¿La calma antes de la tormenta?
Qué posibilidades hay de que se desate una nueva corrida cambiaria luego de las PASO. Los factores a evaluar, más allá del resultado electoral.
La estabilidad cambiaria que arrancó a fines de abril, cuando el Fondo Monetario Internacional (FMI) autorizó al Banco Central (BCRA) a vender dólares del préstamo stand-by dentro de la zona de no intervención, lleva ya más de dos meses. Pero, ¿qué puede pasar después de las PASO del 11 de agosto? ¿Hay posibilidades de que se desate una nueva corrida en función del resultado de las primarias, como temen muchos analistas? ¿Existe “combustible” (pesos disponibles) para que se dé esa situación propia de los procesos electorales argentinos o las condiciones ya no son las mismas que en 2018? Los economistas consultados por APERTURA coinciden en que lo que ocurra en las primarias será determinante para definir la trayectoria del dólar en lo que resta del año, aunque el BCRA se encuentra mucho mejor preparado para defender el tipo de cambio. "La variable que hay que mirar es el riesgo país. Si el índice cae por el resultado electoral –que en la lectura del mercado sería que fuera favorable para el oficialismo–, no debería producirse un salto del tipo de cambio", analiza Martín Vauthier, director de la consultora Eco Go. Eso alimentaría un 'círculo virtuoso' que permitiría bajar la inflación y la tasa del BCRA, lo que favorecería la recuperación de la economía y mejoraría a su vez las chances del Gobierno para octubre. Pero si no se diera ese escenario y un triunfo de la
fórmula Fernández-fernández genera temor en el mercado, existe capacidad de frenar una corrida, señala Vauthier. "Por un lado, hay muchos menos pesos que en abril de 2018, cuando se dio la primera devaluación. Gran parte ya se dolarizó. Y si miramos los depósitos transaccionales, es difícil que se vayan al dólar", explica. En cuanto a los plazos fijos, la situación es similar, evalúa. Una gran parte pertenece a inversiones institucionales –como compañías de seguros– y no deberían correr al dólar dadas las tasas altas. "Con el plan del Banco Central y su compromiso de no aumentar la base monetaria, faltan pesos para las transacciones", insiste. Las compras de dólares para atesoramiento por parte de ahorristas, sin embargo, no se detuvieron en lo que va del año. En mayo, la demanda neta por parte de individuos sumó US$ 1425 millones, nivel similar al de abril, según el balance cambiario del BCRA. Para Gabriel Zelpo, economista Jefe de la consultora Elypsis, el BCRA está trabajando de manera acertada para ir normalizando la política monetaria –luego de la última reducción de la tasa de referencia de las Leliq, a principios de julio – y ganando espacio para intervenir en el mercado de futuros. "El Central entró en un carril de normalización. Y acumuló futuros por unos US$ 5000 millones que le permiten tener reacción en el momento más complicado. No está completamente exento de una corrida pero se está manejando coherentemente", comparte. De todas formas, el resultado del 11 de agosto será determinante, subraya. “Si la fórmula Fernández-fernández saca una diferencia que el mercado juzga irremontable por parte del Gobierno, y al otro día el discurso opositor se radicaliza, eso generaría una corrida difícil de parar", reconoce, al describir el escenario más pesimista. Llegado ese punto, la presión sobre las reservas netas del Central –que hoy no superan los US$ 21.000 millones– no resistiría, admite Vauthier. Por eso el BCRA está aprovechando el ingreso de capitales para comprar dólares, dice. Y, además de la autorización del FMI para vender divisas, siempre existe la opción de volver a subir la tasa. "El costo sería secar aún más la plaza y profundizar la recesión", concluye.