SEGUNDO PREMIO
como par vial en dirección norte-sur, y en el sentido este-oeste con el trazado de una nueva calle, que dará continuidad a la trama circundante, uniendo las calles Bogotá y Bacacay. Luego del soterramiento, se incorporará una nueva calle en coincidencia con la traza de las vías para tránsito restringido”. Sobre el lado Sur del predio, entre la calle Yerbal y las vías ferroviarias, frente al futuro parque lineal, se ubica el sector residencial y de servicios de mayor altura, con una densidad análoga a la del conjunto existente. “Completando en una acción de infill (o relleno de este tejido), se localiza el equipamiento escolar, en el área de viviendas consolidadas, cerca de la calle Morelos”.
De manera análoga, la nueva calle es una continuación de Bacacay y Bogotá, conformando un eje donde se localiza el tejido mixto, de una altura menor: residencias, equipamiento, producción y servicios. “Esta morfología es la que le otorga identidad al nuevo barrio, consolidando los bordes del parque mediante frentes urbanos perimetrales. Estos frentes del tejido residencial se abren al parque y a diversos espacios verdes, garantizando los mejores niveles de habitabilidad y visuales al paisaje y al entorno”, explican los autores. Los espacios públicos generados por la arquitectura conforman un sistema de escalas múltiples: plazas secas, humedales, paseos peatonales, bulevares, pérgolas, playones deportivos pasivos y activos.
Sobre el proyecto que ganó el segundo premio, se plantearán nuevos usos que se agregarán a los actuales, a concretarse en edificios a catalogar patrimonialmente. “Estos conforman el centro del parque histórico cultural del ferrocarril, de incidencia funcional directa con la preexistencia urbana”. A manera de contrapunto, en el extremo Este del predio (calle Martín de Gainza), se propone un área deportiva con sectores activos y pasivos.
El jurado destacó que, frente a la Cancha de Ferro se dejó un espacio abierto, con la intención de no crear barreras en un programa de uso colectivo. “Las circulaciones vehiculares también son acertadas, ponderándose la traza de la calle que articula las viviendas hacia el norte con vistas al parque. También es interesante hacer lle-
gar el parque hasta el tejido de la calle Yerbal. Todo conforma un código morfológico que aporta al lenguaje de diseño amanzanado de la ciudad. En cuanto al parque lineal, permite enhebrar las piezas pequeñas para completar la propuesta de gran espacio público”.
Tercer Premio
Los arquitectos Bruno, Lorelli, Montorfano, Suárez, Lotopolsky y Squassi proyectaron “un gran parque, central al barrio y la ciudad, propicio para desplegar la suma de diversos usos, funciones y actividades. En Caballito –explican los autores–, el masterplan es la oportunidad de destrabar un largo conflicto con los vecinos e instituciones, transformando las plataformas ferroviarias en parque”.
El proyecto plantea un espacio verde de 12,25 hectáreas, flexible y abierto, que se convertiría en el tercer parque más grande de la ciudad, luego del Avellaneda y el Chacabuco. “Propusimos un parque más grande, que alcanza a la Avenida Avellaneda, de modo de asomarlo a la vialidad y convertirlo en parque metropolitano. Al ser más grande, más desarrollos frentistas resultarán beneficiados, y
para los vecinos y visitantes, será un espacio con mayor calidad ambiental y mejor escala para la actividad al aire libre”. Además del parque, el proyecto se divide en otros tres sectores urbanos: dos conjuntos habitacionales (los barrios Ferrocarril Oeste y Ferroviario) y un área de interconexión y movilidad, entre las calles Rojas y García Lorca. Esta última se proyectó como un vínculo soterrado entre los distintas calles, boulevards y circulaciones. El Barrio Ferrocarril Oeste, proyectado sobre García Lorca y Paysandú, concentra el mayor volumen de viviendas. Rodeadas de espacios abiertos, las casas se ubican sobre la primera fila del parque central, con salida directa hacia las avenidas Rivadavia y Avellaneda. Las fachadas al norte se maximizan para mejorar el balance energético”. Por su parte, el Barrio Ferroviario, entre Paysandú y Donato Alvarez, se propone como área de preservación histórica. “Allí proponemos alentar el arte urbano y el muralismo. En el centro ubicamos la Plaza de la Música, un espacio seco que marca contrapunto con el carácter verde del parque central”. Con respecto al ferrocarril, el equipo ganador del tercer premio plantea que “el proyecto no depende del soterramiento. Con la ejecución de los pasos a nivel, en correspondencia con las calles Biedma y Paysandú, definen la conectividad del conjunto. También permite desmontar el actual puente sobre las vías, en medio del predio. Así se activa la mayor parte del parque”.