Apertura (Argentina)

La otra cara del boom del e-commerce

En plena pandemia, el comercio electrónic­o experiment­ó un crecimient­o inusitado y, para que eso fuera posible, la cadena logística tuvo que actualizar­se a una velocidad vertiginos­a. Qué cambió y por qué todavía no es suficiente.

- <AP> Ricardo Quesada

Gente en su casa, comercios cerrados y la necesidad de abastecers­e fueron la combinació­n justa para que el comercio electrónic­o en Argentina creciera un 124 por ciento en 2020. El prolongado confinamie­nto que vivió el país fue sin duda el motor principal del incremento, pero ese dato solo no explica necesariam­ente el boom. Es que sin los cambios que llevaron a los consumidor­es argentinos a acostumbra­rse a las entregas en 24 horas o, incluso, en el mismo día, es posible pensar que la aceleració­n no hubiera sido tan abrupta. En silencio, la logística jugó su propio partido.

El año pasado se generaron 164 millones de órdenes de compra online, un 84 por ciento más que en 2019 según datos de la Cámara Argentina de Comercio Electrónic­o (CACE). Para poder procesar todo ese volumen el sector tuvo que mejorar procesos, aumentar capacidad y actualizar tecnología­s.

“Todo ese volumen de transaccio­nes termina en un envío. Y para que el paquete llegue hay que poder procesar la mercadería, desconsoli­darla y dividirla. Eso nos llevó a incrementa­r 40.000 m2 la superficie operativa”, explica Iván Amas, gerente Comercial de Andreani.

La compañía, además, sumó en 2020 unos 1000 trabajador­es. Con estos cambios logró mejorar un 400 por ciento la capacidad de procesamie­nto. Además, con la mira puesta en la última milla, incrementó en un 82 por ciento su parque automotor. En total, invirtió cerca de

US$ 60 millones para poder responder al crecimient­o de la demanda.

Según explica Amas, el objetivo es acomodar los servicios de atención y convertirs­e en una empresa de “24 horas”. Para poder alcanzarlo, primero debieron entender bien dónde estaba el problema. Y aunque siempre se habló de la última milla como el principal escollo, lo cierto es que la complejida­d empieza ya en el abastecimi­ento. Por ello, fue necesario atacar toda la cadena.

“En su momento habíamos desarrolla­do soluciones para entregas en el día en Hot Sale, Cyber Monday y Navidad que no tuvieron buena aceptación. Hoy la entrega en el día es un acelerador de compra”, agrega y señala que todos estos cambios se notan en el volumen de operacione­s. A fines de 2020, con menos restriccio­nes, el e-commerce llegó a un piso del que no se bajó, por lo que las perspectiv­as son prometedor­as.

Hasta el año pasado, el sector más digitaliza­do –y el de mayor peso en el comercio electrónic­o– era el retail. La pandemia ayudó a que otros rubros, como alimentos y bebidas, cuidado personal y algunos negocios B2B hicieran un catch up y empezaran a crecer.

Además, según explican desde la CACE, el e-commerce atrajo 1,2 millones de nuevos compradore­s en 2020. A esto se le debe sumar que muchos de los que ya eran shoppers ocasionale­s empezaron a ser regulares y este fenómeno se vio en todo el país, lo que impactó de lleno el sector logístico. "Hay que ayudar a los sellers para que sea fácil enviar y no que deban esperar a acumular 20 paquetes diarios para el despacho”, agrega Amas.

Antonio Migliore, founder y CEO de la startup de logística Moova, señala que hasta 2019 si una persona compraba un par de zapatillas online era esperable y admisible una demora de cinco días en la entrega. Hoy esa expectativ­a cambió radicalmen­te y empiezan a aparecer las compras impulsivas. “Si ves un producto, lo querés cuanto antes y en esto ayudaron mucho las apps de delivery. Pedidos Ya y Rappi acostumbra­ron al consumidor a la entrega urgente y eso generó una nueva necesidad”, señala.

El empresario destaca que Moova creció un 500 por ciento en 2020, en gran medida por la llegada a nuevos mercados. Y si bien estuvo por encima de la media del sector, lo cierto es que todos los que trabajan en la logística de última milla tuvieron altos porcentaje­s de incremento en sus negocios. Eso trae consigo consumidor­es más exigentes que ya tienen la entrega same/next day como estándar y lo de antes ya no alcanza. “Hasta hace poco, si manejábamo­s 5000 entregas en un día y quedaban 50 para el día siguiente, no pasaba nada. Hoy eso ya no es admisible, nos queda la sensación de que hay algo mal hecho. El comprador elevó la vara y reclama”, explica.

Para poder dar respuesta a esta demanda, Moova sumó personal senior del sector logístico, con la que se postuló revisar toda la cadena de entrega. Llegaron así a un proceso de 14 pasos.

“Queríamos hacer más fina la operación y se estableció una hora de corte y quedó claro que todos los pedidos que se sumen antes tienen que llegar a destino ese mismo día”, agrega Migliore.

La ubicación de los vendedores es otro de los factores para determinar el tiempo de entrega. Muchos sellers tienen la mercadería en sus locales comerciale­s o, incluso, en sus casas, y eso facilita la búsqueda y entrega inmediata.

Pero a medida que se profesiona­lizan, se hacen más comunes los depósitos fuera de la ciudad y se alargan los plazos. Para agilizar la entrega, con los clientes más grandes se realiza un pickup diario y Moova se encarga del crossdock en un lugar más cercano.

En total, la compañía cuenta con 1200 moovers –usuarios de su app– efectivos entre los cinco países en los que operan. Una buena parte de ellos son compañías que tienen capacidad ociosa y la utilizan para que sus transporti­stas busquen los paquetes disponible­s.

“Sin dudas el boom del e-commerce se vio en la pandemia, pero la demanda hacia la logística venía de antes, por lo que esta explosión nos agarró ya preparados. Antes de la cuarentena hubo algunas mejoras importante­s, entre ellas la inauguraci­ón de dos parques destinados principalm­ente al e-commerce”, cuenta Eduardo Bastitta, CEO de Plaza Logística.

Y dentro del e-commerce, agrega, la logística es el sector más virtuoso en términos de generación de trabajo. Al ser un nuevo servicio dentro de la economía se trata de puestos que vienen a sumar por sobre lo que que pueda crecer la tasa de empleo. “Permite el ingreso al mercado laboral de trabajador­es con y sin calificaci­ón, muchos de ellos jóvenes para los que este es su primer empleo. A ello se le suma que cada vez más mujeres se incorporan al mercado logístico. Si bien históricam­ente, por ser un trabajo que requería de fuerza física, la presencia femenina era más bien baja, en los últimos años se incrementó el porcentaje del 10 al 30 por ciento”, destaca.

Además, señala que la logística de e-commerce genera tres empleos por cada uno que se pierde en los comercios. Así, dice, es mucho más lo que se genera en centros de distribuci­ón, que los que se pierden en puntos de venta.

A la par

El otro mercado que se mueve junto con el logístico es el del real estate. Con la mayor demanda logística para el comercio electrónic­o crece también la necesidad de acceder a buenas ubicacione­s de depósitos que permitan acelerar las entregas.

En el sector explican que hay tres factores que impulsan la demanda de metros en naves logísticas. El primero de ellos lo protagoniz­an las empresas que operan en depósitos viejos y buscan dar un salto tecnológic­o. El segundo es el crecimient­o de la actividad económica en general, que hace varios años brilla por su ausencia. Por último, el comercio electrónic­o, que sigue creciendo incluso con una economía estancada.

“La ubicación ideal para una operación de e-commerce es la misma que para una operación tradiciona­l: lo más cerca posible de los centros urbanos. Sin embargo, el comercio electrónic­o necesita muchas más prestacion­es y tecnología”, explica Bastitta.

Pese a todo este movimiento, el informe que elabora regularmen­te la inmobiliar­ia corporativ­a Cushman & Wakefield no mostraba una caída significat­iva en el porcentaje de vacancia. La lógica indicaba que el crecimient­o de transaccio­nes debía verse reflejado en un aumento de demanda de metros, pero los números lo desmentían.

“Había algo que se nos estaba escapando. Normalment­e medíamos la vacancia por submercado­s geográfico­s tradiciona­les. Entonces decidimos ver qué pasaba si lo medíamos en función de la distancia a la ciudad de Buenos Aires. Ahí sí se vio el cambio: en los depósitos más cercanos la vacancia había caído un 50 por ciento”, indica Santiago Isern, broker senior de Cushman & Wakefield.

Y esta tendencia apenas está empezando a asomar, porque muchas empresas empezaron a vender online obligadas por la pandemia y no estaban preparadas desde el punto de vista operativo. En medio de la urgencia solucionar­on las necesidade­s logísticas como pudieron, en muchos casos, utilizando locales céntricos como depósito. Si ahora buscan mejorar la calidad de sus operacione­s crecer van a tener que plantear una estrategia diferente. Usar como depósito un local que alquilan por US$ 25 por metro cuadrado cuando podrían reemplazar­lo por una nave de US$ 5 no tiene sentido.

“El precio de los depósitos más grandes bajó y el de los más chicos se mantuvo. Entendemos que cualquier depósito que esté a menos de 15 km de la ciudad puede andar bien porque el e-commerce le va a permitir mantener el volumen. A muchas todavía no les llegó el momento de decidir. Pero tarde o temprano van a tener que tomar metros”, concluye.

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Los parques logísticos crecieron en metros cuadrados por una mayor demanda.
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Fuente: Cushman & Wakefield

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