La experiencia única de pedir una Corona
A través de una novedosa propuesta, la reconocida cerveza Corona invitó a los porteños a un Secret Lime Bar, donde pudieron descubrir los secretos de su célebre ritual.
“Best served with Lime”, el secreto detrás del célebre ritual con el que se accede al paraíso.
es un clásico de las cervezas. Desde hace tiempo es uno de los productos más requeridos entre la nutrida oferta de los principales bares de todo el mundo. Y Buenos Aires no es la excepción. Pero pedir una Corona no es pedir una cerveza. Es pedir una Corona. Cuando uno pide esta marca es porque la está eligiendo especialmente, porque quiere transportarse, aunque sea espiritualmente, a algún sitio paradisíaco. En buena parte del mundo, la “experiencia” Corona va a acompañada de un gajo de lima cortado con su cáscara, que se introduce dentro de la botella para resaltar su sabor. Una experiencia que no se repite con ninguna otra cerveza, y que en nuestro país se va imponiendo a pesar de lo tradicional que suele ser el argentino para comer y beber. Así, en el contexto de la campaña “Best Served with a Lime”, Corona realizó –entre el 26 de agosto y el 1º de septiembre últimos– una llamativa activación con la idea de difundir este ritual entre los porteños. En el corazón del barrio de Palermo, los vecinos se sorprendieron al ver una verdulería montada de un día para el otro. Sin embargo, la sorpresa terminaba de devecorona larse cuando descubrían lo que el local escondía detrás. Al pedir una lima en la verdulería, la contraseña secreta abría las puertas a una nueva experiencia. Atravesando un pasillo ambientado con un estilo selvático, se ingresaba al Secret Lime Bar, un bar secreto dedicado al ritual de la lima en su máxima expresión. La estética del bar que se montó en Thames 1625 fue realmente una propuesta diferente, ya que todo buscaba reflejar los valores de la marca, con materiales reciclados, sin plásticos y con cestos para separar los residuos. Pero por sobre todas las cosas, lo que se respiró allí fue una energía diferente, donde la buena onda y la alegría se contagió hasta invadir cada rincón, cada metro cuadrado del ambiente. Se notaba: allí la gente la pasó bien, y sin dudas las Coronas acompañadas por un gajo de lima tuvieron mucho que ver con ello.
“Cada vez que una lima entra en una Corona, una persona encuentra el paraíso. Es una de las frases célebres de la campaña y quisimos llevar ese concepto a una experiencia. Cada vez que una persona pide una lima, se abren las puertas a este paraíso” comenta al respecto Tomás Grazzini, director de la marca en la Argentina.