‘Empresas zombie’: cómo detectar las líneas vulnerables
No es fácil anticipar cuáles compañías van a quebrar, pero los expertos en el sector se fijan en ciertas características: balances débiles, costos elevados, flotas envejecidas. Jarrod Castle, analista de UBS, llama “aerolíneas zombie” a algunas de ellas, porque “parecen sobrevivir mucho más de lo que se creería posible”. Algunas se benefician del apoyo estatal, otras tienen dueños privados que están dispuestos a invertir con la esperanza de una reversión. Jozsef Váradi, de Wizz Air, dice que la “irracionalidad” permite la supervivencia de esas compañías: “Si lo vemos desde la perspectiva de Europa oriental o central, hay una cantidad de titulares nacionales que no ganan dinero, que nunca van a ganar dinero, pero que siguen andando porque los gobiernos creen que por algún motivo necesitan una línea nacional”. Dentro de Europa, los jugadores más importantes son empresas tradicionales como IAG (dueña de British Airways), el Grupo Lufthansa y Air France-klm, o las principales low cost como Ryanair, Easyjet y Wizz. Daniel Roeska, de Bernstein, alega que las principales líneas de Europa “son mucho más flexibles que antes” y podrían capitalizar “las oportunidades disruptivas” de una depresión. La consolidación ciertamente ha estado en la agenda de esas compañías. IAG se quedó con los lugares de Monarch en Gatwick y consiguió una participación menor en Norwegian, rival en rutas transatlánticas, como preludio de la adquisición, pero sus ofertas fueron rechazadas. Lufthansa y Easyjet se quedaron con diferentes unidades y rutas de Air Berlin, y las dos tienen interés en adquirir Alitalia. Sin embargo, Roeska dice que la consolidación al estilo norteamericano es “un tema de los próximos 10 años”, y las estrictas reglas de propiedad implican que los acuerdos internacionales adoptarán la forma de “asociaciones, emprendimientos conjuntos y participaciones accionarias”, antes que fusiones o adquisiciones.