TRANSITORIO NO QUIERE DECIR RÁPIDO
La inflación de hoy se parece a episodios pasados que duraron un tiempo y llevaron a la prosperidad
Es habitual buscar paralelos históricos cuando se habla de inflación. La estanflación de los años ‘70 se comenta mucho por estos días, aunque a los entusiastas de las criptomonedas les encanta mencionar la hiperinflación de la Alemania de Weimar.
Los verdaderos expertos van más profundo: los episodios inflacionarios en Estados Unidos que siguieron a las dos guerras mundiales. En ambos casos había grandes déficits, políticas monetarias súper laxas, y penurias en la cadena de proveedores. Los dos dieron paso a épocas de prosperidad con baja inflación.
En general, las inflaciones de las posguerras parecen mostrar un modelo alentador para quienes piensan que esta vez los gobernantes simplemente tendrían que pilotearla. Cierto, la inflación después de la Primera Guerra Mundial culminó en una brusca depresión económica antes de la eventual prosperidad de los Años Locos. Pero ese episodio de 1920 y 1921 fue breve y parece haber sido causado por la decisión de la Reserva Federal de subir las tasas en el momento equivocado. También hubo un resurgimiento de la inflación a comienzos de los ‘50, pero no duró mucho.
Vale la pena contemplar en qué consistiría una actitud pasiva ante la inflación. Las de las posguerras fueron transitorias, cierto, pero no fueron breves. La que empezó en 1916 incluyó 49 meses seguidos de inflación de dos dígitos; la de 1946, 15 meses seguidos de dos dígitos, y 28 por encima del 5 por ciento.
El episodio actual se encuentra apenas en el sexto mes de aumentos interanuales de 5 por ciento o más en el índice de precios. La manera de calcular el índice ha cambiado con los años, así que las cifras no son perfectamente comparables con las de hace un siglo o 75 años atrás. Pero pensemos en cómo serían 23 meses más de esto Justin Fox