Polo Dot.
Con proyectos de Machado-silvetti, Dujoven-hirsch, Pfeifer-zurdo y Diéguez-fridman, avanza el megaproyecto de Irsa compuesto por cinco edificios vinculados con espacios verdes.
Los avances del parque de oficinas vinculados por espacios verdes que llegan a Saavedra.
El Dot Baires ya no estará solo. Ese faro urbano que se recuesta sobre el borde norte de la CABA pronto será una de las piezas que conformarán un gran office park al que la desarrolladora IRSA bautizó como Polo Dot. El mega proyecto de 193.000 m2 será un multi espacio de usos mixtos conformado por cinco edificios de oficinas que estarán vinculados a través de accesos y espacios de uso común con fuerte tratamiento paisajístico. El primer eslabón de ese emprendimiento, el Edificio Zetta, ya exhibe su nueva y contundente impronta: un volumen macizo de vidrio y hormigón con un epopéyico remate en forma de prisma acristalado que “flota” como una nube y replica las amplias vistas del entorno.
“Con el desarrollo de Polo Dot -explica Ezquiel Baremboin, gerente de arquitectura de IRSA- se nos planteó un desafío único, por la escala de la intervención, por su localización en un predio con una fuerte impronta histórica pero en desuso desde hace tiempo, por la complejidad y novedad del programa de “office park” y por la necesidad de dar coherencia a un conjunto que se debe complementar con el shopping”.
El Polo Dot está organizado sobre un gran parque verde, con una topografía particular que define diferentes sectores de estar, galerías y senderos peatonales que conectan los edificios. Por debajo del plano de la plaza se ubican dos niveles de estacionamiento. Además, el proyecto implica la reestructuración del tejido vial con la apertura de un bulevar hacia la calle Vedia (ya finalizado), donde se propone el acceso peatonal y vehicular al complejo.
Edificio Zetta
El desarrollo del “office park” comenzó con la puesta en valor y el agregado de cuatro pisos al edificio existente de la ex Fábrica Philips, cuya primera etapa surgió del trabajo en conjunto
entre la desarrolladora y el estudio Machado Silvetti a partir de un concurso de anteproyectos.
En el predio, lugar de producción y escuela de Philips, se desarrollaban tres edificios: dos galpones y la fábrica en sí, cuya estructura se componía de seis plantas libres de 3.400 m2 (115 por 30 m) y 4,40 m de altura libre, un carácter típicamente industrial perfectamente adaptable a la tipología de oficinas corporativas.
“Con la intervención en sus cuatro módulos estructurales centrales -explica Baremboin-, en planta baja, primero y segundo piso, se generó un gran hall de entrada que remata en el lobby de recepción y por detrás de este, en un patio interior”. Hacia el sur del hall una recova bordea la plaza.
Las circulaciones verticales y servicios se resuelven con la adición de dos núcleos exteriores al edificio existente. En el nivel siete, el techo original, se desarrolla una terraza donde se apoya el nuevo volumen espejado y reflejante, puro y abstracto, que se comporta como un ícono horizontal, visible a gran distancia desde la Avenida General Paz y el Acceso Norte. “Representante de la contemporaneidad del Polo Dot, tiene el poder de ‘poner en el mapa’ a todo el predio y de enfatizar su presencia”, señala Baremboin.
Por su parte, Juan Manuel De Notta -director de proyectos de CRIBA, la constructora a cargo-, señala que “el ajustado plazo de obra fue un desafío que forzó el trabajo en varios frentes abiertos en simultáneo. Entre ellos, el recalce de las bases originales, el encamisado de las columnas desde planta baja hasta el sexto piso y el refuerzo de vigas, además de tareas de excavación y demolición que se realizaron en paralelo”.
Además se debieron ejecutar losas nuevas a partir del piso 7 hasta la losa sobre el 11, con sus correspondientes vigas postesadas que comprendían varios sectores de dobles y triples alturas. “Fue un trabajo de fuerte coordinación con la dirección de obra y el comitente, para lo cual CRIBA contó con un importante equipo de jefatura de obra”, puntualiza De Notta.
Amplio recorrido
A la vuelta de esta entrada principal, sobre la calle Vedia y en paralelo a la Avenida General Paz, un espacio en el que actualmente funcionan oficinas administrativas albergará un gran edificio de perímetro libre (de 27 de pisos y dos niveles de cocheras). La torre Vedia, proyectado por el estudio Dujovne-hirsch, conformará una suerte de L junto a otra edificación apaisada con amplias terrazas verdes, producto de la remodelación del edificio existente.
Con una propuesta que contrasta con las grandes torres, el edificio Giga proyectado por Diéguez-fridman
(ver página 19) asoma en el extremo opuesto como un bloque de menor estatura (planta baja, ocho pisos y dos niveles de cocheras), cerrando la perspectiva de conjunto desde la plaza e incorporando al interior el verde circundante a través de un patio. El edificio se conforma a partir de volúmenes con geometrías crudas que cambian de tamaño, se abren y cierran según las alturas, formando terrazas exteriores y un atrio de acceso semi cubierto.
Se plantea una secuencia de llegada a partir de un puente que atraviesa el vacío central y recorre todos los niveles hasta arribar a un hall. Este es un espacio con doble transparencia abierto a la plaza y a la calle Posta.
La tipología edilicia del núcleo excéntrico permite tener plantas muy flexibles que permiten diferentes configuraciones y sanitarios y que el hall de ascensores también obtengan iluminación natural y amplias vistas. El núcleo de ascensores y sanitarios se ubica en la fachada de Arias.
Por su parte, las plantas superiores varían su geometría con movimientos diagonales que fragmentan la fachada principal hacia la plaza. “Estos quiebres permiten el desarrollo de terrazas exteriores con vistas abiertas a las que se accede desde las distintas plantas”, puntualiza el Gerente de Arquitectura de IRSA.
Fuerte vínculo
En relación directa con el edificio Zetta, se propone la ampliación del shopping Dot -según proyecto de Pfeifer Zurdo también a partir de un concurso de anteproyectos-, cuyo “crecimiento surge como rótula de todo el conjunto del office park, resultando el centro neurálgico físico y funcional respecto de los edificios vecinos -según explican los autores. Su morfología recuerda una mano que sostiene un elemento, en este caso el elemento es el vacío que articula el conjunto”. Esta particularidad será acentuada con síntesis formal, dando paso preferencial a un espacio verde de gran magnitud que funcionará como pulmón. Todas las actividades previstas conformarán un paseo al aire libre.
Finalmente, por delante del edificio Giga y en una misma línea con la Torre Vedia, se implantará la torre Exa, un prisma vidriado de 27 pisos con dos niveles de subsuelos. Ambas torres de Dujovne-hirsch se desarrollarán a futuro.
“Las torres serán, por formato y diseño, los íconos verticales representativos de todo el complejo -señala Baremboin-, con intervenciones por etapas que se irán ‘acoplando’ al conjunto en forma progresiva pero que deberán tener una identidad fuerte y marcada desde la primera fase”.
Los edificios que compondrán el futuro office park estarán en diálogo directo con otros grandes edificios existentes, por ejemplo, las torres Personal -proyectada por Lier-tonconogyy el edificio Coca-cola, de M/SG/S/S/S, conformando una suerte de polo corporativo que funcionará, al mismo tiempo, como un complejo de grandes mojones urbanos que anunciará el arribo a la Ciudad de Buenos Aires desde Zona Norte.«