Bienvenidos al coworking
Como muchos de sus clientes, que analizan el retorno a las oficinas y la implementación de sistemas híbridos – con días de presencialidad y de home office– para cuando haya pasado la pesadilla del Covid, los estudios de abogados proyectan el día después. Pero los cambios van más allá en profundidad. Empujadas por las nuevas tendencias que parecen barrer con todo, las firmas abandonan su característica formalidad. Las oficinas están en proceso de rediseño en el caso de varios bufetes top y el objetivo es que se parezcan más a un coworking que a las tradicionales estructuras dominadas por las bibliotecas y los despachos cerrados con nombre en la puerta. Beccar Varela dividió el espacio en su sede de Catalinas en seis colores y ya no existirán los puestos fijos, salvo algunas excepciones, explica el managing partner Horacio Beccar Varela. A través de una app, los abogados deben reservar el espacio para trabajar y el programa se encarga de ubicar a los equipos dentro del mismo sector y color. Marval, O'farrell & Mairal camina en la misma dirección: reformará los pisos del edificio que ocupa en Retiro – prevé devolver algunos– para optimizar el espacio y armar sectores abiertos, con livings y lugares de encuentro que fomenten la interacción. “Para el momento de redactar un contrato encerrado, un abogado puede hacerlo en su casa”, justifica el cambio Santiago Carregal, chairman del estudio. No habrá oficina propia para nadie, ni siquiera para los socios más antiguos: todos debieron llevarse las fotos familiares y los libros para liberar sus recintos. Para reservar el escritorio habrá que apelar a la app interna. Y cuando tenga que ir, el propio Carregal se sentará donde le toque, cual empresa tecnológica. En paralelo, los estudios están haciendo fuertes inversiones en tecnología. “Las empresas de todos los sectores se subieron a la transformación digital, y el mundo legal no es la excepción”, apunta Ezequiel Braun Pellegrini, abogado y fundador de Brevity, una plataforma que automatiza la gestión y mejora la productividad de los abogados societaristas a través de inteligencia artificial. Según Braun, se puede reducir hasta un 90 por ciento el tiempo destinado a administrar documentos para emplearlo en otras tareas. Es una tendencia que avanza.