Lo último de Álvaro Siza.
En su proyecto más reciente, el portugués Álvaro Siza Vieira vuelve a emocionar con una arquitectura que echa mano a la economía de recursos para maximizar su expresividad.
El detalle del proyecto de la iglesia Saint Jacques de La Lande, en Francia.
La pequeña iglesia de Saint Jacques de la Lande, proyectada por Álvaro Siza Vieira en Rennes (Francia), se despoja de los motivos litúrgicos tradicionales. A primera vista, la única referencia a su carácter de edificio religioso es el campanario exento. No hay vitrales, torres ni cruces u otro símbolo ni elemento arquitectónico que aporte señales de lo que ocurre detrás de las paredes blancas.
Al igual que en la iglesia de Santa María (en Marco de Canaveses, Portugal), Siza replantea una configuración tripartita de la fachada de acceso y esboza un orden simétrico que luego se esmera en relativizar. Al mismo tiempo, despliega con maestría recursos expresivos para generar un espacio adecuado para la espiritualidad. El manejo de la luz difusa proyectada sobre las paredes blancas en el interior proporciona un espacio ceremonial único.
La iglesia se inserta como un volumen autónomo que se adapta al predio y a las dimensiones de los edificios y espacios cercanos existentes, en particular al tamaño del bloque de departamentos.
El edificio se implanta sobre una plataforma, rodeado de conjuntos residenciales de hasta cinco pisos, de los cuales toma su altura. La principal preocupación de Siza fue integrar la iglesia en el tejido urbano, ocupando la menor superficie posible para destacar la plaza como espacio público. A su vez, la planta baja se destina a las áreas sociales y administrativas, vinculadas visualmente a la plaza, mientras que la capilla se ubica en el primer piso.
En ese sentido, resulta muy interesante el planteo de Siza al reinterpretar la huella arquitectónica y cultural que han dejado dos siglos de historia en la ciudad y plasmarla en hormigón blanco. Las sombras que se recortan producto de la plasticidad volumétrica se emparientan con otra de las obras recientes del portugués,
el Museo de Arte Contemporáneo Nadir Afonso (Chaves, Portugal).
En Rennes, el programa se distribuye en dos niveles al superponer un cilindro con un diámetro exterior de 14,75 metros en un plano cuadrado de 16 metros de lado con una altura total de 12 metros. El centro parroquial y la iglesia están en la planta baja y primer piso respectivamente, con un sótano más pequeño para las áreas técnicas y de almacenamiento.
Una de las características del edificio es la planta circular de la capilla, que puede albergar unas 120 personas. Dos volúmenes rectangulares se desprenden de este espacio central, recorriendo toda la altura del edificio. Ambos cuerpos enmarcan el atrio de entrada y esbozan una composición simétrica para lo que sería la fachada principal de la iglesia. La circulación entre las dos plantas se resuelve a través de un ascensor y dos escaleras contenidas en sendos volúmenes.
En la fachada opuesta (al Este), otros dos salientes cuadrangulares se adosan al círculo central, junto con un medio cilindro en voladizo que emerge desde el piso superior.
Ese ábside contiene una imagen de la Virgen y el tabernáculo. Y no se corresponde con un remate axial ni responde al recorrido perimetral típico de la planta de las iglesias procesionales. Tampoco a una capilla posterior al altar, ya que en este caso, el eje que se extiende desde la escalera de acceso hacia el crucifijo, define la posición del altar rotado 45 grados.
Al marcar una diagonal en ese ámbito circular, produce un efecto dinámico en el recorrido que se manifiesta en una fuga espacial manierista. A su vez, la configuración de un espacio principal con pequeñas capillas que abren escenarios por detrás sugiere un guiño a la arquitectura religiosa barroca. Estas capillas laterales contienen la fuente bautismal (lado Sur) y un crucifijo (lado Norte). En tanto, una plataforma elevada se extiende para conformar la base del altar y el púlpito.
El recinto de la iglesia se ilumina desde arriba con luz natural indirecta que se refleja sobre las paredes cilíndricas. Mediante pequeños calados en los muros se iluminan la imagen de la Virgen y la fuente bautismal mientras una raja orientada al Oeste destaca el crucifijo. Un cielo raso cuadrado está suspendido sobre el espacio cilíndrico de la iglesia para controlar la luz que entra por el triforio, y además soporta los equipos de iluminación y ventilación.
Por último, la sacristía tiene acceso restringido y está ubicada en el piso superior del volumen que contiene el ascensor.