Nuevo paradigma, nuevos servicios
El foco en la economía circular hizo que los prestadores de servicios de residuos comenzaran a investigar y desarrollar nuevas alternativas. Benito Roggio Ambiental lidera en el país la prestación de servicios de residuos. Bajo su ala operan tres divisiones de negocios: Cliba, para servicios urbanos; Tecsan para el transporte, tratamiento, disposición final y valorización de residuos sólidos; y Envario en la Argentina y Taym en Uruguay para la gestión de residuos industriales y comerciales. Rodrigo Pontiggia, gerente de Desarrollo e Innovación, confirma que en la Argentina el 40 por ciento de los residuos no va a ningún sistema de tratamiento. “Es el primer servicio que resolver. Por ejemplo, instalamos rellenos sanitarios en Jujuy y Carlos Paz, en donde no había, y remediamos el de Mar del Plata, que era un basural”, sostiene. Además, explica que la firma trata más de 5000 m3 diarios del líquido que se genera en los rellenos sanitarios y se aprovechan los gases que se emiten: se captan y se utilizan para generar energía en motores que vuelve a la red. Anualmente, genera 86.000 MWH de energía eléctrica a partir de biogás. Además, la firma tiene una planta de separación de residuos para reciclado en CABA con tratamiento mecánico biológico de 1200 toneladas por día. A nivel industrial, Pontiggia destaca que en los últimos años se vio una baja muy marcada de residuos peligrosos: “Las empresas empezaron a optimizar sus operaciones y reducir residuos, pero lo cierto es que se ven limitados porque no hay destino. Muchas veces, las empresas piensan que, por encontrarle destino al residuo, lo convierte en algo que se puede vender. Pero tratar sustentablemente al residuo no quiere decir que se transforme en un producto de valor positivo”. Oscar Enriquez, gerente de Geocycle, firma que pertenece al grupo Holcim y trabaja en el coprocesamiento de residuos, se expresa en la misma línea: “Una de las cosas que obstaculiza el proceso está en que hay una confusión en los términos en que las empresas piensan la economía circular: creen que deshacerse del residuo para valorizarlo les tiene que dar más rentabilidad. No entienden que el beneficio es valorizar residuos para que sean insumos de otra industria”. Geocycle está presente en más de 60 países y tiene más de 188 instalaciones de coprocesamiento gracias a una tecnología que permite transformar en insumos lo que para otras empresas es residuos, ya sea combustible controlado o en materia prima mineral que va a parar a las canteras de producción de cemento. Entre sus clientes se ubican las principales automotrices, petroleras e industrias de consumo masivo. En total, coprocesa 150.000 toneladas de residuos y a 2022 espera superar las 300.000. Enriquez es mexicano y lidera la operación argentina hace más de dos años. A nivel local, plantea la necesidad de mejorar el marco regulatorio. “Cada provincia tiene el propio y las reglas cambian completamente”, explica y sostiene que esto imposibilita la determinación de una política de residuos con mayor impacto. A la hora de establecer el precio que las firmas deben pagar para enviar sus residuos a coprocesamiento, Enriquez explica que el valor depende del tipo de residuo y la distancia a la que se encuentre el generador.