El desafío de no perder el talento

En agosto, más de la mitad de las empresas no tenía ni cerrado ni definido el aumento que iban a recibir en 2020 sus empleados fuera de convenio. La única certeza es que, por tercer año consecutivo, los sueldos van a volver a perder contra la inflación. Y en un contexto de aumentos generalizados de precios, cepo al dólar, crisis económica y pandemia, los salarios están licuados. Cuando el 20 de marzo comenzó el Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio en la Argentina, las empresas no sabían cuánto iba a durar o cómo se iban a implementar las diferentes etapas. A septiembre, continúan las incertidumbres a pesar de que algunas industrias lograron volver a encender las máquinas. Las luces de la mayoría de las oficinas, en cambio, siguen apagadas, mientras las empresas intentan dilucidar cuándo y cómo se volverá. En este contexto de crisis mundial económica y sanitaria, las noticias que llegan desde el mundo auguran un panorama complejo. La prioridad: conservar todos los puestos de trabajo que se puedan. Por ahora, la salida de ejecutivos y profesionales es por goteo, tanto por las medidas que tomó el Gobierno para evitarlo como por decisión de las propias organizaciones que, a partir de crisis anteriores, aprendieron a mantener al talento lo máximo posible. Pero los headhunters advierten de cada vez más profesionales que quieren irse a trabajar y vivir en el exterior, cansados de enfrentarse a una Argentina que no solo parece no tener rumbo, sino que siempre sorprende con algún volantazo o decisión inesperada que, irremediablemente, termina afectando los bolsillos. Cuando empezó el año, el aumento promedio planificado era de entre 40 y 42 por ciento. A agosto, la mediana daba 38 y el promedio, 36,3 por ciento. Pero solo se había otorgado 20 por ciento y las organizaciones están revisando el ajuste. “No sabemos si vamos a poder completarlo”, es la respuesta generalizada entre las pocas que aceptan hablar del tema. Como todo en este año, la realidad obliga a tener flexibilidad y adaptarse. Esa capacidad de aprender y desaprender de la que tanto se habla ahora como skill valorada y que en la Argentina es casi parte del ADN local. A nivel personal, quería aprovechar este espacio para, después de 14 años, despedirme de APERTURA. El compromiso, el profesionalismo, la dedicación y el trabajo en equipo es lo que permite que esta revista siga liderando su segmento después de tantos años de historia, algo poco común en este país y que, sin dudas, continuará durante mucho tiempo más. Gracias por todo y hasta el próximo número.