Marcos Bulgheroni
El empresario continúa el mandato familiar y plantea el principal desafío de crecer como un player internacional desde la Argentina: “Hay que evitar que lo urgente se coma a lo estratégico”.
“Queremos ser protagonistas, no víctimas de la transición energética”
Marcos Bulgheroni está recién aterrizado. Viajó desde Dubai, donde asistió a la COP28, cumbre climática donde –fundamentalmente– se debatió ardorosamente sobre el futuro de los combustibles fósiles. “Duda existencial”, define, sobre la subsistencia de Pan American Energy Group (PAE), la principal petrolera privada de la Argentina, brotada – metafóricamente– a partir del pozo – también, es metáfora– que perforó su abuelo, Alejandro (padre), cuando fundó Bridas, en 1948. Pero, además, de ese mandato familiar, reconoce que es un must, parte del estilo de gestión que supo forjar este economista recibido en Yale (1995), con un MBA en Columbia (1999). “Una de las cosas que me autoimpongo, y que me ayuda en la transformación, en la evolución en la que está la industria energética, es viajar y conectarse con el mundo. Trato de viajar, al menos, un tercio de mi tiempo”, cuenta sobre el estrado de La Rural, donde recibió el premio al CEO del Año que otorgan apertura, El Cronista Comercial y PWC Argentina. “Eso me permite tomar un poco de distancia del día a día, entender cuáles son las problemáticas de la industria, cuál es el debate que se está dando. Intercambiar opiniones; a veces, encontrar soluciones y, en otras, prever cuáles pueden ser los problemas en el futuro”, amplió.“eso no se puede hacer si uno no lo hace en persona. Es mucho mejor y mucho más rico que leer un mail y, eventualmente, tener una llamada”, redondeó.
Es una personalidad singular la de Bulgheroni. De 51 años, es hijo de Carlos Bulgheroni, quien condujo durante décadas a Bridas en férreo tándem con su hermano Alejandro y la transformaron en el gigante que es hoy: más de 21.000