Volver a arrancar
Tras clavar los frenos a mitad de 2018 por la fuerte contracción de ventas, las terminales volantean entre precios y stocks para que el mercado no caiga por debajo de las 650.000 unidades. El rebote de Brasil, la señal que esperan para poner primera otra vez.
El 1º de julio, Gabriel López tomó posesión de la oficina del primer piso del edifico central del complejo “Henry Ford”, en General Pacheco. Hacía 14 años que lo había dejado, para darle arranque a una carrera internacional cuya primera escala fue Sudáfrica, siguió por Venezuela y, en la última década, México.
Cordobés, ingeniero electromecánico graduado en la Universidad de Morón, con un MBA de Eseade, le tocó tomar el volante del óvalo en el país en la segunda mitad de un año que, pese a que había tenido el mejor semestre en ventas de la historia –500.500 patentamientos, reportó la Asociación de Concesionarios de Automotores de la República Argentina (Acara)–, mostraba un largo y dramático camino hacia adelante. “La caída de volumen fue enorme y muy rápida”, describe. “Hasta mayo, íbamos a un mercado de un millón. Después, a la mitad”, agrega. “Hubo un trabajo de todos los días: ajustar la capacidad a la demanda”, señala.
Sin embargo, él enfrentó un desafío adicional al ajuste de stocks que fue un padecimiento compartido con sus pares de las demás automotrices. Aunque, aclara, la decisión ya se había tomado en casa matriz, a López le tocó implementar –y, sobre todo, comunicar– la salida de producción del Focus. El sedán mediano, que Ford fabricaba en la Argentina desde su primera generación, en 1999, era un emblema de la filial. Su orgullo: a fines de febrero, todavía, se lo podía ver en la gigantografía que encabezaba el acceso a su nave industrial.
“La escala no era suficiente. Para nosotros, ya no era un producto rentable”, explica López. “A nivel de costo, era uno de los autos más sofisticados. Y la demanda de ese modelo cambió, migró a otro tipo de productos”, agrega. De los 78.000 vehículos que Ford produjo en 2017, el 23 por ciento fueron Focus. En 2014, habían sido el 45. Sin embargo, hubo un factor, un motivo, adicional para esa imposición de la razón sobre el corazón. “No podemos quedarnos toda la vida con el Falcon. Estamos ajustándonos para lo que viene”, enfatiza.
Ese “lo que viene” es la nueva silueta que está delineando el óvalo. “Hubo un cambio global de la estrategia corporativa. El negocio automotor cambiará en los próximos 10 años mucho más que en los últimos 50”, introduce. “Eso nos hizo