SENSIBILIDAD FRENTE AL CONTEXTO
Ana Varela ( 21 años) cuenta que se acercó a la profesión “sin preconceptos” y de manera intuitiva; y que se interesa por el trabajo colaborativo. “Mi contacto más cercano siempre fue el lápiz y el papel y posteriormente el poder viajar y conocer, así que siempre sentí que tenía que encauzar mis ideas hacia algo, y la arquitectura me dio esa posibilidad”, comparte. Le gusta tomar los requirimientos de programa o del entorno, no como limitaciones sino como recursos que potencian y enriquecen el proceso proyectual. “Me interesa mucho la manera de trabajar y proyectar de arquitectos como Tschumi, o Lacaton y Vassal. Ellos utilizan la arquitectura preexistente y trabajan dentro de su contexto, con sensibilidad y entendimiento. Plantean soluciones sencillas que revitalizan un sector o que le dan una resignificación, saben como emplear la estructura de manera inteligente y sacar provecho de la misma, y logran una buena relación entre el espacio intersticial y la envolvente”, define. Nicolás Juarros ( 21 años) comenta que la arquitectura es una carrera fascinante que cumple con sus dos intereses: la creatividad y el diseño. Se inspira con Renzo Piano, por su forma de concebir el espacio y la morfología de sus edificios, y con Marcio Kogan, del que la simpleza volumétrica. A futuro, Nicolás aspira a sumarse a un estudio y seguir capacitándose.