EFICIENCIA ENERGÉTICA EN UN EDIFICIO DE USOS MIXTOS
Pehuén II. En la capital neuquina, un obra cuyo objetivo fue lograr el mayor ahorro posible en mano de obra y materiales.
En la ciudad de Neuquén la construcción de vivienda multifamiliar crece a ritmo acelerado por la gran demanda. El hecho de que la inmensa mayoría de los edificios se erige con sistemas constructivos tradicionales trae aparejado un alto consumo energético durante la obra y su posterior uso. En este contexto, el estudio Betonhaus desarrolló Pehuén II, un edificio de 14 pisos, con unidades de dos, tres y cuatro ambientes; oficinas, locales comerciales, cocheras y bauleras, más un sum con vistas panorámicas ubicado en el último piso.
Como premisa fundamental, se pensó en volver a tener más metros cuadrados para el usuario y así dar la posibilidad de brindar exclusividad a algunos ambientes, como la cocina separada. El frente del edificio, orientado al Norte, cuenta con balcones continuos semicubiertos en las plantas tipo y con balcones-terraza en los pisos superiores. “El Oeste está totalmente negado -señalan los autores-, ya que en la Patagonia dicha orientación es especialmente perniciosa por las largas exposiciones solares en verano y los fuertes vientos que caracterizan la zona”.
Dado el terreno donde se emplaza la obra, su contrafrente no queda confinado a un claustro o patio cerrado. En dirección Este hay un club que no tiene ninguna edificación en altura y eso permite visuales profundas al Valle del Río Negro. A su vez, los departamentos que miran al Sur aprovechan las vistas panorámicas al Río Limay.
Construcción
Según explican los autores, “la selección de materiales fue parte esencial a la hora de desarrollar el proyecto. Desde el comienzo tuvimos en cuenta el sistema estructural y los cerramientos exteriores. La idea fue reducir el impacto ambiental con materiales que desde su fabricación son más amigables con el medio ambiente, por lo que optamos por el sistema estructural de losas alivianadas sin vigas Prenova, que permite dejar a la vista el cielo raso de hormigón y ofrece gran flexibilidad, además de un fuerte ahorro económico producto de una menor utilización de hierro y hormigón.
Por su parte, el cerramiento de mampostería se realizará con ladrillos de hormigón celular curado en autoclave, de gran aislación térmica, acústica e ignífuga. “Su gran estabilidad dimensional y poco peso permite una rápida construcción -explican los proyectistasya que se adhieren con pegamento de 3 mm de espesor y con apenas 8 piezas por m2. La característica de este ladrillo también facilita la colocación de las instalaciones. Otra ventaja es que, con menores espesores en las paredes, se puede lograr máxima aislación térmica y acústica. Ese ahorro se traduce en más m2 útiles”.
El solado a colocar será un piso de hormigón que se conforma con un mortero cementicio de alta resistencia, gran flexibilidad y capacidad hidrófuga. Muy superior en prestaciones y durabilidad que un micropiso cementicio o porcellanato líquido. Se aplicará directamente sobre la losa, ahorrando de ese modo el contrapiso y la carpeta.
El cielo raso será de hormigón visto en todos los ambientes, a excepción de pasillos y baños, donde será de placas de yeso desmontable, para facilitar el ingreso eventual para el mantenimiento de instalaciones. El revestimiento y terminación de los muros interiores se hará con la técnica de “revoque seco”, el cual se adhiere a las paredes mediante pegamento y placas de yeso. Esto garantiza una excelente terminación y una gran velocidad de ejecución. «