Estrategia de unificación para dos plazas ocultas de Barracas
Mediante solados, juegos, equipamiento y vegetación, se creó una nueva configuración urbana que emparenta a las plazas Unamuno y Magaldi que conviven invisibilizadas por el tejido urbano.
Dos plazoletas perdidas en la trama intrincada de Barracas, Unamuno y Magaldi, tienen una nueva fisonomía. Ambas están virtualmente escondidas: la traza poco ortodoxa del tejido perimetral prácticamente las invisibiliza. Esta situación especial de irregularidad de la clásica trama de Buenos Aires (proyecto de Fermín Bereterbide), genera un clima íntimo, como de patio interior.
Las plazas están incomunicadas, por lo que el proyecto se ocupa de homogeneizar sus solados, juegos, equipamiento y vegetación. Dos pérgolas en Unamuno y una en Magaldi, se disponen enfatizando la especial situación espacial, funcionando también como señal a escala urbana: las pérgolas indican que en esos interiores de manzana hay un espacio público. Las pérgolas indican, además, la zona seca de la plaza, donde se ubican mesas de ping pong, ajedrez, espacios de descanso.
El proyecto original, primer premio de un concurso de anteproyectos en el año 2008, contemplaba también la nivelación de calles y veredas, generando lo que comúnmente se menciona como “calles de convivencia”, logrando de esta manera extender el espacio de la plaza hasta las fachadas de las casas. Por cuestiones presupuestarias, a la hora de encarar la construcción, en 2013, ésta y otras operaciones menores debieron resignarse.«