EL HOTEL, LA CLAVE DEL CONJUNTO
El complejo Casa de Uco comprende un hotel, un viñedo, una bodega y las “villas”, virtuales habitaciones escapadas del hotel. En la zona aledaña al lugar que ocupa el hotel, los proyectistas pensaron en retrotraer las características del entorno a las originales. Enfatizando la aridez, se consolidó un lecho de piedras donde se asienta el gran edificio hotelero, el cual se asoma al conjunto de lagunas, de casi 400 metros de extensión, para reproducir los contrastes habituales en este ámbito de fuertes diferencias y amplitudes de todo tipo. “Al no existir ningún elemento natural de escala notable en la zona, que funcionara como sostén o anclaje del hotel, se optó por crear una losa masiva debajo de la que se desarrolla la construcción”, afirma su proyectista, Alberto Tonconogy. En contraposición a esa pieza pétrea que es la cubierta, el edificio se resolvió con materiales livianos.
En su afán por tomarse al suelo, la construcción va extendiendo elementos como rampas, piscina “flotante”, forestación y senderos que a modo de brazos se arraigan al entorno. Cada fachada mira plenamente a un punto cardinal. El tratamiento
vidriado hacia el Valle de Uco, orientación Sur. Hacia la cordillera, Oeste, se usó una batería de parasoles. Hacia el Norte, orientación que tiene un asoleamiento duro, la fachada se cierra, habilitando solo las aberturas estrictamente necesarias.