Viviendas conectadas por el corazón de manzana
La articulación entre los bloques de viviendas permite mayor fluidez visual, espacial y de uso. A la vez, crea una nueva fachada hacia el interior del conjunto.
El plan maestro propuesto por el Gobierno de la Ciudad y expresado en las bases del concurso ofició como marco de actuación para el conjunto de los cinco concursos. El hecho de plantear un plan maestro en etapas expresa un criterio dirigido a investigar el tema vivienda y su relación con la ciudad que tiene como primer destino el alojar a los atletas para los Juegos Olímpicos y ofrecer distintas variantes.
Cumplido el destino de alojar a los atletas, las viviendas serán utilizadas como parte de un proyecto más general que ofrece facilidades a distintos grupos familiares. Este nuevo componente constituirá una nueva variable para el proyecto. A su vez, el resultado del primer concurso ofrece un conjunto de pautas que pensamos, debieran ser retomados para construir “los criterios básicos” del proyecto del plan maestro.
Así, de las virtudes del proyecto elegido podemos destacar que es compacto y que recompone la línea municipal y crea un patio único que se articula con el corazón de manzana. También es interesante el tratamiento ajustado y austero en relación a las tipologías de viviendas elegidas y una expresión clara en la forma final de los proyectos que colaborarán en la construcción del espacio público.
La adecuada articulación entre los bloques de viviendas propuestos y el espacio del corazón de manzana permiten una fluidez visual, espacial y de uso, creando hacia el interior una nueva fachada a través de la placa, de actividades comunes que, como un filtro, genera además transiciones entre los espacios públicos y privados.
Por otro lado, destacamos un tratamiento adecuado al tema “medianeras” conformando a través del programa social (común) una solución arquitectónica (el enchape de las mismas) constituye un modelo de validez más general (es decir aplicable a otras situaciones análogas).
En ese sentido, sin perjuicio de los ajustes respectivos y de otras virtudes del proyecto elegido, nuestra propuesta tiene como eje teórico pensar las escalas arquitectónicas y urbanas como un mismo problema. Generan una arquitectura que, siguiendo los lineamientos del primer proyecto, pueda crear nuevas pautas para los concursos posteriores.
Entendemos al proyecto como una propuesta que resume las dos condiciones programadas que se darán en el tiempo (el alojamiento para los atletas de la Villa Olímpica y la reconversión en el uso posterior) de todo el conjunto para que pueda alojar diferentes usuarios y diversas conformaciones de grupos familiares.
Desde esta concepción deben interpretarse las diferentes tipologías propuestas.
La idea de una “pequeña casa en altura” es la vivienda que estructura gran parte del nuevo tejido de la manzana: el departamento convencional se transforma en una casa cuando se le adosa un patio de 3x3 que automáticamente se convierte en un nuevo espacio de usos diversos a la vez que oficia de mirador y que, en gran parte, constituye la fachada pública.
Las viviendas se agrupan consolidando la estructura de la manzana, subrayando la línea municipal y dejando en las ochavas la réplica del patio individual como una plazoleta de uso común.
Tal como señalamos, en las virtudes del primer trabajo se propone “enchapar“las medianeras con viviendas de manera de conformar una fachada continua hacia el interior del patio del conjunto.
La misma propuesta se extiende a lo largo de la fachada urbana generando una planta transparente y un patio verde “alargado“que se articula con el corazón de manzana a través de las plantas libres de las viviendas “internas”.
De esta forma, la estructura de la manzana se articula adecuadamente en las tipologías de viviendas propuestas generando la gradualidad necesaria que une lo público y lo privado a través de la propuesta arquitectónica y urbana. «