Detrás de la gran muralla
La próxima red social de moda, Tiktok, es divertida, irreverente y made in China. Ya tiene algunas ideas inusuales sobre censura y libre discurso.
de las noches, entre las 7 y medianoche, Sydney Jade está en Tiktok, la aplicación de smartphone
del momento. La adolescente de pelo rubio platinado se filma cantando canciones de programas, haciendo ejercicio y bromeando con cajeros en un Walmart cerca de su casa en Oklahoma. Sus videos musicales cortos y sus transmisiones en vivo son populares —Jade tiene 284.000 seguidores, que periódicamente le envían regalos virtuales, como stickers de vómitos de arco iris de 99 centavos de dólar.
Al principio, los padres de Jade se resistieron a Tiktok. No habían escuchado hablar de la aplicación y “no les gustaba la idea de que hubiera extraños mirándome cantar en mi habitación”. Pero los convenció de que Tiktok era “más amigable para los niños que otras
apps como Facebook”. La dejaron sumarse el año pasado, al mismo tiempo que, parece, todos los demás adolescentes. En enero, Tiktok fue la aplicación más descargada en las tiendas de Android y iphone, según Sensor Tower.
La historia suena muy parecida al ascenso de otras redes sociales como Instagram y Snapchat, con ambas vendiéndose como alternativas a la gran
app azul de Facebook. Pero Tiktok no fue creada por unos estudiantes de Stanford a los que Mark Zuckerberg pudiera comprársela. Es una subsidiaria de un startup de Beijing, Bytedance, que ha construido una colección de aplicaciones valiosas en China alimentadas por grandes cantidades de datos y una sofisticada IA. El año pasado, los inversores de Bytedance valuaron la compañía en US$ 75.000 millones, la más alta del mundo para un startup.
Inevitablemente, en especial en la era de Donald Trump, el rápido crecimiento de Tiktok y su origen chino la convirtieron en objeto de escrutinio. Hace unos meses, el Comité de Inversión Extranjera en los Estados Unidos (CFIUS) le ordenó a Kunlun Tech, una pequeña compañía china de juegos que compró Grindr, la app de citas gay, que vendiera el negocio por aparentes preocupaciones de que las agencias de inteligencia chinas podrían usar datos de