presunciones que se fueron derribando o modificando. Lo primero fue entender todos los skills que este proyecto necesitaba. Pero cuando resolvés un problema, generás tres nuevos. Eso es innovar”, explica Córdoba, que inició el trabajo en agosto de 2016. Llevan invertidos US$ 1 millón que financiaron con capital propio, mientras que 2018 fue el año de la factibilidad, en el que obtuvieron el prototipo de la máquina y hoy están en proceso de refinado para lanzar en los próximos meses una preventa de 30 dispositivos beta, con la intención de llegar a 2020 con la máquina final en el mercado. “Vamos aprendiendo mientras caminamos. Estamos con preventa para nuestro círculo cercano, porque necesitamos que toleren nuestros errores y nos den feedback. Necesitamos que sean muy críticos porque queremos cumplir con la promesa”, admite Córdoba. El founder reconoce que el camino fue más cuesta arriba de lo que imaginaba. “No tenía idea en lo que me estaba metiendo. Pensaba que en un año lo sacaba. En este proyecto encontré una motivación
para trascender”, reconoce Córdoba, que no se identifica tanto con la palabra inventor, pero sí como emprendedor. “No terminé la universidad, pero este proyecto tiene ingenieros y diseñadores que son los que realmente pusieron manos a la obra. Habría que definir qué es ser inventor”, comenta quien se puso al frente del proyecto que se enorgullece de ser la décima empresa en el país en haberse constituido como SAS, la nueva figura societaria creada especialmente para que emprendedores puedan constituir sus compañías en 24 horas. Por otro lado, el líder del proyecto que en el proceso recibió apoyo de instituciones como Endeavor, el INTI o el Ministerio de Ciencia y Tecnología admite que en este momento de la empresa en donde todavía no comenzaron con las ventas, la patente se transforma en un activo muy valioso. “Es la única forma de proteger estos años de trabajo e inversión”, opina quien debió crear una compañía con domicilio en los Estados Unidos para patentar allí la invención. Para este año, Córdoba se muestra entusiasta. “Va a ser muy divertido, porque es aquí donde entro yo con mi perfil comercial. Voy a tener que mostrar mis uñas de guitarrero porque es el momento de salir a conquistar el mercado y enamorar a la gente”.