Del Pompidou a The Edge
El 5 de enero, a los 93 años, se fue Leonardo Benévolo. ¿Habrá preparado la partida días después de los finales de Historia II y III? Muchos lo recordarán por el sustancioso tomo de Historia de la Arquitectura Moderna o los dos de Historia del Renacimiento que usamos para rendir los finales. Con su mirada humanista nos abrió la cabeza para entender el fenómeno arquitectónico más allá del objeto, imbricado con el contexto social, cultural, político y económico. Por aquellos años, Jorge Gazaneo daba unas fantásticas teóricas de Historia en la todavía denominada FAU-UBA, antes de que aparecieran los diseños. Gazaneo contaba cómo las innovaciones tecnológicas habían impactado fuertemente en la historia de la Arquitectura. Claro, es la época en que irrumpieron versiones tan extremas como de las utopías tecnológicas de los Archigram o más mesuradas del mejor James Stirling, con esos artefactos para limpiar los vidrios, grandes ventilaciones o núcleos de ascensores que forman parte de la estética de sus edificios. De estos años de proto búsqueda “High Tech” es el Pompidou, esa revolucionaria obra de Renzo Piano y Richard Rogers que a fin de mes cumple 40 años. ¿La idea? Una megaestructura de acero donde los entrepisos se podían mover con libertad (esto no sucedió), para darle lugar a la imprevisibilidad del arte y la cultura contemporáneas. Pero, a su vez, con la premisa manierista de forzar la tecnología, exagerarla, sobredimensionar sus caños y conductos de tal manera de convertirlos en la expresión del edificio. Los cuarenta años transcurridos desde el “grito” Pomidou dieron para que la disciplina creciera. Y para que de la declamación tecno pasemos a que la tecnología esté al servicio de la arquitectura. The Edge, el edificio corporativo de Deloitte construido en Amsterdam por PLP Architecture, es hoy el edificio más sustentable del mundo, el más inteligente. Más allá de sus virtudes espaciales, nada exageradas (recuerda un poco a la Fundación Ford de Kevin Roche en Nueva York), sus empleados pueden trabajar en cualquier lugar del edificio, con todas las prestaciones y el confort, sencillamente programando las condiciones a su gusto desde el celular.