Daniel Nasuti
El ejecutivo forma parte de la división de salud del gigante alemán desde 2014 y hace cinco años lidera la operación local. Licenciado en Higiene y Seguridad y MBA, estudia hoy Psicología para enriquecer su formación.
La pandemia puso a las compañías de salud en el centro de la escena. No solo en lo que respecta al segmento de los medicamentos, sino también a los proveedores de dispositivos médicos, cuyo rol también fue fundamental en el último año y medio. En ese contexto, Daniel Nasuti tuvo a su cargo encabezar la operación en la Argentina, un mercado en el que existen muchas dificultades en el acceso equitativo a la salud. El ejecutivo, que ostenta hace cinco años esa posición, considera que a partir de la aparición del Covid-19 se generó la oportunidad de volver a poner a esta industria entre las prioridades de la infraestructura. “En la Argentina tenemos un desafío enorme, porque a pesar de ser un país con una baja densidad de habitantes hay cuestiones de inequidad”, considera en este sentido. Nasuti forma parte de Siemens Healthineers desde octubre del 2014, cuando asumió el mando del área de Customer Service para la región Austral Andina de la multinacional. Previamente se desempeñó en Siemens durante otros ocho años como service Manager para la región del Cono Sur. Además, pasó por otras firmas como Bayer y Wiener Lab. Todo eso le dio un amplio conocimiento en el sector, lo que le permite hacer un análisis integral de las necesidades del negocio. “La Argentina tiene un sistema de salud complejo y fragmentado, con problemas de financiamiento”,
opina. Según él, durante la pandemia la compañía trabajó para disponibilizar en todo el país ensayos clínicos de laboratorio para la detección del coronavirus, así como también técnicas de PCR. Además, la firma participó en los protocolos de alternativas terapéuticas como el suero equino, una de las iniciativas locales más relevantes. En ese camino, Nasuti explica que los desafíos para un CEO en la Argentina tienen que ver con alinear el objetivo estratégico de la compañía y a su vez modelar el futuro de la salud. “Hay que orientar las energías de todos los colaboradores para la convergencia en ese propósito”, detalla sobre su rol como líder. Para mejorar sus capacidades en este sentido, el licenciado en Higiene y Seguridad con un MBA del IAE comenzó a estudiar Psicología en la Universidad de Morón. “Estoy aprendiendo mucho sobre la interacción humana y el liderazgo. Hace cuatro años estoy estudiando y eso me permite tener una mirada más amplia del elemento humano. Al final del día somos una compañía de personas que cuida a personas”, sintetiza. En su día a día, el número uno asegura que a pesar del trabajo remoto la empresa mantuvo la continuidad de las operaciones. Ahora, en tanto, se apostó por una modalidad híbrida, que combina algunos días de manera presencial y otros virtuales. “Con el paso de los días nos fuimos acomodando al trabajo a distancia. Hubo pérdidas y ganancias, porque obviamente compartir un almuerzo con la familia es una mejora, pero pasar del mundo 3D al 2D en lo laboral no es lo mismo”, diferencia Nasuti, quien sostiene que prefiere resolver problemas con un café de por medio en lugar de mediante una videollamada. Además, la compañía debió repensar sus estrategias para estar conectada y comunicada con sus empleados, y atender a las situaciones particulares que trajo el aislamiento. “Implementamos medidas para preservar la salud física y mental, con espacios para compartir, cafés virtuales, yoga, meditación y mindfulness”, enumera. En su tiempo libre, él mismo practica yoga dos veces por semana y suele salir a caminar y a correr, aunque ahora mucho de su ocio quedó en manos de lo académico. “Me encanta aprender, y en un rol directivo lo técnico pasa a un segundo plano”, dice sobre la importancia de las habilidades blandas el gerente que a su vez se define como “pareja de Mariana, papá de Renzo, Renata y Luis y abuelo de Dionisio”.
Florencia Lippo