La pelota vuelve a rodar en los Estados Unidos
Con el Mundial de 2026 en el horizonte, la Major League Soccer (MLS) quiere dar el salto para imponer definitivamente al fútbol en ese país. Qué cifras maneja cada equipo hoy. Los planes para el desarrollo.
El fútbol en los Estados Unidos transita actualmente por un periodo de crecimiento a nivel económico y deportivo. Para llegar a este momento, la Major League Soccer (MLS) debió transitar por varias turbulencias que hicieron tambalear la continuidad de la competencia. En los comienzos de la Liga, en 1996, la franquicia para participar era de US$ 5 millones y actualmente hay lista de espera de diversas ciudades, que tienen que pagar US$ 150 millones para tener el equipo en la liga. Además, en lo deportivo se está convirtiendo en un mercado seductor para los jugadores jóvenes de todo el mundo. Hasta hace algunos años, solo llegaban aquellos que querían sumar los últimos dólares a su cuenta bancaria y terminar su carrera.
En el marco de Soccerex, el principal evento a nivel mundial de fútbol y negocios que se desarrolló en el estadio de los Marlins de Miami, y donde hubo asistencia de empresarios vinculados al deportes, futbolistas y aquellos que tienen relación con el fútbol en todo el mundo, uno de los ejes de discusión en los diferentes foros fue el desarrollo y crecimiento del fútbol en los Estados Unidos.
En sus inicios, los estadounidenses no veían al “soccer” como un deporte que iba con ellos, por varios motivos. Demasiados minutos en los que no pasaba nada, mucho tiempo sin pausas publicitarias y demasiados partidos que terminaban cero a cero. Por eso, cada cuatro años, coincidiendo con la Copa del Mundo, la prensa estadounidense que quería ver crecer el fútbol trataba de ayudar a difundirlo. Sin embargo, la Liga desapareció literalmente en 1985. Ya sin el famoso Cosmos de Pelé, donde asistían unas 60.000 personas por partido, la curva descendente de este deporte siguió barranca abajo y no hubo más “Soccer Show”.
Renacimiento del fútbol
Pero sucedió un hecho muy importante que cambió la percepción del fútbol en los Estados Unidos: la organización del Mundial en 1994. Uno de los requerimientos para montar tamaño evento era contar con una Liga profesional. En esos momentos no había competencia, algo inaudito. Finalmente se armó la Liga y el Mundial fue un éxito. Todos los estadios, con una capacidad promedio de 70.000 espectadores, estuvieron repletos. Fue un récord para un país donde no había Liga.
Aprovechando ese envión, se disputó el primer torneo de la Major League Soccer en 1996. La organización no quería cometer los errores anteriores y creó un nuevo concepto: cada equipo debía tener un dueño. Comenzó liderado por un grupo de dueños que manejaba 10 equipos. No había descenso,
porque nadie quería invertir para perder la categoría. Una franquicia costaba US$ 5 millones y había varios dueños de empresas, de equipos establecidos. Pero se jugaba en estadios semi vacíos de fútbol americano, lo que derivó en la eliminación de varios equipos desde 2001. “Se empezó a reconstruir y buscar gente con mucho dinero. Se pusieron bien estrictos. Y tenía que haber mucho sentimiento de apoyar la liga más allá del negocio”, asegura Fernando Fiore, periodista argentino instalado en los Estados Unidos, quien fue uno de los impulsores de la Liga. También comenzó a ser obligatorio que los equipos tuvieran su propio estadio.
Los precios de las franquicias saltaron de US$ 5 millones a US$ 150 millones. A partir de allí comenzó a ser negocio y varias ciudades se interesaron en tener un equipo. El objetivo es llegar a los 30 en 2022. Hoy son 25.
Un caso emblemático es el de Miami, que tuvo muchas trabas de parte de la ciudad y finalmente empezará a competir en 2020. El dueño de la franquicia es David Beckham, uno de los futbolistas más marketineros de la historia. El jugador inglés se retiró jugando en Miami y en su contrato con la MLS tenía una cláusula que estipulaba un descuento en el precio si decidía tener una franquicia. Por ese motivo, Miami no abonó US$ 150 millones sino US$ 25 millones. Al equipo llegaron los hermanos Jorge y José Mas (propietarios de la empresa de ingeniería y construcción Mastec) y otros empresarios, que aportarán el capital que falta para el proyecto. Para mediados de 2021, el equipo de Beckham prevé tener un estadio propio para casi 30.000 personas. La inversión total rondará los US$ 400 millones.
Hoy, los partidos de la Liga los transmiten las cadenas Univisión, Fox y ESPN. La empresa SUM (Soccer United Marketing) explota los derechos comerciales y maneja los derechos de televisión. Las tres cadenas pagan un promedio de US$ 90 millones por año cada una. Los contratos finalizan en 2022 y ya se están iniciando las conversaciones para renegociar los fees. Al disputarse el Mundial 2026 en los Estados Unidos, México y Canadá, las cadenas creen que será una buena oportunidad y la MLS aprovechará el éxito de la liga para aumentar su recaudación.
Por último, la MLS anunció que permitirá que las franquicias exploten una nueva fuente de ingresos: el patrocinio de la manga de su camiseta. A partir de 2020, los clubes podrán lucir el logotipo de un anunciante en la manga derecha. El parche del nuevo nuevo sponsor ocupará el espacio en la que ahora aparece estampado el logo del torneo. La idea es recaudar en total US$ 30 millones por este patrocinio.
Leonardo Morales.
Miami tendrá su equipo propio a partir de 2020, de la mano de David Beckham (foto), dueño de la franquicia y principal impulsor de la liga.