El futuro del sector
En adelante, 2020 no anticipa una buena performance en Vaca Muerta tras el congelamiento de precios de agosto. Y las empresas del sector anticipan que se planchará la actividad el próximo año.
Las compañías tendrán menos equipos activos para apenas mantener el mismo nivel de producción. “Si bien la Argentina tiene la ambición de convertirse en un importante productor de shale y gas natural, la cantidad de plataformas de perforación activas en el país cayó 23 por ciento en septiembre a 55, la más baja desde mayo de 2017”, registró Baker Hughes. El dato no es menor: a diferencia de la extracción convencional de hidrocarburos, en donde el petróleo y el gas fluyen por debajo de la superficie, en la actividad no convencional las empresas deben perforar la roca mediante estimulación hidráulica con grandes cantidades de agua y arena ( fracking) para atrapar el producto. Los resultados muestran que si se deja de invertir en los pozos, la extracción de shale oil y gas cae hasta 70 por ciento en un año. Se necesita todo el tiempo multimillonarios capitales para mantener constante la producción.
Los precios de los combustibles, nudo del problema, estaban atrasados alrededor de 17 por ciento, según el presidente de YPF, Miguel Gutiérrez. Los últimos movimientos del dólar no hicieron más que incrementar la brecha, de la que habrá que salir con cuidado para evitar otro golpe inflacionario.
Para Federico Bernal, asesor de la vicepresidente electa y director del Observatorio Oetec, el Gobierno heredará “un sistema energético incompatible con el normal desarrollo humano y económico del país: mercantilizado, desregulado, caótico y dolarizado, con precios de la energía y tarifas lisa y llanamente inviables y entes reguladores cooptados por las empresas del sector”.
Mauro Chávez Rodríguez, experto en mercados de gas natural de la consultora Wood Mackenzie, advierte que si el próximo Gobierno se decanta por una mayor intervención, habría “incertidumbre para inversiones en exploración y producción de hidrocarburos; todos los argentinos terminarían pagando más si la producción nacional declina y se tiene que importar más GNL o derivados de petróleo y pagarlo a través del Tesoro Nacional”.
Chávez recalca que Cambiemos normalizó las tarifas y realizó subastas “transparentes y competitivas” de gas, renegoció el contrato con Bolivia, abrió el mercado de Chile y promocionó la licitación del nuevo gasoducto. Este caño será clave: su construcción no está garantizada, dadas las nuevas complicaciones financieras, pero de estar listo para 2021 sería vital para transportar la producción de gas y diseñar una planta para licuar el gas en Bahía Blanca.
Por otro lado, este año el Gobierno terminará con subsidios a la energía por US$ 5000 millones. Los usuarios pasaron de pagar un 10 por ciento de los costos en 2015 a un 55 por ciento en 2019 en la electricidad. El objetivo era que la relación se invirtiera y llegara a 90 por ciento, pero la devaluación que empezó en 2018 complicó los planes.
Alberto Cisneros Lavaller, CEO de GBC (Global Business Consultants), señala: “El sector eléctrico padeció la desinversión de los últimos años del kirchnerismo; el incremento nominal de la tarifa de gas fue de casi 8 veces más en pesos y 4 veces más en dólares. Macri deja una política sectorial con menores subsidios y con precios acomodados al mercado internacional”. Y pide: “Vaca Muerta debe ser uno de los pilares del modelo económico del próximo Gobierno, que debe elevarla a la categoría de política de Estado. El gas en el subsuelo no vale nada, lo que importa es dar señales para que se extraiga y se pueda industrializar. La política fiscal debe ser congruente”.