Galvanizado para un acero larga vida
Ventajas de aplicar una película de cinc sobre las estructuras metálicas. Datos para considerar en el proyecto y puesta en obra.
El costo inicial de una protección de galvanizado para una estructura es menor que el de pintarla”, asegura Jorge González Arata, director ejecutivo de la Asociación Argentina de Galvanizado por Inmersión en Caliente (AAGIC). Según los especialistas, “en Argentina se pierden entre 7 mil y 10 mil millones de dólares anuales por la corrosión”. En ese sentido, la adecuada protección de las estructuras de hierro y acero puede reducir estas pérdidas de manera significativa.
El INTI ya está trabajando en la realización de ensayos para recopilar información propia de manera de evaluar los estudios internacionales que avalan los beneficios del proceso de galvanizado. “En América del Norte y Brasil, entre otros países, existen normas que establecen el galvanizado de las barras de acero que se emplean en el hormigón, dependiendo de la agresividad del ambiente”, señala González Arata. Con una base de ensayos propia, en Argentina se podría implementar una norma similar de cumplimiento voluntario para luego ir extendiendo la obligatoriedad para las situaciones más críticas, teniendo en cuenta cuestiones económicas para la reposición de piezas. Desde hace una década, Argentina tiene mapas de corrosión que aportan información valiosa para avanzar en ese sentido.
“El acero bien protegido es durable y reciclable”, destaca el especialista. En ciertas estructuras especiales como las torres de telefonía o los guardarrails, el empleo de acero galvanizado es excluyente. Sin embargo, su potencial está mínimamente explotado.
En los últimos años, ha tenido mucho avance en nuestro país el uso de perfiles livianos galvanizados para el steel frame. Para González Arata esa es la punta del iceberg, que se podría extender a múltiples aplicaciones con competitividad económica. La razón principal es su probada larga vida útil sin mantenimiento.
La capa de cinc que se deposita sobre la pieza se corroe rápidamente, aislando al material del medioambiente y defendiendo al hierro. El ratio de corrosión del cinc es entre 10 y 80 veces menor que el del hierro. Y con el metal tiene adherencia metalúrgica (unión por aleación) diez veces superior a la de las pinturas. Aunque la protección galvanizada también se consume, lo hace a un ritmo significativamente más lento. Llegado el caso, la pieza se cambia o se protege con pintura, poniendo el cronómetro otra vez en cero. De ese modo, el cinc se sacrifica para que el acero dure más.
Para diseñar estructuras o revestimientos de acero galvanizado se debe tener en cuenta que las cubas de inmersión tienen un máximo de 13 metros, y que las piezas deben tener orificios por donde el líquido pueda entrar y salir. El proceso se cobra por kilo de estructura, a lo que se debe sumar el transporte desde la planta. En principio, conviene diseñar estructuras con perfiles y chapas delgados; se consiguen « ya protegidos.