La lupa en las expectativas
En qué punto estaba la confianza del consumidor a fin de 2015 y en qué nivel se encuentra ahora. Las perspectivas frente al cambio de gobierno.
Generar confianza en los mercados suele estar entre las demandas centrales que recibe un gobierno nuevo. Y el ambiguo colectivo de “los mercados” no incluye solo a grandes inversores a punto de comprar títulos públicos, acciones o divisas. También abarca a millones de argentinos de a pie que cada día toman decisiones con su bolsillo y deciden si ahorran en pesos, se vuelcan al dólar, compran una heladera nueva o se limitan a llenar la que tienen. De esas pequeñas decisiones se integra el humor económico de los argentinos al recibir a un nuevo gobierno. Comparar el inicio de Mauricio Macri con el de Alberto Fernández lleva a armar una lista común de prioridades: salir del default, reducir la inflación y reactivar la economía. Los desafíos coinciden. El Índice de Confianza en el Consumidor de la Universidad Torcuato Di Tella suele registrar alzas en la llegada de cada período presidencial. Nunca, en casi 20 años, fue tan alto como en el inicio del macrismo: 60,35. La caída en sus 4 años de gobierno lo dejó hoy en 43,77 para recibir a Fernández, que deberá repetir la tradicional suba. La suba en la confianza de los consumidores se repite en los 3 ítems que componen la encuesta: perspectivas sobre la situación macro, la situación personal y la intención de comprar bienes durables o inmuebles. El pico de buenas perspectivas para lo macro se dio en la llegada de Néstor Kirchner (84,34) con los
deberes de la devaluación ya hechos. En el comienzo de Macri, con su anunciada devaluación, también hubo optimismo (73,85). Y en lo macro, el consumidor también acompaña a Fernández (67,09). El punto débil del escenario actual llega cuando los encuestados responden si es un buen momento para comprar electrodomésticos, cambiar el auto o mudarse de casa. La perspectiva de un alza de la macro no se traduce en decisiones de consumo. La promesa del Frente de Todos de –poner plata en el bolsillo de la gente– enfrenta en esa desconfianza uno de sus principales desafíos. La actitud positiva del consumidor
es clave en cualquier circunstancia y lo será mucho más en el próximo gobierno. Macri centró el credo inicial de su gobierno en la “lluvia de inversiones”, sugiriendo que su sola presencia iba a atraer capitales. Por el contrario,
Noviembre 2019 Fernández basará su plan económico en el consumo interno como motor de la actividad. Y parte de un piso bien bajo, con datos como una caída del 28 por ciento en la venta de electrodomésticos en los primeros 9 meses del año o la virtual parálisis del mercado inmobiliario. En sus inicios, Macri generó expectativas. En enero de 2016, el Indice de Confianza en el Gobierno (ICG) elaborado por la UTDT alcanzó su valor máximo desde la debacle de 2001 (3,14 en una escala de 0 a 5). Entre los cinco ítems que integran la medición, la llegada de Macri se destacó en “Capacidad para resolver los problemas del país. Eran tiempos en que se auguraba un macrismo sólido en economía, pero se temía por su debilidad política. Las expectativas por la gestión económica devinieron en decepción, tanto que el promedio del ICG de Macri (2,23) no consiguió alcanzar al de Néstor Kirchner (2,49), aunque los períodos de CFK (1,71 y 1,83). ¿Qué esperan los argentinos de su gobierno? La era Cambiemos termina con un índice por debajo de su punto de partida (2,01). Los famosos primeros 100 días de una nueva administración, aquellos en que se marca el rumbo y se toman las decisiones centrales, determinarán el grado de expectativas positivas que genere la fórmula Fernández-fernández. La confianza de los argentinos en su nuevo gobierno irá de la mano de su decisión de volver a consumir. . Fernando Meaños