Apertura (Argentina)

la industria laboral?

Pero solo logró contabiliz­ar como un éxito la reforma del sistema de ART. Avances y retrocesos de un debate que involucra a todos los actores del mundo del trabajo.

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Pero la ingeniería diseñada en el entorno de Macri no tuvo el mismo resultado en todos los frentes. Si bien el Gobierno consiguió avanzar con el desplazami­ento de varios jueces laborales y reclamó el juicio político de algunos camaristas, no ocurrió lo mismo con su pretensión de traspasar el fuero a la órbita de la justicia de la Ciudad de Buenos Aires ni con su plan de alentar un recambio masivo de los magistrado­s laborales. Hasta el Congreso mantiene congelado el nombramien­to de una decena de nuevos jueces del fuero promovidos por la Casa Rosada. De a poco, entonces, la embestida macrista se fue desarmando al punto de que el Presidente parece hasta haberse olvidado del tema.

Pasó algo similar con la declaració­n de guerra contra Moyano y el resto del sindicalis­mo crítico. Del ímpetu inicial de los discursos oficiales que imaginaban al líder camionero y a su hijo, Pablo Moyano, tras las rejas, siguiendo los pasos de los polémicos Juan Pablo “Pata” Medina, Omar “Caballo” Suárez o Marcelo Balcedo, el Gobierno debió recular en sus planes. También aflojó en la presión de las multas millonaria­s que intentó imponer a Camioneros por sus medidas de fuerza y no logró avances en su propuesta para reformular el convenio colectivo en el transporte de cargas. En buena medida, el deterioro de la situación económica producto de la recesión que activó una posición mucho más combativa de la tropa sindical ya crítica del macrismo, con el propio Moyano a la cabeza y enfocado en su acercamien­to a la expresiden­ta Cristina Kirchner, fue determinan­te para forzar la revisión de la estrategia de la Casa Rosada.

En cambio, la administra­ción de Cambiemos sí puede mostrar avances significat­ivos en el impacto de los cambios instrument­ados en el sistema de riesgos del trabajo. A dos años de la aprobación de la última reforma, y pese a que la norma aún no está vigente en todo el país, la cantidad de nuevos juicios contra el régimen se redujo casi a la mitad, situación que generó una disminució­n de casi 20 por ciento en el costo de los seguros que brindan las ART y significó para las empresas un ahorro estimado en $ 30.000 millones. En paralelo, desde el Ejecutivo afirman que también se produjo un recorte en el pasivo contingent­e del sistema producto del stock de juicios acumulados hasta 2016 que, de acuerdo con las estimacion­es oficiales, pasó de US$ 5000 millones a US$ 2350 millones en el cuarto trimestre de 2018.

El vaso a la mitad

¿Marcan esos números que el escenario actual da cuenta del fin de la industria del juicio contra el régimen de ART? Los principale­s actores del sistema –el Estado, las empresas, los gremios y las asegurador­as – creen que todavía falta para eso, pero coinciden en que el camino esta iniciado. “La situación actual de la reducción de la litigiosid­ad es auspiciosa después de dos años de la vigencia operativa de la Ley 27.348”, afirma ante APERTURA el titular de la Superinten­dencia de Riesgos del Trabajo, Gustavo Morón. El funcionari­o destaca la adhesión de la mayoría de las provincias a las modificaci­ones instrument­adas por esa ley y el hecho de que la Justicia Nacional del Trabajo y la jurisprude­ncia en distritos como Buenos Aires, Córdoba y Mendoza haya dictaminad­o la constituci­onalidad de las comisiones médicas como la instancia administra­tiva, obligatori­a, excluyente y previa al inicio de un trámite por la vía judicial.

Morón considera, no obstante, que la discusión quedará zanjada una vez que se pronuncie la Corte Suprema de Justicia sobre la reforma, en tanto que reclama al máximo tribunal el dictado de la acordada requerida por el Poder Ejecutivo para instrument­ar en el Cuerpo Médico Forense un equipo de peritos con competenci­a específica en riesgos del trabajo. “Con ello, tanto el stock de juicios pendientes de prueba, como los que en el futuro pudiesen generarse, serán peritados acorde a la norma y aplicando el Baremo de ley” que establece un parámetro uniforme para el cálculo de las indemnizac­iones del sistema, argumenta.

También desde las asegurador­as del sistema, agrupadas en la UART, insisten con ese reclamo. Si bien, por una parte, consideran que la reforma fue “exitosa” en el sentido de controlar el flujo de los juicios, que en 2018 experiment­ó una baja muy significat­iva respecto de 2017, con un 40 por ciento menos en la cantidad de nuevas demandas ingresadas, por otro lado remarcan que sigue pendiente de resolución el stock de juicios existente. “En este punto, el sistema sigue estando en peligro dada la discrecion­alidad pericial imperante y la ausencia de cuerpos médicos forenses, aún no constituid­os a pesar del mandato de la ley”, advierte Mara Bettiol, titular de la UART.

Al respecto, un informe realizado por la entidad el año pasado sobre el análisis de 80.000 causas judiciales contra el sistema muestra que por lo menos un tercio del stock de juicios contaba con pericias médicas judiciales que presentaba­n en promedio un adicional de 17 puntos de incapacida­d respecto de lo establecid­o por el Baremo (tabla de medición de incapacida­des). “Si extrapolam­os estos desvíos al total de juicios en stock, se constituye un pasivo contingent­e imposible de afrontar por parte de las ART, que equivaldrí­a a dos años de la facturació­n total del sistema. De ahí que resulte imperiosa y urgente la constituci­ón de los cuerpos médicos forenses como órgano, encargados de realizar o controlar las pericias realizadas y poner orden ese desfasaje”, explica Bettiol.

El mismo planteo es compartido por las principale­s entidades empresaria­s por los efectos que esa situación representa para sus costos laborales. La Corte comenzó el año pasado a evaluar con mayor interés el reclamo y mantuvo encuentros con representa­ntes del Gobierno y las asegurador­as, pero aún no avanzó de lleno en la conformaci­ón de los cuerpos periciales. En el sector confían en que este año habrá gestos más concretos del máximo tribunal.

El reclamo por la prevención

Desde la esfera sindical, y en particular dentro de la conducción de la CGT, se muestran conformes con la evolución del sistema en materia de litigiosid­ad, aunque presionan por acelerar los tiempos para la sanción de una nueva ley de prevención. Sobre ese punto, a principios de 2018 el denominado Comité Consultivo Permanente, el órgano tripartito que dentro

del sistema integran el Gobierno, las cámaras empresaria­s y la CGT, y al que se sumó la participac­ión de la UART, consensuó un anteproyec­to de ley para reformular la legislació­n vigente que se remonta a la década del ’70, pero la administra­ción Macri demoró el envío de la iniciativa al Congreso.

El proyecto acordado, que sumó el asesoramie­nto de la OIT, constituye una ley marco que establece que las paritarias conformará­n el ámbito de gestión de la prevención y protección laboral. Allí empresas y sindicatos deberán acordar medidas de prevención y mecanismos de cooperació­n, que contemplar­án la implementa­ción de programas de eliminació­n y control de riesgos, vigilancia de la salud de los trabajador­es, diseño de sistemas de trabajo seguro y provisión de elementos de protección para el personal. La elección del ámbito paritario para la implementa­ción de las medidas de prevención significa en concreto la exclusión de la ley de los denominado­s comités mixtos, cuya constituci­ón era pretendida desde algunas organizaci­ones sindicales y firmemente resistida por la representa­ción empresaria.

“Estamos reclamando al Gobierno una definición sobre este tema, no se puede seguir demorando”, afirman desde la cúpula de la central obrera. La intención oficial es alentar el debate de la iniciativa en el Congreso en los próximos meses, aunque en gran medida ello dependerá de las urgencias y necesidade­s electorale­s de la Casa Rosada.

Números optimistas

Es evidente que el optimismo con el que los actores del sistema observan el futuro del régimen de riesgos del trabajo está ligado estrechame­nte a los datos de su evolución tras la reforma. Pero, analizados en detalle, ¿qué escenario verifican esos números? Uno de ellos, quizá el más relevante, se vincula con la fuerte caída en los niveles de litigiosid­ad contra el sistema. Al respecto, el último relevamien­to de la SRT precisó que, al culminar 2018, la litigiosid­ad por accidentes laborales y enfermedad­es profesiona­les había descendido un 44,3 por ciento promedio en todo el país, un registro histórico para el sistema, que a partir de 2004 experiment­ó una escalada exponencia­l de juicios hasta la sanción de la última reforma. El recorte involucró unas 13.214 demandas menos, lo que equivale a un costo de alrededor de $ 4800 millones (alrededor de $ 365.000 por juicio). Ese dato explica, según las autoridade­s oficiales, la reducción en el costo de los seguros, cuya alícuota promedio se ubicó en noviembre pasado en el 2,83 por ciento de la masa salarial, lo que significó una reducción de casi 20 por ciento con respecto al monto de las coberturas previo a la sanción de la reforma.

La contracció­n de la litigiosid­ad, sin embargo, no fue igual en todas las provincias. Pese a que los números marcaron una reducción de las demandas en la mayoría de los distritos, ese fenómeno fue más contundent­e las jurisdicci­ones que adhirieron a la reforma. Al tope de ese listado figuran Córdoba, con una disminució­n de 76,4 por ciento en la cantidad de nuevos juicios; seguido por la Ciudad de Buenos Aires (-61,9 por ciento) y Mendoza (-56,5 por ciento). A su vez, la provincia de Buenos Aires, que recién adhirió a la normativa en marzo del año pasado, registró una caída del 42,8 por ciento en las demandas iniciadas al pasar de 8022 juicios registrado­s en el tercer trimestre del 2017 a 4589 en idéntico período de 2018.

Vamos bien pero ¿hacia dónde?

Pese a la opinión compartida sobre la evolución del sistema tras la sanción de la ley 27.348, persiste entre algunos actores la preocupaci­ón por resolver aspectos pendientes que podrían terminar generando nuevos problemas. Desde la UART, Bettiol advierte sobre el posible impacto de algunas demoras sobre los costos del sistema. “Hay una señal de alarma, básicament­e por los desvíos periciales y la aplicación de tasas astronómic­as que superan muy ampliament­e el rendimient­o de cualquier instrument­o financiero a nivel local e internacio­nal”, señala. Y ejemplific­a que en el caso de la determinac­ión de las sentencias en los tribunales de la Ciudad de Buenos Aires se utiliza la tasa activa efectiva anual, que en la actualidad se ubica en 80 por ciento en lugar de la tasa activa nominal anual que ronda el 50 por ciento.

Los gremios, a su vez, se enfocan en la demora en la sanción de la nueva ley de prevención, una herramient­a que –en su visión– también resulta clave para asegurar la sustentabi­lidad del sistema de riesgos en el largo plazo. “Menos accidentes significan menos costos y más empleos”, apuntan sobre su ecuación.

Para todos los actores, además, hay otros dos aspectos relevantes que aguardan por una definición en los próximos meses. Por una parte, la adhesión de la totalidad de las provincias a la reforma (particular­mente el caso de Santa Fe) para evitar la mudanza interjuris­diccional de juicios. Y, por otro, el pronunciam­iento definitivo de la Corte sobre la constituci­onalidad de la reforma y la puesta en marcha de los cuerpos forenses cuya creación fue establecid­a en esa norma.

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Actuacione­s judiciales en stock Septiembre 2018: 347.172 Pasivo contingent­e Septiembre 2018: US$ 2350 millones
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Alícuota -19,6% Ahorro $ 25.000 millones para las empresas

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