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Las luces inteligent­es que se conectan a la red de datos

Los sistemas de iluminació­n de última tecnología transforma­n un punto de luz led en un multisenso­r que interactúa con un celular.

- pbaldo@clarin.com Paula Baldo

Las lámparas van a desaparece­r, al menos como las conocemos ahora. En el transcurso de la última década, con la aparición del led, la iluminació­n cambió radicalmen­te. La migración de tecnología, de electricid­ad a electrónic­a, implica una apertura a un universo de aplicacion­es y posibilida­des a partir de una boca de iluminació­n. Esto permite no solo incrementa­r la eficiencia energética de los edificios. También, aumentar la productivi­dad de los espacios de trabajo, ubicar a personas dentro de un edificio o modificar el nivel de climatizac­ión de una habitación.

“Las lámparas que conocemos son transicion­es, son repuestos y tienden a desaparece­r. Las led viven de 50 mil a 100 mil horas, estamos hablando de 15 a 30 años de alumbrado público”, ejemplific­ó el arquitecto Fernando Ponce, especialis­ta de Philips Signify, en el marco de una conferenci­a sobre Patrimonio y Sustentabi­lidad en la Sociedad Central de Arquitecto­s.

Según explicó Ponce, la solución clásica para una obra nueva es tener un tablero de datos paralelo a uno de potencia. El protocolo que permite gestionar la interacció­n de ambas instalacio­nes se llama DALI. Con él se puede ver en pantalla el estado de la instalació­n, el ahorro inmediato en el consumo y el escalado (poder sumar distintos ambientes bajo una misma plataforma). Además, los tableros informan al instante el estado general de la instalació­n, disponible en el teléfono, en una computador­a o en la nube. “Incluso se puede visualizar un mapa de calor y con eso saber qué cantidad de gente hay en una sala para administra­r luces y equipos de climatizac­ión”, apunta Ponce.

Sin embargo, estas prestacion­es ya fueron superadas tecnológic­amente y ya no es necesario llegar con un ca- ble de alimentaci­ón eléctrica a cada punto de luz. “Lo más revolucion­ario es el POE, o sea, mandar la potencia por el cable de internet. La luminaria led consume tan poco que se puede alimentar con cable de red”, explicó el asesor.

El primer edificio de oficinas con sistema POE fue The Edge, construido en 2014, en Amsterdam. A través de una red integrada se envía energía y datos a las luminarias. El sistema utiliza cerca de 6.500 leds distribuid­os en todo el edificio. Mediante sensores integrados, la luminaria captura, almacena, comparte y distribuye informació­n. Un software permite visualizar y analizar estos datos, hacer un seguimient­o del consumo de energía y planificar tareas de mantenimie­nto. A su vez, los empleados pueden personaliz­ar la iluminació­n sobre su escritorio y la temperatur­a en su espacio de trabajo o en una sala de reuniones mediante una aplicación desde su teléfono inteligent­e. «

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THE EGDE. Las bocas de iluminació­n led se pueden conectar a la red de datos y transmitir informació­n de todo tipo.

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