Arte imperfecto. La estética de lo inesperado en los ultimos trabajos de la diseñadora Heidi Jalkh.
La diseñadora colombiana con residencia en el país explora los límites de la cerámica para generar piezas imperfectas, con rajaduras, y una colección de joyería contemporánea en gres.
Más que los resultados, a Heidi Jalkh le interesan los procesos. La diseñadora colombiana de 32 años, que vive en Buenos Aires, se obsesionó con la cerámica como material. Pero sobre todo, con las imperfecciones, los formatos asimétricos y las terminaciones inesperadas. Las exploraciones la llevaron a encontrar formas válidas en grietas, rajaduras y defectos.
Heidi ganó, el año pasad, el premio del concurso Open to Art, para exhibir su obra en una galería de cerámica contemporánea de Milán.
Su colección In Between (Entre medio) pone el foco en las desprolijidades, al límite de las posibilidades de la materia. “Las formas en las que trabajo la cerámica no son propias de la cerámica. No soy amiga de las terminaciones precisas, prefiero generar un lenguaje diferente. Me gusta el ruido que genera esa situación incómoda”, dice la diseñadora industrial de la Universidad de Palermo.
La serie está compuesta por piezas que combinan cerámica y cristal. Después de dos años de insistencia y persecuciones, Heidi logró el visto bueno de la cristalería San Carlos, de Rosario, una de las más tradicionales del país. “Hicimos verificaciones, vimos que se rompía, pero que era posible”, dice sobre el choque térmico y la diferencia de temperatura que surge entre el cristal y la cerámica. Dos materiales casi incompatibles.
“El proyecto documenta la idea de mezclar los materiales. Valorar lo que que queda entre medio. Las rajaduras, sobre todo”, señala Jalkh, quien combinó saberes ancestrales de artesanos y ceramistas expertos. “Con un químico ceramista probamos una pasta de racú y la técnica de fuego directo (la que se utiliza para fabricar las vasijas). También otro componentes más resistentes”, enumera.
Jalkh documenta la idea de mezclar los materiales en forma artesanal y rescata lo que que queda entre medio. Las rajaduras, sobre todo.
Las pruebas y desafíos, el verificar a partir del hacer, la experiencia como motor y la dinámica de trabajo con cerámica derivó en otro proyecto: Wholly, una línea de joyería contemporánea realizada junto a Iskin Sisters. “Wholly explora una relación estética entre un acabado de cerámica cruda contra un fino cordón entretejido que emerge de las audaces superficies, creando un objeto simbólico contemporáneo que exhibe una precisión grácil y una fuerza singular”, define Heidi.
La sinergia entre las diseñadoras, las figuras geométricas como puntos de encuentro y la innovación como meta, resultaron en una colección de talismanes contemporáneos. “Sabíamos de su investigación sobre la cerámica y nos pareció interesante incorporarla a la joyería, en un proceso espontáneo y colaborativo”, señala Karina Iskin, cuyas piezas se exponen y venden en el MOMA de Nueva York, el Reina Sofía de Madrid y el Museo de Arte Decorativo de París.
Del primer trabajo práctico para la facultad, donde realizó un salero y pimentero, a la exploración. “Encontré un material apto para generar morfologías complejas, que no requiere tanta inversión para llevarlo a cabo. Industrial y artesanal a la vez. Posible”, concluye Jalkh.