Apertura (Argentina)

Alejandro Corbacho

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El politólogo Alejandro Corbacho, director del Observator­io de Política Exterior de la Ucema, prevé que los roces que ya asomaron entre el nuevo gobierno y el Brasil de Jair Bolsonaro continuará­n: “No están sentadas las bases de una relación honesta y pragmática”.

A partir de los indicios que hay, ¿cuál cree que será la orientació­n en política exterior del nuevo gobierno?

En lo regional, volveremos a las viejas raíces, un rechazo a las influencia­s externas. Va a buscar reconstrui­r un grupo de países no alineados y recrear la Unasur. Desde la óptica del kirchneris­mo, el proceso de Macri y la reinserció­n de la Argentina en el mundo son vistos como una anomalía. Ahora volverán a retomar el camino. Los veo más abiertos a alternativ­as como China y Rusia y, por supuesto, anti Israel. Hay que pensar en qué términos va a diseñar el gobierno la política de Israel si apoya las políticas de Palestina y de Irán.

¿Alberto Fernández seguirá la línea del kirchneris­mo o buscará la propia?

Hay una tensión inherente entre Alberto y Cristina que vamos a ver si se resuelve. No es cierto cuando Alberto dice que él y Cristina son lo mismo. Alberto tiene voluntad propia, pero depende de cómo sea el reparto en la coalición del gobierno.

El canciller dará un indicio.

Es importante, pero más lo es la actitud del jefe de Estado. Cristina manejaba las relaciones exteriores, Macri igual. La cancillerí­a instrument­a los grandes temas en la cabeza del Ejecutivo. ¿Cómo se parará en la región y frente a Brasil, con quien tuvo choques? México es una zona a navegar. Pero (Andrés Manuel) López Obrador, por ejemplo, habla mal de EE.UU. pero no confronta, hace lo que ellos quieren. Nuestra relación con EE.UU. no es la de México, corremos otros riesgos. El caso de Brasil es complejo. Bolsonaro no toleró lo que –según mi opinión– fue

Noviembre 2019 meterse en los asuntos internos, cuando Alberto dijo “Lula Libre”. Alberto le habló a la tribuna interna. Con Venezuela lo mismo. ¿Es lo más convenient­e? No, le va a generar problemas. Con Brasil lo veo difícil porque no están sentadas las bases de una relación pragmática, honesta. Si Alberto tiene la obligación de hablar en favor de Lula, cada opinión es un problema, porque Lula está preso por institucio­nes legítimas.

¿Frente a los EE.UU. y China está obligado a mantener un equilibrio? El gobierno de Macri ajustó una sintonía fina, lo que no es poco. El gobierno de Cristina entendía que mejorar la relación con China suponía pelearse con EE.UU.. Pero acercarse a EE.UU. no significa irse a la cama con ellos ni pelearse con China. En la región, EE.UU. tiene dos temas: el narcotráfi­co y Venezuela. No podemos mantenerno­s neutrales en todo. Lo que no hay que hacer es meternos en los asuntos estratégic­os de China y EE.UU.. Cuando la Argentina aceptó la base china en Neuquén (durante el kirchneris­mo) nos metimos. Aunque digan que no, es una estación de rastreo satelital. Hay una batalla muy fuerte sobre cómo se plantea una guerra (entre las dos potencias), si hubiera. China quiere cegar a los EE.UU., eliminar sus satélites. Pero bueno, se hizo, ya está. P.O.

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