Romina Broda
riencia una oportunidad para criarlos como “ciudadanos del mundo”. “Hay que aceptar las diferencias como parte de la vida, que todos son distintos”, dice y concluye: “Mi generación creció en otro escenario, se está readaptando y ese proceso tiene una velocidad intensa. Pero es una realidad y la tenemos que seguir alimentando”. Lucila Lopardo. barazada de su primera hija. Trabajaba en P&G y estaba expatriada en Brasil, desarrollando la categoría de Beauty Care desde San Pablo. “En ese momento la decisión era binaria. Trabajar o no. Pensé en renunciar, pero finalmente pedí trabajar part-time y mi jefe acompañó”, recuerda Broda, hoy gerente General de Puratos Argentina. Aunque trabajaba medio día, sus objetivos fueron los mismos y hoy confiesa que fue más eficiente que nunca. Pero no todo fueron sonrisas del otro lado: “En ese momento un directivo me dijo que estaba hipotecando mi carrera. Y eso me dio más ganas de demostrar que yo sí podía”.
Los resultados fueron más que positivos. Al año y medio Broda fue ascendida a directora de Marketing. “Las mujeres necesitamos traer la flexibilidad a la mesa y mostrar que a veces los horarios, los estereotipos y las formas no son las mismas para los varones que para las mujeres. Yo sabía que si no llegaba todos los días a mi casa para bañar a mi hija, mi día no tenía sentido. Y no me dio miedo decirlo”, explica.
Broda inició su carrera corporativa casi de casualidad, cuando entró a P&G a cubrir a una amiga que estaba de licencia. “Entré por dos meses y me quedé 20 años”, recuerda la que en ese momento tenía 18 años y trabajaba como secretaria de Marketing. Hizo toda la carrera de Economía mientras era pasante y en esa empresa creció hasta que en 2001 le tocó su primera expatriación. Se fue a Venezuela a trabajar en Cuidado Femenino con responsabilidad regional y un tiempo después fue trasladada a Brasil.
Con los objetivos cumplidos volvió a armar la valija y se instaló en Chile junto a su familia. Allí nació su segunda
Noviembre 2019