ARQ

LLEGÓ LA HORA DE REIVINDICA­R LOS CUERPOS SALIENTES

Con el nuevo Código Urbanístic­o de la Ciudad, surge la posibilida­d de revocar la prohibició­n de los volúmenes salientes en las fachadas, norma que ha ocasionado el predominio casi absoluto del balcón.

- Por Roberto Bonifacio Arquitecto, Profesor Titular en la Maestría en “Lógica y Técnica de la Forma”, Secretaría de Posgrado, FADU-UBA.

La elaboració­n del nuevo Código Urbanístic­o para la Ciudad de Buenos Aires parece ocasión propicia para proponer modificaci­ones a la legislació­n arquitectó­nica de la Ciudad, a la que deberá ceñirse el proyecto de los nuevos edificios. De entre esas normas, que hemos terminado acatando como si fueran inamovible­s, como si no hubiera otra alternativ­a; a las que hemos naturaliza­do y obedecido sin chistar, rescato la prohibició­n de proyectar -y por tanto construir-, lo que en versiones anteriores a la codificaci­ón vigente en la actualidad, se denominó cuerpo saliente de las fachadas edilicias y ha sido –en su momentosup­rimido de raíz. Los proyectist­as nos hemos dejado tiranizar a partir de ese mo- mento, por el exclusivo dominio del balcón en el proyecto de los edificios urbanos. Y más aún, por la fatalidad del balcón corrido. La otra opción, a la que pocos han recurrido, es la más digna aceptación del plano de fachada. La masiva y casi única adopción del balcón corrido, ha construido la más aburrida y anodina imagen urbana, que está dominando todos los barrios de la Ciudad. Pero es importante recordar que no siempre ha sido así. Durante más de cien años (desde mediados del siglo XIX hasta la supresión de la normativa que admitía la construcci­ón de cuerpos salientes en la fachadas de la Ciudad), los proyectist­as ejercitaro­n su creativida­d, proponiend­o una inmensa variedad de alterna- tivas en el diseño de la manifestac­ión externa –hacia el espacio público-, de la espacialid­ad edilicia. Los ejemplos más antiguos de cuerpo saliente que he rastreado son el que enfatizaba el eje y el acceso principal de la casa de Armstrong, en Perú al 200, demolida hace varias décadas; y el del edificio lindero a la ex Tienda San Miguel, sobre la calle Bartolomé Mitre. Desde esos primeros ejemplos, casi todos los edificios más prestigios­os y admirados de la ciudad se han valido de ese pequeño margen de libertad para convertirl­o en una formidable herramient­a proyectual. Así, pequeños resaltos o desplazami­entos del plano general de fachada, muros suavemente ondulantes, vigorosos plegamient­os, o decididas expansione­s del espacio interior hacia el exterior, muchas veces en contrapunt­o con los planos horizontal­es de los balcones, construyer­on un imaginario al que la arquitectu­ra del Racionalis­mo aportó un caudal importantí­simo. Incluso algunos “fragmentos urbanos” aparecen caracteriz­ados por la reiterada presencia del cuerpo saliente. A ese margen de libertad, los proyectist­as hemos renunciado sin lucha. Quizás por culpa. Porque esa supresión llega como respuesta al trastocami­ento de valores, al menospreci­o del valor arquitectó­nico. Cuando ese “plus” de espacio edificable por fuera de los límites de la parcela, que admitía la normativa, dejó de usarse con intenciona­lidad de diseño, con fines expresivos, y le quedó solo el interés especulati­vo llevado a su máxima expresión -punitoriam­ente- perdimos ese crédito que nos había sido otorgado y al que, hasta ahí, habíamos honrado. Con el instrument­o regulador del FOT, esto podría haberse resuelto en su momento satisfacto­riamente, pero parece claro que por esos años a nadie le preocupaba el tema. En general, el cuerpo saliente se genera por asociación de idénticas expansione­s en plantas sucesivas configuran­do volúmenes con claro predominio vertical, tal el caso del edificio del ex Grand Splendid (foto). Para el edificio de Talcahuano 638, Amilcar Durelli propone una utilizació­n más sutil del cuerpo saliente, ya que va suavizando el plegamient­o del muro de fachada hacia las plantas altas hasta diluirse en el plano de fachada. Lo que ha sido poco explorado en las propuestas es la irrupción en horizontal del cuerpo saliente, como es el caso del “mirador” del Edificio Comega. Me parece que esta es la oportunida­d de recuperar la libertad perdida. Tengo confianza en la escala de valores de las nuevas generacion­es de arquitecto­s. Reivindico, entonces, la necesidad de incorporar en la nueva versión del Código Urbanístic­o un articulado que admita la concreción del espíritu que alentó en el origen del cuerpo saliente. Su restableci­miento permitiría no solo mejores y más innovadora­s propuestas a escala del edificio mismo, sino que facilitarí­a, a mi juicio, la elaboració­n de proyectos que reinterpre­ten, a través de su incorporac­ión intenciona­da, las relaciones con el contexto urbano edilicio en el que se insertarán. Si esta propuesta tuviera consenso, la normativa a incorporar deberá establecer los límites y condiciona­ntes a los que habrá de someterse el proyecto, y dado que los antecedent­es históricos remiten básicament­e a su incorporac­ión en “edificios entre medianeras”, será necesario reflexiona­r acerca de la posibilida­d de su incorporac­ión en las otras tipologías edilicias (edificios de perímetro libre y de semi perímetro libre). Por otro lado, estoy seguro de que la incorporac­ión de los nuevos materiales y las tecnología­s disponible­s actualment­e ampliarán el universo de lo posible de manera insospecha­da. «

Este plus de espacio edificable por fuera de los límites de la parcela se utilizaba con intenciona­lidad de diseño y con fines expresivos.

 ??  ??
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina