El diseñador Nicolas Garet le contó a ARQ cómo y por qué reeditó la icónica silla Acapulco.
Una firma francesa inventó una serie de muebles a partir de la popular Silla Acapulco. Cómo se convirtió en un clisé de eventos internacionales.
La silla Acapulco no sólo es un ícono, sino que a su vez esconde una interesante historia arraigada en la cultura mexicana. Hoy objeto de culto modernista, en realidad nació en los años 50 como una evolución casi natural del esterillado de las hamacas que colgaban de los cocoteros en las costas mexicanas del pacífico.
El autor de su diseño, tan simple y ergonómico como escultórico, ha quedado en el anonimato. Hoy, la silla se sigue produciendo en México, Canadá, Estados Unidos, España y Francia donde se ha desarrollado una línea completa de mobiliario a partir de “La Acapulco”.
En su visita a nuestro país, Nicolas Garet, fundador de BOQA, la firma que reinterpretó la pieza original mexicana, participó de una mesa redonda en el marco de “Le French Design: Un Art de Vivre” que se llevó a cabo en el Museo de Arte Decorativo. El emprendedor también dio una conferencia en la FADU, UBA.
En entrevista con ARQ, Garet relató cómo y por qué decidieron reeditar este clásico del mobiliario mexicano en Francia y cómo lograron hacer de ella una familia de muebles que vuelven a ser célebres en eventos internacionales como Roland Garros o el Festival de Cannes.
-¿Por qué la silla Acapulco fue su punto de partida?
-Con mi socio Julien Adam vivimos unos años en México, allí descubrimos la riqueza cultural de ese país y la historia de cómo la silla Acapulco se convirtió en un ícono absoluto en los años 50 en los hoteles de la bahía que visitaban las estrellas de Hollywood. Pero, más allá de ese pasado glamoroso, la silla es un objeto de diseño único y fascinante tanto por su estructura a la vista como por su simplicidad constructiva. Es casi un concepto. El trenzado de tirantes tan característico de esta silla, se cree que fue una adaptación que fueron tomando las tradicionales hamacas colgantes mexicanas. Así nos interesamos en estudiar su historia, las técnicas que hoy en día siguen utilizando para fabricar la versión original de esta maravillosa silla y pensamos en reeditarla y crear toda una familia de mobiliario alrededor de su esencia constructiva.
- Hoy cuentan con 5 versiones de la silla Acapulco ¿Cuáles fueron los principales cambios que hicieron al diseño original?
- Nos ajustamos mucho al espíritu del diseño original que era más bien una tumbona, pero cambiamos la estructura de las patas de hierro. Por un lado, eliminamos los travesaños intermedios, creando una estructura de apoyo en forma de cinta continua de base triangular. Este cambio permite utilizar la silla en el pasto sin que se clave en la tierra. A su vez, la estructura de hierro es desarmable, algo que no ocurría en la original. También estudiamos los materiales, el hierro lleva un tipo de pintura artesanal especial y un tratamiento antioxidante. El material para el encordado también lo modificamos y lo fabrican especialmente para esta silla en 25 colores distintos. Es cable de PVC, con tratamiento especial contra los rayos UV y alta resistencia a la memoria de forma. Otro cambio importante en nuestra versión reeditada fue el ángulo del respaldo haciéndolo más recto. Y también la forma que es más angosta aunque el sistema de tren-
zado y la estructura de hierro sigue la misma que la tumbona original, la cual también fabricamos con pequeños ajustes de diseño.
-¿Ese trenzado sigue siendo artesanal?
-Si claro, el proceso de toda la línea es artesanal. En nuestro estudio y taller de Burdeos se realiza el diseño, matrizado, corte, doblado y el trenzado. El material en general es en cable de PVC pero también hemos utilizado cuero, juncos y otros materiales. Este proceso se realiza en 48 hs. con lo cual logramos tener un stock permanente en casi todos los modelos y gamas de colores. La pintura y soldadura de la estructura también se realiza artesanalmente en Gironda.
-¿Siguen trabajando sobre la familia de la Acapulco?
-En este momento estamos ampliando o trabajando sobre mejoras para las familias ya existentes. Por ejemplo el escritorio Montevideo: el proyecto es sumar una mampara divisoria esterillada, pero que también brinde privacidad, una especialidad propia. Porque el concepto mismo de esta silla en sus orígenes fue la privacidad, en soledad o compartida, y eso nos parece muy importante preservarlo. Hoy la familia francesa de mobiliario Acapulco suma más de 42 modelos, con versiones en silla, tumbona, mecedora, banquetas, sofá, mesas bajas, mesa de arrime, Racks de TV, taburetes, escritorios, lámparas, estanterías y reposera. Anualmente BOQA fabrica entre 5.000 y 6.000 unidades.
-¿Cómo trabajan con distintos diseñadores?
-Algunos de nuestros muebles fueron diseñados por el colectivo BOQA, otros por mi mismo o mi socio y otros son encargados a reconocidos diseñadores y artistas. Un ejemplo es la consola Montevideo, diseñada por Philippe Gonnet o el taburete Tulco de Octave Brand, la mesa portátil Marius de Célestin Forestier, la mesa Veracruz y la Tico de Françóis Bazenant (Francia), la lámpara Wixit de Emily Gunning (Inglaterra), o la silla Tulum creada por el colectivo La silla de Acapulco (México). Un caso muy lindo también es el de la estantería Sonix, que la diseñó nuestro herrero, para ubicar su colección de vinilos. Actualmente el diseño es parte de la colección, con la única adaptación: los estantes que eran originalmente de 60 centímetros por los vinilos, hoy tienen 40 de profundidad.
-¿Qué En qué proyectos están trabajando?
-Muchas veces colaboramos con objetos de gran envergadura o instalaciones de artistas como el colectivo Paints of Plastic que nos encomendó una lámpara en que debíamos utilizar 900 metros de cable de descarte, ya que era un objeto ecológico a gran escala. Fue un desafío muy interesante porque debimos fundir cada tramo suelto que teníamos en un gran cordel de casi 1 kilómetro.«