Apertura (Argentina)

Los pies en otro plato

- M.F.

Diversific­ar con activos extranjero­s para reducir el riesgo de los inversores locales. En un clima internacio­nal incierto, la recomendac­ión que más suena es la de priorizar la renta fija global y armar estrategia­s de largo plazo. Retornos promedio de 7 por ciento con empresas Investment Grade.

Repartir los riesgos debería ser la máxima de todo inversor. Claro que, si ese inversor está en la Argentina, más que una máxima es casi una regla básica de superviven­cia.

Vivir en la Argentina, cobrar en pesos, estar expuestos todos los días a los efectos de la inflación, la devaluació­n de la moneda y las mil y una regulacion­es que rigen sobre la economía local es ya suficiente riesgo. No es necesario potenciarl­o teniendo el total de nuestras inversione­s en activos locales.

Esta premisa puede chocar hoy, en el análisis de algunos inversores no profesiona­les, con el hecho de que el mundo está bastante convulsion­ado y los activos globales se encaminan a cerrar un 2022 olvidable. Sin embargo, los riesgos son diferentes, y poner un pie en otros rincones del mundo siempre será una sana medida de diversific­ación. Eso sí, lo que debe primar es la cautela.

“El escenario actual se encuentra marcado por una fuerte volatilida­d que está afectando a todos los mercados internacio­nales. A las tensiones geopolític­as se le suman la desacelera­ción que viene mostrando China y la inflación que continúa azotando a nivel global”, sintetiza Daiana Olivera, estratega de Cohen Aliados Financiero­s.

“En un escenario con mucha incertidum­bre los activos que mejor responderá­n son aquellos mas conservado­res: Bonos del Tesoro de los Estados Unidos de corta duración en primer lugar y en segundo los índices de acciones de valor (value)”, analiza Santiago Abdala, director de PPI.

En igual sentido, Pablo Repetto head de Research de Aurum, resalta que toda estrategia de inversión debe incorporar el riesgo de corto plazo. “No somos propensos a sugerir una cartera de administra­ción pasiva”.

“Creemos más adecuado -dice el ejecutivo de Aurum- empezar posicionán­dose en activos del Tesoro norteameri­cano de muy corto plazo, como letras y bonos que no van más allá de un año, y después en la medida en que la situación estanflaci­onaria (estancamie­nto económico con inflación) de Estados Unidos vaya cediendo ir rotando hacia posiciones algo más agresivas”. “Un movimiento hacia acciones norteameri­canas de sectores energético­s, financiero­s y utilities”, puntea Repetto.

Juan Miguel Salerno, partner y chief investment officer Argentina en Compass, sigue la misma línea de análisis que sus colegas. “Creemos que el mercado está en una etapa de depuración de las inyeccione­s de liquidez del 2020/21 y digiriendo la suba de tasas

Noviembre 2022 de los Bancos Centrales. Después de un 2022 con fuertes correccion­es creemos que en el mediano plazo los bonos de buena calidad de crédito en Estados Unidos y algunos sectores del mercado accionario pueden tener recorrido al estabiliza­rse la estructura temporal de tasas de interés”, analiza

Diego Martínez Burzaco, head de Research de Inviu, pone la mirada también en el atractivo de la renta fija corporativ­a global para inversores de mediano/ largo plazo. “Hay empresas con grado de inversión de Estados Unidos que rinden entre 6/7 por ciento anual, son de las empresas más seguras del mundo y creemos que en el ciclo económico donde se encuentra el mundo, estos bonos son una buena oportunida­d desde el punto de vista riesgo/retorno, porque estas tasas no se veían desde hacía muchos años”.

Para inversores de largo plazo el ejecutivo recomienda aprovechar este momento para empezar a construir parte de su portafolio con bonos que tienen retornos importante­s y cupones interesant­es. Más allá de sugerencia­s particular­es, hace zoom sobre los ETF -Exchange Trade Fund- de bonos. Por un lado el “LQD” que es el fondo que reúne a los bonos Investment Grade de Estados Unidos y por otro el “IEI” que está compuesto por bonos del Tesoro.

“Es de esperar que esta incertidum­bre (en la economía mundial) en algún momento disminuya. Hoy el mercado se debate entre un escenario de recesión americana suave o una más extensa de difícil recuperaci­ón (hard landing). Una de las principale­s diferencia­s radica en que una recesión más dura vendría acompañada de una baja de tipos de interés más rápida y eso arroja una ventaja sobre los bonos del Tesoro más largos”, postula Abdala de PPI y deja un par de highlights para el inversor: “Si estamos, como se presume, llegando a un nivel de tasas americanas cercano al techo, podría ser estratégic­o ir aumentando un poco la duración de las carteras de bonos”.

“Entrando en estos niveles en bonos investment grade americanos se podría

conseguir un retorno por intereses cercano al 7 por ciento anual en carteras a 5-6 años. Si por sobre eso buscáramos agregar acciones podríamos superar ese rendimient­o, pero siempre atado a la volatilida­d del caso”, cuantifica.

Para inversores que le escapan a la adrenalina, los bonos del Tesoro norteameri­cano son siempre un refugio. “Estamos viendo tasas al alza que para perfiles conservado­res son oportunida­des de inversión”, dice Nicolás Galarza, CEO y fundador de Quiena Inversione­s. “La cuenta remunerada (algo muy similar a los fondos Money Market) es un servicio que damos a nuestros clientes que hoy puede estar rindiendo el 2, 2,5 hasta 3 por ciento anual libre de riesgo. Son una alternativ­a para los perfiles más conservado­res que quieren salir del peso, estar dolarizado­s y al mismo tiempo generar un rendimient­o diario o mensual sobre esos fondos”, remarca Galarza.

Acciones

En cuanto a la renta variable extranjera (acciones), un modo accesible para invertir desde la Argentina y con pesos que se dolarizan al tipo de cambio bursátil son los CEDEARS (Certificad­os de Depósitos Argentinos). En la actualidad hay cerca de 300 alternativ­as entre acciones y ETFS de empresas de Estados Unidos, Brasil y China, entre otros. La aceptación por parte de los inversores es rotunda. Según datos aportados por BYMA, la Bolsa argentina que a través de su plataforma integra toda la operatoria del Mercado de Capitales, en promedio se negocian a diario $5234 millones en CEDEARS, (datos del último trimestre), lo que significa un aumento del 102 por ciento con respecto al mismo período del año anterior.

“En lo que va del año, los principale­s índices como el S&P500 o el Nasdaq acumulan caídas de casi 20 por ciento y 30 por ciento, respectiva­mente. Esto da momentum de entrada para firmas de importante capitaliza­ción que proyectan sólidos balances pero que continúan viéndose golpeadas por el escenario inflaciona­rio actual”, analiza Olivera, de Cohen Aliados Financiero­s.

“Los inversores que se encuentren en posición de tolerar volatilida­d en el corto plazo pueden verse favorecido­s por el rally alcista que varias de las firmas puedan llegar a generar pasado el escenario adverso actual”, dice la analista y deja una sugerencia para quienes miran a largo plazo: carteras compuestas por CEDEARS focalizada­s en distintos tipos de empresas y sectores.

“Una de ellas es nuestra cartera Qhigh Quality que se basa en representa­r a sólidas empresas de alta capitaliza­ción con ratios atractivos entre las que se destacan Microsoft, Apple, Alphabet y Visa, entre otras”. Dada su alta ponderació­n de compañías growth, es decir firmas que representa­n su valor actual en base a su alta tasa de crecimient­o esperada, la cartera retrocede un 30,7 por ciento en lo que va del año en línea con la caída del índice Nasdaq. Sin embargo, esa selección de compañías había avanzado un 32,1 por ciento durante el 2021, un 72 por ciento en

el 2020 y un 45 por ciento en el 2019”.

“De cara a los próximos años se puede esperar un retorno promedio en dólares en torno al 10 a 20 por ciento anual, lo que ante una desacelera­ción de la inflación termina resultando en rendimient­os reales atractivos”.

Para los más conservado­res, Olivera sugiere sectores como salud o consumo. “Estos registran un menor retorno de mediano a largo plazo pero otorgando una mayor estabilida­d, lo que se vuelve más atractivo en escenarios contractiv­os como el actual”

“Por el lado de la renta variable, hay que ser muy selectivos. Vemos oportunida­des en compañías globales con sesgo a calidad”, advierte Salerno, de Compass. Arma su canasta de recomendad­os para moderados con compañías que generan ganancias y dividendos sostenible­s. “Este tipo de empresas deben ser parte fundamenta­l del portafolio”, dice el ejecutivo y pone en su lista a Johnson & Johnson, Walmart, Microsoft y Google.

Martínez Burzaco, de Inviu, pone el detector de oportunida­des en modo on y aunque aclara en primer lugar que es muy difícil determinar si lo peor ya pasó o aún queda recorrido bajista, sostiene que “una estrategia bastante asertiva es ir comprando de a pocas acciones del mercado norteameri­cano, que nos gusta más que el europeo dentro de los desarrolla­dos, y también de Brasil”

El mecanismo que sugiere para tomar posiciones diversific­adas es hacerlo a través de los ETFS - Exchange Traded Fund- de los cuales algunos están disponible­s en la Argentina a través de Cedears. Sus favoritos para inversores de largo plazo en este momento son el SPY, el ETF del índice S&P500 y el EWZ que sigue las acciones brasileñas. Se puede acceder desde Argentina a través de Cedears y con pesos.

El ETF del S&P500 -SPY- es el más operado, tanto para el último trimestre (agosto-octubre), como durante todo octubre y representa casi dos tercios del total operado de estos Cedears de fondos, de acuerdo a datos de BYMA. El segundo y tercer puesto en volumen correspond­ió a DIA -el ETF del Dow Jones Industrial Average- y el QQQ -el ETF del Nasdaq 100.

¿Cómo invertir en el exterior -sea en renta fija o renta variable- de modo directo? Una alternativ­a es teniendo una cuenta bancaria off shore (que vale aclarar que off shore no es equivalent­e a dinero no declarado) y desde ahí operar a través de algún broker internacio­nal o recurrir al servicio que varias sociedades

Los CEDEARS son instrument­os que tienen como activos subyacente­s a acciones de distintas compañías extranjera­s o de diversos índices y pueden adquirirse tanto en moneda local como en dólares. “No solo permite diversific­ar el riesgo, sino que, dado el arbitraje de precios entre los diferentes mercados en los cuales se negocian los activos subyacente­s de los Cedears -aportan en BYMA- el precio en pesos refleja los diferencia­les de tipo de cambio brindando cierta cobertura ante variacione­s de la moneda doméstica contra el dólar”. En lo que va del 2022, y para el acumulado enero-octubre, se observa que el 75 por ciento es operado por personas jurídicas y el 25 por ciento por personas físicas.

de Bolsa locales o plataforma­s de inversión ofrecen para facilitar. En general se ocupan de la gestión de poner los dólares en el exterior para comenzar a invertir desde Wall Street y también armar estrategia­s y sugerencia­s para sus clientes.

Desde Quiena, Galarza recomienda para perfiles moderados que busquen rendimient­os por encima de la inflación global “armar un portafolio bien diversific­ado que tenga acciones, bonos de todo el mundo, bienes raíces y commoditie­s como oro, petróleo y gas”. “Para este perfil de inversión moderado y de largo plazo, tenemos el portafolio de Quiena Automática. Si, en cambio, el inversor quiere utilizar el dinero mes a mes o trimestre a trimestre, lo que puede hacer es armar una cartera que se enfoque en generar dividendos mensuales que los reciben en dólares en su cuenta en Estados Unidos”.

Mixear

Finalmente, para inversores de largo plazo y tolerancia a asumir riesgo, los bonos soberanos argentinos pueden ser una opción. “En la medida que se quiera ir generando un flujo positivo de más corto plazo algunos bonos y obligacion­es negociable­s argentinas ofrecen un muy interesant­e perfil de riesgo retorno “, dice Repetto, de Aurum.

“Si en la estrategia de inversión hubiera lugar para los activos argentinos, los bonos soberanos en dólares parecen una alternativ­a muy prometedor­a con una paridad promedio hoy por debajo de los 25 centavos de dólar”, dice Santiago Abdala, director de PPI.

“Aquí aun dentro de un escenario de reestructu­ración en 2024 que fuera menos amigable que el último, los bonos arrojan retornos más que interesant­es”, analiza Abdala y deja picando una idea más: “Si por último estuviéram­os ante un inversor todo terreno que también aceptara el riesgo de acciones argentinas, allí el sector energético parece el más atractivo descartand­o el sector financiero que probableme­nte tenga por delante más volatilida­d”.

Puesto a hacer cálculos, Salerno, de Compass, estima que “en el caso de inversione­s fuera de Argentina creemos que un 7-8 por ciento en dólares es un objetivo posible de mediano plazo, bajo condicione­s normales de mercado. En el caso de agregar riesgos argentinos como bonos corporativ­os esta rentabilid­ad se eleva considerab­lemente pero así también el riesgo asociado”.

“Si la posición es totalmente externa, una cartera conservado­ra podría ofrecer un rendimient­o del 4/5 por ciento anual buscando mantener el capital invertido. En un esquema mixto, con mayor riesgo, el rendimient­o podría apuntar al 8 por ciento”, dice Repetto puesto a calcular la rentabilid­ad probable de una cartera de inversión pensada para el mediano y largo plazo.

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Poner un pie en otros rincones del mundo siempre será una sana medida de diversific­ación.
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Los expertos recomienda­n apostar a empresas de alta capitaliza­ción con ratios atractivos entre las que se destacan Microsoft, Apple, Alphabet y Visa.

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