Eduardo Sorlino
Con más de 20 años de experiencia en la industria farmacéutica, el flamante número uno debe liderar la integración de dos negocios clave para la multinacional alemana.
Desde sus vacaciones, Eduardo Sorlino repasa su carrera en el mercado de los laboratorios que lo llevó al reciente cargo de General Manager para Argentina, Uruguay y Paraguay de Boehringer Ingelheim. Primero como visitador médico, en la compañía nacional Andrómaco, Sorlino adquirió los conocimientos comerciales que luego le resultaron fundamentales para liderar a esa fuerza de ventas y gestionar las estrategias de marketing de distintas compañías del sector. Después de dos años en ese puesto, trabajó como asistente de producción en la misma empresa para llegar a Novartis, donde estuvo 12 años ocupando distintos roles, también en marketing y en ventas. “La primera experiencia de visitador médico, y después la de gerente de Distrito, manejando equipos de venta en Buenos Aires y el interior del país fue súper importante para solidificar mi carrera en la industria”, hace un recuento Sorlino sobre sus primeros pasos que sentaron las bases de su profesión. Siempre con un interés gerencial, en 2007, mientras estaba en Novartis y sponsoreado por la firma, realizó el EMBA del IAE para sumar a su título en Administración otorgado por la Universidad de San Andrés. Además de los puestos a nivel local, en la farmacéutica suiza tuvo la posibilidad de liderar regiones como América latina y Canadá basado en Miami, Estados Unidos, donde residió por dos años y obtuvo una mirada macro del negocio. Con ese bagaje llegó a la
compañía alemana en 2015, como director de Marketing en Sudamérica, hasta diciembre del año pasado, cuando asumió su nueva posición. El proceso para conseguir su nuevo rol fue largo y requirió de entrevistas con la casa matriz. “En noviembre participé de entrevistas en Alemania y por mi performance me dieron la responsabilidad de la gerencia General”, dice Sorlino y agrega que valora la oportunidad de pasar de un rol en el que inspiraba cambios a estar en el centro del negocio, manejando la organización y la gente. Ahora, la empresa –y Sorlino– tiene como desaf ío integrar el negocio de salud animal a la unidad de salud humana, a partir de la compra que se concretó a Sanofi en 2017 de ese segmento. Según él, esta categoría es estratégica para la compañía, por eso el foco estará en integrar este flamante negocio. Más allá de los objetivos corporativos, Sorlino tiene metas para los grupos que tendrá que liderar. “Además quiero fomentar la transformación digital y acelerarlo en la fuerza de venta y en el approach hacia el cliente”, expresa el gerente sobre un trabajo que conoce en primera persona, lo cual facilita el proceso. En ese sentido, Sorlino reconoce que queda trabajo por hacer para llevarla innovación a todos los aspectos del negocio. “Los médicos ya usan las herramientas digitales, ahora necesitamos sumarlas para toda la fuerza y así mejorar la salud en las personas y animales”, sintetiza el gerente General. Su principal motivación para estar hace tantos años en la industria es ver los resultados de la evolución en la salud de manera directa, incluso en familiares y conocidos. “Vemos reflejado el propósito de la empresa en personas cercanas, toca nuestra realidad y eso es algo muy gratificante de la industria”, considera como atractivo. Para él, la familia es muy importante, por eso trata de pasar la mayor cantidad de tiempo posible con su mujer y sus hijas, de dos y cuatro años. Cuando no está con ellas, en su tiempo libre ocupa otro rol de liderazgo en las reuniones con amigos: es elasador designado. “Hago en promedio dos asados por semana. Lo disfruto mucho y se comparte mucho en la previa. Mi jefe directo, mexicano, lo probó y está aprobado. Ahora quiero hacerle a los jefes de Alemania”, menciona como otro objetivo a corto plazo.